Por: Rufino Acosta Rodríguez
Por fin apareció Brasil en la dimensión que se le quería ver. Tal vez le falte un poco, pero ahí va. En Brasilia, y guiado por Neymar, genio y goleador, ofreció su mejor presentación hasta ahora en el Mundial. Es cierto que si bien Camerún no era el rival indicado para medir su fuerza, tampoco resultó un trompo de poner. A ratos le amargó la vida y lo obligó a sacar su casta, que estaba oculta. La victoria de 4-1 le permitió consolidarse como ganador del grupo A, con los mismos puntos de México , que simultáneamente tenía su concierto ante Croacia en Recife. La diferencia de goles rompió la igualdad y cuadró el orden para los octavos. Brasil jugará el sábado contra Chile en Belo Horizonte y México el domingo frente a Holanda en Fortaleza. La solución brasileña empezó a gestarse a los 17, cuando Neymar aprovechó un pase de Luis Gustavo desde la izquierda y se la cruzó al portero camerunés con su habitual maestría. Hubo un poco de susto por el temporal empate a los 26, tras acción de Matip, ante un descuido de la defensa que lo dejó colarse para rematar por el centro un atinado servicio desde la zona izquierda. Se había relajado el equipo canario y tuvo que asumir las consecuencias. Neymar volvió a las andadas y sobre los 35 abrió la ruta para un triunfo cómodo. Marcelo lo dejó a tiro de gol y remató con la derecha. Camerún esperaba insistir por algo mejor en la etapa final, pero Fred, negado para el gol en este torneo, pudo a los mil intentos llegar a la red cuando iban 48 minutos del acumulado. Fernandinho, relevo del inquietante e ineficaz Paulinho, fraguó la jugada previa con Oscar y puso el balón en el camino del artillero. El mismo centrocampista, como para redondear su fulgurante aparición, terminó un enlace con Oscar y de puntazo anotó el cuarto y último gol. Ya el técnico Luiz Scolari había remplazado al gordito Hulk, quien hasta ahora no ha dado pie con bola y es una decepción en el ataque brasileño. No puede con la carga del mítico nombre. Camerún, de pobre desempeño previo, se despidió con cierta dosis de dignidad y bien puede darse por servido de no sufrir una paliza escandalosa. Mejoró Brasil, les hizo renacer las esperanzas a sus torcedores, aunque todavía no se sabe si está para ser campeón. El futuro rival, Chile, le aumentará las exigencias y pondrá a prueba de fuego su real capacidad y potencia. Una lástima para el hincha suramericano que uno de los dos mejores equipos del nuevo continente tenga echada su suerte. El sábado 28 se sabrá si suena la samba o la cueca. Chile, que acaba de perder frente a Holanda en un partido que fue de alto nivel, nunca ha podido ganarle a su poderoso adversario, quíntuple campeón mundial, en el torneo cuatrienal. Cayó 4-1 en Francia 1998 y 3-0 en Sudáfrica 2010. ¿Cambiará la historia? Algunos hablan de un 50/50.
Cielito lindo
A los acordes de Cielito Lindo, México celebró su triunfo sobre Croacia en Recife. No fue tarea sencilla dominar a los balcánicos. Así lo demuestra el hecho de que solo a los 72 minutos encontró el camino del gol. El inacabable Rafael Márquez puso su cuota ofensiva mientras volvía a constituirse en el mariscal de la defensa y el medio campo. Croacia se demoró para reaccionar y a los 75, Andrés Guardado aumentaba la cuenta. Siete minutos después, Javier Chicharito Hernández despejaba cualquier asomo de duda. El descuento de Ivan Perisic, a los 87, siguió a un nuevo intento del mismo jugador que Guillermo Ochoa salvó en gran forma para calmar las aguas y cerrar el capítulo, no sin antes hacerle un gesto provocador. Tal vez algo le había dicho el croata. México entra a octavos por sexta vez consecutiva desde 1994 y Miguel Herrera, su técnico, insiste en que lo mejor no ha llegado. Lo espera Holanda y eso hace suponer que se avecina una épica batalla.