Cuando se escuchan los balances de las realizaciones del gobierno durante estos primeros cuatro años, podemos decir que los árboles no dejan ver el bosque, o como se lo afirmó el Presidente Santos a Vicky Dávila: “hemos hecho tantas cosas, que como reza el dicho popular: el que mucho abarca poco aprieta”.
Si se observa la cantidad de obras, programas, proyectos y realizaciones a lo largo y ancho del país, de verdad que, para seguir con los adagios, no se puede tapar el sol con las manos. Para los “twitter” que sabemos, la rebaja del desempleo es una bicoca, o como suele decirse “el vaso esta medio vacío”, cuando la realidad muestra otra cosa. Critican el avance de las carreteras, cuando estábamos acostumbrados a ver obras a media marcha.
Y qué decir de las plañideras que a diario aparecen desvirtuando las realidades. Muchos amigos del combo uribista, me llaman a reclamarme por el “mal gobierno de Santos”, porque algunas veces me refiero a sus realizaciones, sin ánimo diferente al de hacer justicia a un gobernante que se bate contra todo para ofrecer a sus súbditos un mejor estar y un progreso, bajo el manto de una paz que anhela Colombia.
Lo cierto es que esta campaña por la presidencia, está basada única y exclusivamente en desacreditar al gobierno, minimizar y hasta desconocer su gestión, para ganar fácilmente unos votos, que no logran con sus propuestas ausentes de coherencia y sensatez. La “copialina” no ha estado ausente en este debate, que da “patente de corso” para apropiarse de símbolos de exitosas películas. “Don Diego”, es un Zuluaga a secas.
Otros más racionales, siguen con sus bicicletas, amueblamiento de las ciudades y cuidado del medio ambiente para salvar el planeta.
Se requieren: más creatividad, más ideas, más entusiasmo, más fortaleza y desde luego menos agresividad para enfrentar al que lleva la delantera.
Es muy fácil utilizar un escenario para decir cosas, sin demostrarlas. No hay nada más cómodo que lanzar infundios y ardides al viento. Dios quiera que, para fortuna de Colombia, las campañas debatan con imaginación y abandonen de una vez por todas, el chisme, la patraña y el bochinche.
BLANCO: El revolcón en la restitución de tierras. Un camino hacia la paz.
NEGRO: La belicosidad de Tomás Uribe con Daniel Coronell, por el simple hecho de haber comido con el Presidente. No se justifica tanta calumnia.
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