Por: Antonio Andraus Burgos
Ganaron el título de la Liga Nacional 4 victorias contra 1 derrota, frente a los Cachorros de Chicago, la novena que hace un año los había eliminado 4-2 en la misma cita.
Dave Roberts está de plácemes, quizás más que el reconocido y astro del baloncesto, Magic Johnson, uno de los propietarios de la divisa, y el resto de los directivos de la novena.
Lo está y lo tiene que estar. Su diseño de un equipo competitivo lo elaboró jugada por jugada, juego por juego, dándole rienda suelta a las capacidades de sus peloteros y a la intuición de dejarlos jugar con su estilo, a su manera, en medio de las exigencias de tenerlo todo y de no tener nada, a la hora de la verdad.
Los Dodgers de Los Ángeles se alzaron con el título de la Liga Nacional después de cuatro o cinco intentos, casi que seguidos, para obtener el galardón que los condujera a la Serie Mundial, a cuyo destino no llegaba desde 1988.
Todo no fue de la noche a la mañana. Quizás muchos se olvidan que fue Joe Torre el arquitecto de una forma de armar la novena, jugador por jugador, desde casi una década atrás. Y que luego siguió con la conducción de Don Matingly, el hombre que estaba detrás de Torre en las buenas y en las malas, y quien estuvo al frente de la novena para contribuir a la organización del club. Y seguidamente, Roberts, el capataz cuya capacidad de dirigente estuvo en duda durante largos días hace un par de años, pero que ahora se le reconoce que sus pasos estaban encaminados a terminar de construir lo que lentamente, se venia formando desde hace algunos años.
Para los Esquivadores, es un retorno anhelado. Para la organización, para el equipo en general, para los jugadores, para los técnicos y por encima de todo, para una sufrida afición que se acostumbró a verlos siempre con la camiseta a ganador pero que nunca llegaban a ponérsela, es llegar a la tierra prometida. Eso son los Dodgers de este 2017 que, desde cuando comenzó la temporada, las apuestas estuvieron siempre a su favor, pero que apenas hasta hace pocas horas, alcanzó la victoria esperada, la ansiada, ganar la corona del Viejo Circuito para llegar al Clásico de Otoño.
Fabulosa contribución
Hay que decirlo antes de que sea demasiado tarde. Es una lástima que el mexicano Adrián González no esté disponible en la plantilla que va a disputar la Cita de Otoño. Pero así es la vida. No está por una lesión que lo ha alejado del campo de juego. Así de inesperado. Así de doloroso. Pero el equipo tiene que seguir adelante…
Y se espera desde luego, que su paracortos titular, Corey Seager esté listo para la contienda tan anhelada y esperada. Aun cuando Charlie Culberson, quien lo ha reemplazado en la posición, lo ha hecho de maravilla, no hay duda de ello, Corey merece estar en la nómina.
Lo mismo puede decirse de Cody Bellinger, el novato zurdo que está ocupando la primera almohadilla por Adrián González, quien indiscutiblemente ha jugado una magnífica temporada y su bate se ha hecho sentir en los momentos más oportunos, hasta el punto de considerarse, por muchas razones, en ser exaltado como el Novato del Año en la Liga Nacional.
Justin Turner y Chris Taylor, son los dos peloteros de mostrar en los actuales momentos, al capturar mano a mano el trofeo de Más Valioso de la Serie por el Campeonato de la Liga Nacional. Los dos jugaron de manera espectacular, tanto a la defensiva como a la ofensiva. Turner ha respondido como se esperaba, y Taylor ha mostrado toda su capacidad en momentos decisivos.
Quique Hernández, el boricua que despertó a la afición de Los Ángeles desde el Wrigley Field de Chicago, con tres soberanos ‘’bambinazos’’ para producir siete carreras en ese quinto e inolvidable juego en donde apabullaron a los Cachorros, que quedan para la historia y los registros de la novena, enmarca su juego con las características del auténtico sabor latino, algo similar a lo de Yasiel Puig, el cubano que tanta controversias despierta pero que a la hora del juego, muestra su indiscutible calidad.
Ni qué decir de Austin Barnes el receptor que de la noche a la mañana desplazó al cubano Yasmani Grandal, cuya titularidad se la ha ganado a pulso, jugando muy bien detrás del pentágono y dándole qué hacer a los lanzadores rivales. Claro, hay que sumar a hombres como Andre Ethier y Logan Forsythe, que le han dado personalidad y estilo al juego de los Dodgers.
Y la contribución fabulosa de su cuerpo de lanzadores que encabezados por la estrella de las serpentinas zurdas de Clayton Kershaw, mostrando su garra competitiva y su grandeza, acaricia con mucha alegría el poder hacerse sentir en la Serie Mundial.
Detrás de él, Rich Hill, Alex Wood, Brandon Morrow, Ross Stripling, Tony Watson, Tony Cingrani, Kyle Farmer, los japoneses Kenta Maeda y el refuerzo de mitad de año procedente de los Vigilantes de Texas, Yu Darvish, y el formidable taponero curazaleño, Kenley Jansen, cuyo perfil lo elevan a la categoría de una pieza vital y fundamental para ganar los partidos en los momentos más cruciales cuando faltan los últimos outs del juego.
Otros que han llegado a la divisa, como Curtis Granderson, que vino desde la nómina de los Mets de Nueva York, han hecho sólida su presencia tanto en la ‘’cueva’’ de juego, aportando tanto con la experiencia que tienen en esta clase de competencia, como en el campo, en los momentos que ha sido requerido.
Lo recorrido
Para los Dodgers, fuera de su registro de 104 victorias y apenas 58 derrotas en la temporada regular, empezar de cero en la postemporada era considerar que nada estaba a su favor y que todo es cuestión de seguir ganando.
Lo han logrado. Han estado ganando, por lo menos, hasta llegar a la conquista del título de la Liga Nacional, y clasificarse para disputar la Serie Mundial. Pero el camino por recorrer es duro de verdad verdad
Arrasaron en tres compromisos en la Serie Divisional a los Cascabeles de Arizona, ganando 9 carreras por 5, el primero; 8 rayitas contra 5, el segundo; y el tercero, 3 carreras por 1.
Contra los Cachorros de Chicago, en la Serie por el Campeonato de la Liga, los Dodger se acomodaron desde el mismo comienzo, ganando sus dos juegos en casa, y los otros dos, en el Wrigley Field, aun cuando se tropezaron con un revés en el cuarto desafío de la contienda.
Los Cachorros enfrentaron una serie divisional contra los Nacionales de Washington, mano a mano, en donde tuvieron que buscar todas las formas a su alcance para poder superar a unos rivales que no dieron su brazo a torcer en buena parte del trayecto, de los cinco compromisos que desarrollaron, para poder ganar el pasaporte para la ronda del campeonato.
Los alicaídos Cachorros
A los pupilos de Joe Maddon les costó mucho trabajo derrotar a los Nacionales de Dusty Baker, y quizás, ese esfuerzo los dejó sin alientos para la final contra los Dodgers, o quizás simplemente, fueron ‘’amarrados’’ por los lanzadores angelinos en los momentos en que más necesitaban del batazo oportuno. Pudo ser una dosis combinada de ambas cosas las que mermaron la capacidad de los campeones de la Serie Mundial de hace un año. La verdad de todo, es que a los Cachorros se les notó alicaídos, con su ofensiva y con su cuerpo de lanzadores.
Los Dodgers ganaron el primer juego en su patio, 5 carreras por 2; y el segundo, por pizarra de 4 carreras por 1, y en ninguno de los dos, los abridores de las novenas, cargaron con la victoria. Fueron los relevistas, Kenta Maeda, en el primero y Kenley Jansen, en el segundo, los que se llevaron el honor.
En el primero en el Wrigley Field, de Chicago, y tercero de la serie, los Dodgers triunfaron 6 carreras por 1, ganando Yu Darvish y perdiendo Kyle Hendricks; en el segundo en Chicago y cuarto de la final, la victoria fue para los Cachorros 3 carreras por 2, con victoria de Jake Arrieta y derrota para Alex Wood, los dos abridores del compromiso, por lo que hubo la necesidad del quinto partido. En estos dos partidos, ganadores y perdedores fueron los de la rotación.
Este también se jugó en el Wrigley Field de Chicago, y fue la noche de este pasado jueves 19 de octubre, cuando los Dodgers vapulearon al cuerpo de lanzadores de los Cachorros, con 16 imparables incluyendo tres ‘’bambinazos’’ en una noche inolvidable para el boricua Quique Hernández, uno de ellos con la casa llena, para contabilizar 11 carreras por 1, además de tres dobletes y un triple. La única rayita de los Cachorros fue un tablazo de cuatro esquinas de Krist Bryant en el cuarto episodio, frente a una oferta del astro zurdo Clayton Kershaw, el abridor y ganador del juego.
Fue el desquite de los Dodgers frente a los Cachorros, que hacen un año los superaron en 4 de los 6 partidos que jugaron por la Serie del Campeonato de la Liga Nacional, en este recorrido de la postemporada, para llegar al clímax con la Cita de Otoño que está a la vuelta de la esquina.
Ahora los Dodgers están celebrando en su casa, festejo que empezó hace 24 horas en el Wrigley Field de Chicago, y sentados en su patio para abrir la Serie Mundial en Los Ángeles frente al campeón de la Liga Americana, que saldrá de la disputa entre los Astros de Houston y los Yanquis de Nueva York, cuya disputa será a partir del próximo martes 24 de octubre de este 2017.