Cuando los equipos no han llegado al diez por ciento de los partidos efectuados del calendario regular, han empezado a aflorar las discusiones, válidas por cierto, si los resultados en las jornadas primaverales tienen valor o no para los efectos de la temporada.
Múltiples discusiones alrededor de la posible expansión de la distancia de la lomita hasta el pentágono, se han suscitado en los últimos días, cuando está a prueba la que sería una nueva medida dentro de los diamantes de juego, empezando por las Grandes Ligas.
Ni que decir sobre sí vale la pena implementar, de una vez por todas, la norma del Bateador Designado para la Liga Nacional, que como bien se sabe, sólo se utiliza en la Liga Americana.
Y como si fuese poco, dentro de una teoría discutible y discutida, de que para disminuir el tiempo de juego, se mantenga la aplicación del corredor en posición anotadora, a partir de la décima entrada, si no es una cartelera de doble jornada —porque en ese caso sería a partir del octavo episodio —, para intentar definir lo antes posible, los desafíos que lleguen igualados en los tableros en los partidos oficiales.
Ahora le suman a la controversia si es válido o no tener en cuenta los índices que ofrecen los torneos de la Liga Toronja, en la zona de la Florida; y la Cactus, en la zona de Arizona, durante los entrenamientos primaverales de todos los equipos de la Gran Carpa, cuando las 30 novenas se dividen en grupos de 15 clubes, en cuanto a juegos ganados y perdidos se refiere en las jornadas de entrenar a cientos de peloteros con miras a la siguiente temporada.
En nuestra humilde opinión, todo debe hacerse bajo un juicioso análisis que los capataces de los clubes desarrollan durante la época primaveral, porque es desde ese punto de vista, donde los estrategas seleccionan a lo mejor que tienen sus nóminas para integrar sus respectivas plantillas.
Salta a la vista, y no podemos mirarlo de soslayo, que todos los peloteros que concurren a las sesiones de entrenamientos primaverales saben, a ciencia cierta, que no tienen el cupo ganado o reservado, y que antes por el contrario, tienen que ganárselo cada vez que llegue la época de la selección del grupo. Eso no tiene nada oculto, y es sabido y conocido desde tiempos inmemoriales.
Con resultados
Si lo miramos con detenimiento y poca pasión deportiva, hay que aceptar que de todas maneras los índices arrojados durante la etapa de entrenamientos de las novenas, en algo sirve. De lo contrario, sería una cosa inútil, y tal vez, sin ningún soporte técnico o deportivo para el propio béisbol.
Por ejemplo. David Ross, el estratega de los Cachorros de Chicago, exhibió la mejor novena en la época primaveral en el circuito Cactus o de Arizona, en lo que corresponde a la Liga Nacional, cuando compiló 15 victorias frente a 9 derrotas; pero a escasa distancia, estuvieron los Marlins de Miami, capitaneados por Don Mattingly, cuyo promedio le otorgó el ser el mejor club del Viejo Circuito, al conseguir 14 triunfos y apenas 5 derrotas, en las sesiones de la Liga Toronja en la Florida.
Y en ese orden de resultados, los Cerveceros de Milwaukee, con 15 y 11; los flamantes campeones de la Serie Mundial, los Dodgers de Los Ángeles, con 13-11; los Bravos de Atlanta, con 15-13; los Nacionales de Washington, con 10-9 y los Rockies de Colorado, con 14-14, emergieron como sólidos en la etapa primaveral para la campaña.
Pero en la Liga Americana, los Reales de Kansas City, de la mano de Mike Matheny, lucieron de manera espectacular, al compilar 16 victorias frente a 8 derrotas, en la Liga Cactus; mientras que los Azulejos de Toronto, dirigidos por el boricua Charles Montoyo, sumaron 16 ganados y 9 perdidos, en la Liga Toronja.
Detrás de ellos, los Atléticos de Oakland, con 16 y 10; los Medias Rojas de Boston, con 16-11; los Yanquis de Nueva York, con 14-12 igual que los Vigilantes de Texas; los Tigres de Detroit con 13-12 y los Angelinos de California, con 13-13.
Pregunta suelta
Alrededor de lo planteado, con relación a las actuaciones de las novenas en la etapa primaveral, y cuando apenas van menos de15 juegos de los 162 programados para cada uno de los equipos, la pregunta suelta es sí esos resultados sirven como índice a favor o en contra de los equipos.
A simple vista, hay que decir que ¡No! Y no lo es, por una sencilla razón. Una cosa es la fase de entrenamientos y otra bastante diferente, los juegos de temporada.
¿Ustedes se pueden imaginar a los Padres de San Diego, con la nómina que tiene, jugar por debajo de los 500, es decir, con más perdidos que ganados en la temporada regular? Los Padres en Primavera sumaron apenas 12 triunfos y 13 derrotas. Ya veremos cuando llegue el día final de septiembre venidero, si los índices valorados en la etapa de entrenamientos es mejor o peor que lo que resultó en la campaña.
O pueden pensar que los Astros de Houston, con el equipo que cuenta, ¿Obtendrá más derrotas qué triunfos? Nos parece, a simple vista, que ello no va a ocurrir. Los Astros hábilmente manejados por un veterano como Dusty Baker, debe ser un rival de quilates de principio a fin. ¿Y saben los resultados de la etapa de entrenamientos? Apenas ganaron 6 desafíos y perdieron nada más y nada menos que 14. ¿Perdedores? Difícil creerlo.
Perlas y más perlas
Los Indios de Cleveland, por ejemplo, con Terry Francona a la cabeza, trabajaron para dejar atrás ese tablero de apenas 10 victorias frente a 18 derrotas en la jornada primaveral, buscando una vez más llegar a la cúspide en la lucha por el banderín de la división Central de la Liga Americana, o por lo menos, clasificar para la postemporada.
Lo mismo se puede decir de los Mellizos de Minnesota, también en la Americana, que la tarea fue adelantada en la etapa de entrenamientos con miras a desarrollar una campaña que les permita obtener el pasaporte que los lleve a la fase final de la temporada.
Por los lados de la Liga Nacional, hay perlas que no encajan en lo que se espera de equipos como los Cardenales de San Luis y los Filis de Filadelfia, cuyos resultados en la primavera no fueron los mejores. Y dadas las calidades de esas dos novenas, se confía que conquisten más perlas blancas y que perlas negras, aún cuando en la vida común y corriente, éstas son mas valiosas y escasas.
No vemos tampoco con perlas negras a los Rayas de Tampa, los actuales monarcas de la Liga Americana, porque a medida que avance el calendario, irán marcando el paso como uno de los mejores clubes del circuito, porque nadie puede olvidar que este equipo, de bajo presupuesto pero de gran carácter y calidad de juego, puede cambiar las cartas perdedoras por ganadoras en cualquier momento.
Mano a mano
Con poco más o menos de una docena de partidos efectuados sobre los 162 de la temporada, se puede decir con absoluta seguridad, que nada raro muestra el comienzo de la campaña y que todo debe cambiar a partir del encuentro número 82 de cada equipo.
De entrada podemos señalar que no hay sorpresas. No por lo menos desde el punto deportivo, aun cuando sí se mira desde el ángulo del béisbol, encontrarán algunos gratos resultados.
Al cerrarse este 15 de abril 2021, y analizando las posiciones en los seis grupos de las dos ligas, digamos que hay de todo un poco, y se puede apreciar, a ojo de buen cubero, un mano a mano que puede hacer las delicias de los aficionados al béisbol de las Grandes Ligas.
En la Liga Americana, por ejemplo, los Medias Rojas de Boston — con nueva marca para el registro de las Grandes Ligas, con 9 victorias consecutivas después de tres derrotas en línea abriendo la temporada —, dejan en buena posición su trabajo de la época primaveral, al estar encabezando la zona Este del circuito; mientras que los Reales de Kansas City, confirmando que sus guarismos en la época de entrenamientos no es producto de la casualidad, mandan en la zona Centro de la liga; pero en cambio, los Marineros de Seattle están dando la agradable sorpresa, al estar encaramados en la primera posición del sector Oeste del circuito, cuando pocos los tenían en cuenta.
En cuanto a la Liga Nacional, los Mets de Nueva York, que apenas jugaron para 500 en los entrenamientos, marcan la ruta en la zona Este; al tanto que los Rojos de Cincinnati, con el peor guarismo de todas las novenas en la época primaveral, al lado de los Cerveceros de Milwaukee, que jugó por encima de 500 en los entrenamientos, son los líderes de la zona Central; mientras que los encopetados Dodgers de Los Ángeles, empiezan a cabalgar en la zona Oeste del circuito, confirmando que los pronósticos a su favor, se están volviendo realidad desde el propio inicio de la temporada, al sumar ya 11 victorias frente a apenas 2 derrotas, el mejor registro en lo que va de la iniciación de la campaña.
Como se ha dicho tantas veces en los últimos días, los Dodgers están escogidos por los expertos para por lo menos disputar la Serie Mundial, dada la nómina con que cuenta y por la forma en que viene jugando el equipo. Por lo menos, la mano está a su favor para llegar a la postemporada.
Como bien se puede apreciar, los elementos de juicio sobre los resultados durante la pretemporada sirven como punto de referencia, pero jamás podrá conducirnos a aceptar que esas actuaciones tengan la última palabra. Es un buen índice, desde donde se le observe, como por ejemplo la actuación de los Reales; pero lo contrario se refleja con los Marlins, con la mejor marca de toda la pretemporada, pero que por el momento, sobre la temporada, no está arrojando los resultados esperados.
Es que unas son de cal y otras son de arena … ¡así es el béisbol!