De acuerdo con un estudio reduce notablemente el riego sanguíneo en el cerebro.
(Imagen: archivo particular VBM).
Parece obvio, pero nuestro cerebro necesita oxígeno para funcionar. Y este llega a través de la sangre. Bastan apenas cinco minutos para que algunas neuronas comiencen a morir. Se trata de células extremadamente sensibles. De hecho, a partir de los 40 segundos sin aire, cambian a modo alerta. Por ello no es extraño que usar una corbata pueda ser negativo.
De acuerdo con un estudio publicado en Neuroradiology, usar corbata puede reducir el flujo sanguíneo al cerebro en un 7,5 %. Los hallazgos señalan que esto puede provocar mareos, náuseas y dolores de cabeza. También pueden aumentar la presión en los ojos si está demasiado apretada.
A pesar de ser un símbolo de profesionalismo y elegancia, pueden transmitir bacterias del médico al paciente más que la manga de una camisa, y también se ha descubierto que las corbatas demasiado apretadas aumentan la presión en el ojo, lo que posiblemente conduzca a un mayor riesgo de glaucoma.
Pese a que nuestro cuerpo tiene formas de contrarrestar de forma segura este cambio de presión, el problema es mayor si quienes llevan corbata tienen otros problemas de salud que reducen su capacidad para afrontar esos cambios: por ejemplo, personas obesas, fumadoras o que tienen presión arterial alta.
Diversos estudios ya han demostrado que se pueden esperar efectos cerebrovasculares negativos al comprimir las venas yugulares y las carótidas con una corbata. También se ha demostrado que la corbata aumenta la presión intraocular.
El último estudio se ha realizado con unos 30 voluntarios y se han utilizado imágenes por resonancia magnética para evaluar las diferencias entre el uso o no de corbata y cómo variaba el flujo sanguíneo al cerebro. (elmundoalinstante.com).