Hemos seguido con detenimiento las investigaciones y averiguaciones sobre lo ocurrido con la toma del Palacio de Justicia, por parte del M-19. El ex presidente y las Fuerzas Armadas se vieron obligados a actuar con firmeza, ante tamaña amenaza. Era una situación confusa y sin parangón que permitiera actuar con alguna experiencia. Para algunos, se podría haber actuado en otra dirección, pero el transcurrir de los años, nos permiten colegir que esa era la firmeza con la que se necesitaba manejar semejante asunto. Era difícil prever la demencia de unos terroristas, que no midieron los alcances de la tragedia que segó la vida de eminentes y humildes compatriotas.
El propio Presidente Santos, se puso al frente de una nación que pide justicia para su ex mandatario y le pidió perdón, por la afrenta de un tribunal, que seguramente no profundizó en el estudio de una sentencia poco ortodoxa. Sugerir que el doctor Betancur, fuera llevado la Corte Penal Internacional, es una calenturienta inspiración.
El presidente, recordó a los colombianos los servicios que el ex presidente le ha prestado al país a lo largo de sus 90 años y reiteró que “por eso más bien le pido perdón al presidente Betancur a nombre de los colombianos, que lo hayan puesto en esa situación nuevamente”.
Los fallos judiciales, hay que acatarlos, pero cuando estos se salen tan desmesuradamente de las normas y la lógica, merecen un entredicho.
Y qué tal, poner a nuestras fuerzas armadas a pedir perdón por los hechos del Palacio de Justicia, como si nuestros soldados hubiesen sido los culpables de semejante desafuero. Definitivamente algunos de nuestros jueces, aun respiran resentimientos por la época pasada y sin miramiento alguno espolean sin análisis objetivos.
BLANCO: El éxito del Banco de Colombia con su emisión de acciones, colocadas en el mundo entero.
NEGRO: El incremento de los intereses que ponen a los exportadores en serias dificultades.
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