Como en los amores de farándula, fue efímera la luna de miel con la selección de Colombia. La igualdad frente a Venezuela y la derrota ante Argentina, provocaron el desencuentro. Leonel Álvarez no aguantó el empujón. Tampoco sirvieron las excusas lacrimosas del Bolillo Gómez. Llegó a sonar Juan Carlos Osorio como opción criolla y se frustró otra vez la del argentino Gerardo Tata Martino.
Fue cuestión de pocos días. Apenas un resbalón y se volvió a la vacancia y a la incertidumbre. El empate contra Venezuela y la caída ante Argentina constituyeron punto de oprobio fulminante para el técnico Leonel Álvarez, quien se fue por la puerta de atrás, sin el menor ruido. Se derrumbaron las promesas. Fue una especie de romance de farándula, efímero.
Se concluye, como hecho incuestionable, que el joven profesional paisa no dio la talla. Le quisieron otorgar el doctorado sin haber pasado el filtro catedrático de una carrera exigente. De contera, sufrió los efectos de un carácter poco propicio para el diálogo y el intercambio de opiniones. Se dice que nunca mostró empatía con Julio Avelino Comesaña, en contravía de lo que parecían reflejar las circunstancias. Las apariencias casi nunca encajan con la realidad.
En medio de la decisión de despedir a Leonel, así, sin aspavientos, tan rápido como llegó, se deslizaron las declaraciones lacrimosas del compungido Hernán Darío Bolillo Gómez por diferentes medios, todas con el sello arbitrario de “exclusivas”, y se creyó que estaba en marcha una estrategia para facilitar su regreso. Mundo de malpensados.
No había tal. Se trató de otra falsa o equivocada interpretación. Luís A. Bedoya, presidente de Colfútbol, cabeza visible del poder de la rama profesional, salió al paso para indicar que su nombre no figuraba en la carpeta. Se apagó el fuego de los rumores y se le cerró el camino al técnico paisa, con la estela acuciosa de quienes creen que fue víctima (paradójico) de la doble moral que (aseguran) se maneja en el país. Una posición facilista según la cual como nadie puede lanzar la primera piedra, nada pasa. Todos somos culpables.
La opción colombiana
Reapareció, entonces, la realidad de futuro incierto. El banco colombiano quedó vacío, a la espera de una decisión que tal vez tarde varios días más mientras el comité (impulsado por Bedoya) señala el rumbo y se decide por un nombre.
Hay versiones de diverso orden. Cada esquina tiene su cuento. Parece que Juan Carlos Osorio, hoy al frente del Puebla en México, encuentra aceptación entre los aficionados, y un buen sector de la crítica, pero también es resistido por otra zona de la opinión. Esa es la vida, como repiten los franceses.
Quienes lo defienden, creen que el técnico nacido hace 50 años en Santa Rosa de Cabal, Caldas, formado en Europa y con título clase A de la UEFA, podría ser el adecuado, porque conoce el medio, reúne amplia experiencia internacional, y por encima de todo, combina el don de gentes con la capacidad de un experto.
Lo cierto es que la piedra en el zapato nunca deja de sonar. No faltan quienes inclusive lo consideran un recreacionista o manejador de grupo antes que un auténtico profesional, en claro concepto lleno de superficialidad y ligereza. En suma, Osorio parece ser una oportunidad fallida.
Mirada al exterior
Al perder fuerza la posibilidad del estratega caldense, se abría camino la aparición de un director técnico extranjero, surgían varios candidatos y entraba en juego la balanza económica. Lo mismo que antes.
A la cabeza del sonajero se asomaba con fuerza huracanada el argentino Gerardo Tata Martino, quien durante varios años estuvo al frente del fútbol paraguayo y ganó varios títulos en sus torneos domésticos.
En el banco de la selección guaraní, Martino fue gestor de una eficaz campaña durante la eliminatoria y del sobresaliente desempeño en Sudáfrica 2010. Por primera vez en su historia, Paraguay llegó a cuartos de final tras superar invicto la primera rueda (sobre Eslovaquia, Nueva Zelanda e Italia) y sacar a Japón (vía cobros desde los doce pasos) en octavos.
La circunstancia de haberse tropezado con España, que sería el deslumbrante campeón del torneo, lo dejó en la cuneta, no sin antes ofrecer una enconada lucha que apenas se definió por 1-0. Murió con los guayos puestos.
Bajo los efectos de un opaco desempeño en la Copa América de Argentina 2011, Martino optó por la desvinculación con Paraguay. El retiro casi coincidió con la crisis del Bolillo Gómez, y surgieron los contactos para conocer sus inquietudes y sondear la ruta hacia Colombia.
Al cabo de varias consultas y reuniones, Martino declinó la oferta, y fue entonces cuando se anunció la fantasmal confirmación de Leonel Álvarez.
Dentro del empeño por convencerlo para que asumiera el cargo, volvió a sonar el timbre en la puerta del Tata y quedaron abiertas las gestiones para obtener sus servicios. Pero tampoco esta vez hubo éxito. Tiempo perdido.
Varios problemas minaron el camino. Martino no solo resulta costoso, para no decir caro, sino que suele imponer la licuadora en materia de condiciones, y se afirma que apenas le falta traer cocinero. Se mueve como si fuera una multinacional del fútbol. Tal actitud encontró oposición en el país, porque se entiende que no sería de buen recibo ocupar un banco sin efectos potenciales para los profesionales colombianos.
El afán explicable por obtener los servicios de un entrenador que ofrezca un mínimo de garantías en materia de trabajo y eficiencia, debe mezclarse con la necesidad de robustecer los valores del patio. Al menos esa sería la ilusión.
De venir, lo que se evaporó, Martino tendría que reducir su cuadrilla habitual para dejarle espacio al talento nacional, algo difícil según la experiencia que vivieron en Paraguay. Ya se sabe que a su lado estarían los asistentes Jorge Pautaso y Adrián Coria, así como el preparador físico Elvio Paolorosso. El aporte colombiano sería menor. Faltaría por ver, en ese caso ya descartado, si la Difútbol se hubiera tragado el sapo. Queda la incógnita.
Sobre el supuesto de la frustración con Osorio y Martino, habrá que ampliar el abanico y buscar un tránsito distinto. «No son tantos los candidatos», advirtió Bedoya cuando le hablaron en los medios del Argentino José Pekerman, Edgard Bauza, Osorio y Diego Umaña entre otros Se entiende que la decisión podría conocerse a mediados de enero, para que el nuevo piloto encare el partido amistoso ante la selección de México, en el mes de febrero.
¿Qué hacer para superar el vacío temporal? Una posible solución estaría en el encargo del antioqueño Carlos Piscis Restrepo, quien acaba de ser nombrado para dirigir la selección Sub-20, en remplazo de Eduardo Lara. Claro que esto pertenece al campo exclusivo de la especulación.
Mientras tanto, la sombra de Leonel Álvarez se pierde en la distancia. Se fue como alma en pena, callado. De poco sirvió el arranque prometedor de la eliminatoria, cuando Colombia se impuso en las alturas de La Paz sobre el combinado de Bolivia. Lo quemó el calor de Barranquilla.
Buen año deportivo
Se cumplieron las galas de los concursos de El Deportista del Año. Los amigos de El Espectador y Telefónica consagraron en el hotel Sheraton de la calle 26, a la saltadora de triple antioqueña Catherine Ibargüen Mena,medalla de bronce en el pasado mundial de atletismo y oro en los Juegos Panamericanos, con un podio en el que la acompañaron el nadador bogotano Omar Andrés Pinzón García y la bicicrosista antioqueña Mariana Pajón, también cargados de títulos y de méritos.
La Asociación Colombiana de Redactores Deportivos, Acord Colombia y Coldeportes, se decidieron por Mariana Pajón, seguida por Catherine Ibargüen y el ciclista Edwin Ávila. La legión de honor se completó con Omar Pinzón y el patinador Pedro Causil. Fue una lujosa ceremonia en el Salón Rojo del hotel Tequendama.
Lejos de la pompa, solo por lo que considera el honor de que figuren en sus páginas, el diario El Tiempo aclamó como estrella del año al goleador samario Radamel Falcao García, con menciones para Catherine Ibarguen y Edwin Avila.
En una temporada espléndida para el deporte colombiano, no era tarea sencilla obtener un fallo justo, pero a la postre, sobre la base exclusiva de las exigencias técnicas, con exponentes que son modelo para la sociedad y la juventud en particular, cabría expresar que se hizo considerable esfuerzo por acertar.
La explosión de candidatos sobrados de merecimientos hizo que el jurado tuviera que deliberar a fondo. Salvo pequeños matices, hubo tino. Casi al 99%.
Hacia los Olímpicos
Catherine, Mariana y Omar forman un grupo excepcional, que, junto a otros valores insignes, alimenta las esperanzas de la nación para el festín de las medallas en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Catherine Ibargüen, 27 años, espigada, esbelta y de una enorme simpatía, nunca deja de sonreír y advierte que haberse metido en el circuito mayor del atletismo mundial, la estimula para poner mayor empeño en su adiestramiento, duro y sin pausa.
Cuenta con el apoyo de las autoridades regionales y del gobierno nacional (entiéndase Coldeportes) y, durante la premiación de Acord Colombia, recibió la excelente noticia de que la pista atlética de Turbo, su tierra natal, será de las mejores dentro de un tiempo prudencial. Ya se dispone de los recursos económicos.
La otra nueva es que la agencia cubana de noticias Prensa Latina, en su habitual encuesta continental, la eligió como la mejor deportista del 2011 en Latinoamérica y el Caribe.
Catherine se desenvuelve a las maravillas en tres competencias: salto alto (1.93 es su mejor marca, a 0.16 del registro mundial en poder de la búlgara Stefka Kostadinova), salto largo (6.63, contra los 7.52 de la retirada Galina Chistyakova de Ucrania) y salto triple (14.99, a 0.51 del record de Inessa Kravets de Ucrania), pero en Londres concentrará esfuerzos en esta última especialidad. Su meta, situarse entre las tres primeras. La arropa el optimismo.
Fuera de los escenarios lleva una vida normal, le gustan las fiestas, es de buen apetito y busca la forma de no descuidar los estudios de enfermería en Puerto Rico.
Mariana, de 19 años, acumula diez títulos mundiales. Es una guerrera de las pistas, y, a pesar de su mediana estatura emerge siempre como gigante a la hora de pelear por la victoria. No ha dejado títere con cabeza en ninguno de los torneos internacionales de los últimos años. Viene de ganar el oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara.
Los expertos no vacilan en comprometerse con un pronóstico positivo para Mariana en las justas olímpicas del año próximo. En la mitad de los riesgos que extraña un vaticinio categórico, se atreven a señalar que es medalla cantada. Ella sonríe mientras los demás hacen cuentas.
Omar, de 22 años, especialista en la distancia de los 200 metros espalda, se mueve por las piscinas desde pequeño. Lo vimos en las piletas capitalinas desde cuando andaba sobre los 6 o 7 años, siempre atento, serio, consagrado. Estudia, entrena y compite en los Estados Unidos, al lado de las estrellas mundiales, y está convencido de que podrá salpicarse de la gloria olímpica, sin olvidar que la natación es uno de los deportes de mayor complejidad y nivel competitivo en el mundo.
El registro de muestra para Omar es de 1.51.92, que logró este año durante una de las paradas de Copa Mundo, y realiza sus intensas prácticas con la mira puesta en la cifra mágica de 1.50.46 que ostenta el estadounidense Aaron Peirsol. La diferencia de 1.46 segundos lo anima para entrenar con dedicación y entusiasmo.
Catherine, Mariana y Omar encabezarán un contingente ambicioso y lleno de ilusiones. Por el momento son 84 los elegidos en Colombia. El objetivo es superar la barrera de los cien especialistas en Londres.
La séptima estrella
En Barranquilla suenan los tambores por el título del Junior, después de una emotiva y titánica batalla deportiva contra el Once Caldas. Antes había sacado a Millonarios en otra épica jornada. Los cobros desde los doce pasos quedan para el registro histórico.
La séptima estrella llegó a la vitrina del equipo insignia y pasión de los barranquilleros, como recompensa justa y aclamada de una actuación valiente. Júnior no se dejó dominar por la adversidad, y, cuando parecía que el abismo era inevitable, dio el salto hacia la gloria. Al talento le redobló el coraje.
El bogotano (origen que ahora le molesta), José Eugenio Hernández, Cheché, volvió a la brega al cabo de año y medio de alejamiento del banco, recogió las banderas que dejaba Jorge Luís Pinto para viajar a Costa Rica, y las mantuvo a buen recaudo, ondeantes en la cima.
Cheché, con su estilo de desparpajo, no se quedó a medio camino, impuso criterio propio y trazó la ruta ganadora. Si Pinto le dejó la siembra, él supo combinar el abono y el riego para que diera los frutos apetecidos.
Fue una final digna, emotiva e intensa, de despilfarros y aciertos. Once Caldas, con su vibrante accionar, le dio brillo. Junior fue el invitado de honor.
Resuelto el último torneo del año, queda completo el contingente del fútbol profesional colombiano para los compromisos continentales del 2012. A la Copa Libertadores irán Atlético Nacional, Junior y Once Caldas, en tanto que para la Suramericana se inscriben Millonarios, Tolima, Envigado y La Equidad.
En la temporada del 2011 se destacó el papel de Santa Fe en la Copa Suramericana. Estuvo cerca de llegar a las instancias decisivas. Para el año entrante, con la presencia de dos ganadores de Copa Libertadores como Nacional y Once Caldas, no sería extraño un buen suceso.
Tiros cortos
*En la acogedora San José de Costa Rica, al lado de su hija Patricia, yerno y nietos, acaba de celebrar 92 años de vida espléndida y laboriosa don Mike Forero Nougués, maestro del periodismo y decano de la especialidad deportiva en el país. El creador del concurso de El Deportista del Año de El Espectador, diario al que estuvo vinculado durante diez lustros por lo menos, bachiller del Colegio Mayor del Rosario, licenciado de Educación Física de la Universidad Nacional, bacteriólogo de la Universidad de Filadelfia, ex director de Coldeportes y profesor universitario, se mantiene activo y en plena producción intelectual. Cada ocho días emite sus valiosas opiniones en el espacio radial de Acord Bogotá que se transmite desde las 6:30 de la mañana dominical por Antena2 de RCN. Es también habitual colaborador de nuestro Verbienmagazín, con la columna Sermones Laicos, en la que casi nunca habla de deportes. A comienzos del presente año recibió el premio CPB al Mérito Periodístico Guillermo Cano, instituido en memoria del inmolado director de El Espectador para exaltar a quienes como don Mike Forero Nougués honran el llamado mejor oficio del mundo. Los 92 abriles del insigne santandereano, orgullo de Piedecuesta, es motivo de solaz para sus discípulos y amigos. Un abrazo desde la distancia.
*La eliminación del Atlético de Madrid de la Copa del Rey, a manos del Albacete, equipo de la segunda división B, fue el puntillazo para la pobre campaña del técnico Gregorio Manzano. El bajonazo del equipo se sentía en todos los sectores y uno de los más afectados era el goleador colombiano Radamel Falcao García, porque cada vez se le veía más aislado y casi al borde del desespero. Se espera que la llegada del nuevo entrenador, el argentino Diego Simeone, sirva para provocar cambio de estilo y mentalidad en el plantel. Falcao se esfuerza al máximo pero no encuentra el apoyo necesario para llegar al gol. No basta la repetidera de centros en busca de su remate. Hay que asociarse y crear las oportunidades, tal como le sucedía en el Porto. Vive momentos poco gratos. Tal vez el año nuevo le permita regresar a sus épocas lusitanas.
*El vallecaucano Diego Edison Umaña, de 43 años, es el segundo técnico colombiano que consigue un título en los 62 años del fútbol profesional del Perú. Al frente del Juan Aurich de Chiclayo rompió la rutina del dominio capitalino, invariable desde 1989 cuando ganó Unión Huaral. Alianza Lima era el favorito antes del desenlace por la vía de los cobros desde los doce pasos. En la vuelta olímpica también estuvo en barranquillero Ricardo Ciciliano, autor de uno de los goles del desempate. Umaña, quien en Colombia celebró con América y Junior, emula el logro del santandereano Jorge Luís Pinto, ganador con Alianza Lima en 1997. A pesar de haber renovado contrato por otro año, el técnico campeón guarda la esperanza de figurar algún día en el banco de la selección colombiana. Por el momento tendrá que guardarse las ganas.
*Laberintos del lenguaje es el título del libro que selecciona varios de los escritos del inolvidable Gonzalo González (GOG) en las revistas y diarios colombianos. Sus herederos, encabezados por Stella Andrade de González, Verónica y Luz Ángela González Andrade, realizaron la amorosa tarea de evocarlo como “abogado, periodista, intelectual, filántropo, filólogo, maestro del idioma, humanista, deportista, catedrático y promotor de escritores” (1) en una obra impecable, con PrologoGOG de Daniel Samper Pizano y edición de Luz et Véritas Editores. GOG, otro orgullo de Aracataca, se fue para su último viaje en 1992, cuando apenas empezaba su tercera juventud, los 72 años. Ya había pasado por El Tiempo y El Espectador (en el que echó raíces), facultades de Derecho y Ciencias de la comunicación. Fue un apasionado de la jurisprudencia, un cultor del humanismo, maestro nacional de ajedrez y buen jugador de fútbol. Su talento lo llevó a ganar varios premios en periodismo y televisión. Hoy estaría en plan de carnaval con el triunfo campeonil de su amado Junior de Barranquilla. Laberintos del Lenguaje es una oportunidad para pasearse por los campos de la erudición literaria y el dulce sabor de la esencia idiomática. Hay que leerlo y exprimirle el jugo para hablar bien y escribir mejor. Su lanzamiento fue el pasado 19 de diciembre en la biblioteca Los Fundadores del Gimnasio Moderno, y desde el mes de enero podrá adquirirse como libro electrónico o impreso en la dirección digital www.libreriadelau.com.
(1) Laberintos del Lenguaje, créditos.