Por: Antonio Andraus Burgos
Como en muy pocos años, las elecciones de los más valiosos premios de la temporada de las Grandes Ligas del 2016, han causado polémicas. Eso es bueno, pero la votación hay que respetarla, así no estemos de acuerdo.
¿Fue Dave Roberts el mejor capataz de la campaña de la Liga Nacional? ¿Fue Rick Porcello el mejor serpentinero de la Liga Americana? ¿Fue Mike Trout el Más Valioso de la Liga Americana? ¿Fue Kris Bryant el Más Valioso de la Liga Nacional?
Para muchos, Joe Maddon manejó mejor los hilos desde el campo de juego que Dave Roberts. Para otros, Justin Verlander tuvo una campaña más sólida desde el montículo que Rick Porcello. Y así pasa con Mookie Betts y Daniel Murphy, en los escrutinios de los más valiosos de la temporada. Empero, todos los que obtuvieron el primer lugar en las diferentes distinciones, lo consiguieron por los votos que los periodistas depositaron, a su leal saber y entender, de quiénes fueron los mejores en cada una de esas nominaciones. Y los votos hay que respetarlos.
Muchos consideran que Maddon hizo malabares con los Cachorros de Chicago, para conducirlos, primero, al título de la división Central de la Liga Nacional; segundo, a la corona del viejo circuito; y tercero, en la Serie Mundial. Todo eso es cierto, pero es que las papeletas se depositan antes de que se inicie la postemporada, y sólo se tiene en cuenta el trabajo realizado hasta el último partido de la temporada regular.
En cuanto a la conquista de Mike Trout del trofeo de Más Valioso de la Liga Americana, hay cierta resistencia contra la decisión, porque la actuación de Mookie Betts fue lo suficientemente destacada para quedarse relegado a la segunda posición. Lo mismo rodea el caso de Kris Bryant frente a Daniel Murphy en la Nacional, cuyo mano a mano en casi todo, lo elevaban con mucha posibilidades de ganar la codiciada corona.
Desde luego, la gran controversia se centra en la decisión que le otorgó a Rick Porcello el Cy Young de la Americana frente a la actuación de Justin Verlander, el veterano lanzador cuyos méritos por alcanzar el trofeo lo colocaban en la primera línea; pero no fue así, por la votación que finalmente se registró entre los periodistas.
De los Novatos
Michael Fulmer, el derecho de los Tigres de Detroit, en la Liga Americana; y Corey Seager, el campo corto de los Dodgers de Los Ángeles, en la Liga Nacional, se llevaron los trofeos de Novato del Año tras sensacionales actuaciones.
Fulmer superó al receptor dominicano Gary Sánchez, de los Yanquis de Nueva York, quien con una extraordinaria actuación en los dos últimos meses de la campaña, logró copar la atención de la crítica deportiva, por el poder de su bate, su mecánica de juego y su envidiable brazo para atrapar a los corredores sobre las bases.
El lanzador de los Tigres obtuvo 142 votos contra 91 de Gary, por lo que en términos generales fue aceptada.
Con 23 años, el derecho Fulmer tuvo registro de 11-7 con 3.06 de efectividad, con 132 abanicados en 159 episodios trabajados, con 54 carreras limpias permitidas de las 57 que le fabricaron, 42 transferencias otorgadas y apenas 16 ‘’bambinazos’’ permitidos en su recorrido.
Gary, con 24 años, despachó 24 tablazos de circuito completo en apenas 53 partidos, con 60 imparables en 201 turnos al bate, para promedio ofensivo de 299, con 42 fletadas y 34 anotadas.
Corey Seager, por su parte, acumuló 150 puntos contra 42 de Trea Turner, de los Nacionales de Washington, en otro finalista del título de Novato en la Nacional, por lo que la decisión fue ajustada a lo que exhibió al torpedero de los Dodgers.
Seager lo había hecho todo a su favor, para ganar ese galardón. Veamos: con 22 años, bateó para 308, 193 indiscutibles en 627 turnos, en 157 partidos en donde actuó; 26 cuadrangulares, 40 dobles, 72 fletadas y 105 anotadas. Y a la defensiva, fue sencillamente efectivo.
No hubo duda alguna en su elección.
Los estrategas
Terry Francona, es un capataz ganador. Así de simple, así de sencillo. Y lo que hizo este año con los Indios de Cleveland, le acreditaron el título del Estratega del Año en la Liga Americana, con 128 puntos, contra 64 de Jeff Banister, el orientador de los Vigilantes de Texas.
La tribu nunca obtuvo favoritismo en nada, ni siquiera para ganar la corona de la División Central de su circuito, que finalmente conquistó, con 94 victorias y 67 derrotas.
Lo han bautizado como ‘’el exorcista’’, porque se ha dedicado a romper las maldiciones de los clubes que dirige. Lo hizo con los Medias Rojas de Boston, en el 2004, cuando acabó con el mito de la ‘’Maldición del Bambino’’, tras 86 años de no ganar esa divisa la Serie Mundial; y ahora casi que acaba con el prolongado ayuno de 68 años de los Indios sin conseguir el título de la Cita de Otoño. Estuvo cerca, pero no le alcanzó el agua bendita…
La discusión se da, en cambio, en la elección de Dave Roberts, de los Dodgers de Los Ángeles, frente a Joe Maddon, de los Cachorros de Chicago.
Roberts sumó 108 puntos contra 70 de Maddon en la elección, de modo que la controversia hace parte de la creencia respetable de los que defienden a Joe y de los que votaron por Dave. No es otra cosa el tema de discusión.
Si bien es cierto que Roberts llevó a la final del título a los Dodgers, tras ganar la División Oeste de la Nacional, con tarjeta de 91-71, por lo que hay que reconocerle el trabajo realizado con el equipo que tuvo momentos muy complicados en la temporada, la verdad es que su nómina tenía el talento y la calidad suficientes para llegar hasta donde llegó, sino que además, pudo haber sido el ganador del título del circuito. Tampoco fue ganador en la instancia final.
Maddon, por su lado, hizo de los Cachorros el equipo a derrotar, y siempre fue acreditado con el rótulo de favorito para todas las instancias, que finalmente se coronó campeón de la Serie Mundial, para acabar con maldiciones y todo lo que rodeaba el sufrido equipo de Chicago, tras 108 años de no ganarla. Tuvo registro con el club de 103-59 en la campaña regular.
Discutible la decisión, cierto es. Pero Roberts hizo lo suyo en la temporada regular y Maddon lo mismo, pero los votos decidieron a favor de Dave.
La gran controversia
La polémica de marca mayor, está en el Cy Young de la Liga Americana, en donde Rick Porcello, de los Medias Rojas de Boston, superó a Justin Verlander, de los Tigres de Detroit, 137 votos contra 132.
¿En dónde surge la controversia? En que Verlander consiguió 14 papeletas para el primer lugar, contra 8 de Porcello. Pero Rick sumó 18 votos en el segundo lugar contra 2 de Justin. Al hacerse el conteo final, ganó el lanzador ‘’patirrojo’’. ¿Por qué? Porque sumó más puntos.
La votación fue así: Porcello sumó 8 votos en el primer lugar; 18 en el segundo; 2 en el tercero; 1 en el cuarto y 1 en el quinto. Verlander compiló 14 en el primero; 2 en el segundo; 5 en el tercero; 4 en el cuarto y 3 en el quinto. Sumen: 7 puntos para cada papeleta del primer lugar; 4 puntos por el segundo; 3 por el tercero; 2 por el cuarto y 1 por el quinto.
Porcello: 137 votos. Verlander 132. Ni más ni menos. ¿Y entonces? La controversia está en que Justin consiguió 14 papeletas por el primer lugar, contra 8 de Rick, y los que están en contra de la decisión, indican que es más valioso obtener más papeletas para el primero que para el segundo. Pero los puntos no reflejan esa apreciación, por que los votos tienen un valor y ese hay que respetarlo, porque así está señalado en la regla. Todo lo demás sobra.
Porcello tuvo registro de 22-4, contra 16-9 de Verlander. Justin logró efectividad de 3.04 contra 3.15 de Rick; 227 actos laborados contra 223 de Porcello; 254 bateadores abanicados frente a 189 de Rick; abrió en 34 juegos ante 33 del ‘’patirrojo’’; Rick aceptó 23 jonrones y Verlander 30: Justin tuvo 77 carreras limpias permitidas de 88 que le fabricaron, contra 78 de las 85 que le hicieron a Rick.
Los numeritos, que son tan fríos como siempre se ha dicho, en este caso dicen mucho, porque ambos lanzadores tuvieron hechos sobresalientes en la campaña. No cabe la menor duda.
Y en la Liga Nacional, Max Scherzer, de los Nacionales de Washington, cargó con el trofeo, con 192 puntos contra 102 del zurdo y estelar de los Cachorros, Jon Lester.
Scherzer tuvo tarjeta de 20-7 con efectividad de 2.96; 228 episodios lanzados, 284 abanicados, 31 cuadrangulares permitidos y 56 bases por bolas otorgadas, con 75 carreras limpias de las 78 que le fabricaron.
El zurdo Lester compiló 19-5 con 2.44 de efectividad; 202 capítulos laborados, 197 ponches propinados, 21 batazos de circuito completo en su contra; 52 transferencias otorgadas, 55 carreras limpias de las 57 que le fabricaron.
Otras distinciones
Mike Trout, de los Angelinos de California, se alzó con el trofeo del Pelotero Más Valioso de la Liga Americana; y Kris Bryant, de los Cachorros, se llevó la distinción pero en la Liga Nacional.
Trout superó a Mookie Betts, de los Medias Rojas, 356 ante 311; y Bryant ganó la votación a Daniel Murphy, de los Nacionales, con 415 frente a 245.
Muy cerrado puede verse el caso si se analizan las actuaciones tanto de Trout como de Betts. Trout tuvo 315 de promedio de bateo, 100 carreras impulsadas, 123 anotadas; 29 ‘’bambinazos’’; 116 transferencias y 137 ponches. Betts logró 318 al bate, 113 fletadas,122 anotadas; 31 cuadrangulares; 49 bases por bolas y 80 ponches recibidos. La balanza, por los numeritos, favorecen a Mookie, pero… pero… los votos no le alcanzaron.
Lo mismo puede señalarse en las actuaciones de Bryant y Murphy. Kris logró una tarjeta con 292 a la ofensiva; con 102 impulsadas, 121 anotadas; 39 batazos de circuito completo; 75 bases gratis y 154 turnos abanicando la brisa. Murphy marcó 347 a la ofensiva; con 104 remolcadas y 88 anotadas; 25 tablazos de vuelta entera; 35 bases recibidas y 57 ponches aceptados. Las pequeñas diferencias en las respectivas actuaciones pudo mover el fiel de la balanza hacia Kris, bajo un apretado análisis.
No fueron fáciles las votaciones de este año por los periodistas en muchos de los premios especiales otorgados por las actuaciones de la temporada, pero los votos son los votos, y las decisiones hay que respetarlas. Y nosotros, las respetamos.