El inolvidable ‘’bambinazo’’ de Chris Taylor para llevar a los Dodgers a la postemporada. Los Bravos de Atlanta contra los Cerveceros de Milwaukee; y los Dodgers de Los Ángeles frente a los Gigantes de San Francisco, en los clásicos de la Liga Nacional.
Dos outs colgados en la pizarra. Juego empatado en el cierre de la novena entrada a 1 carrera. 53.193 aficionados colmando el ‘Dodgers Stadium’. Corredor en la intermedia, en posición de anotar. La cuenta para el bateador, 2 bolas malas y 1 buena.
¡Mejor, imposible!
Cody Bellinger recibió boleto gratis y se había estafado el segundo cojín pese a que Yadier Molina, el formidable boricua receptor de los Cardenales de San Luis, pensando en la jugada, se había preparado para una vez más intentar sacar out en la intermedia. Lastimosamente parpadeó con la pelota y no la soltó finalmente a la base.
Alex Reyes, el hijo de latinos nacido en Nueva Jersey, subió a la lomita para rescatar a T.J. McFarland — quien le había otorgado la base por bolas a Bellinger —, llamado por Mike Shildt en plan de relevista, a quien apenas le habían desaparecido la esférica en 9 ocasiones en la temporada regular después de 10 victorias y 8 derrotas, y un poco más de 72 episodios laborados.
Chris Taylor llegó al juego en la séptima entrada reemplazando en la alineación a Brusdar Graterol, uno de los relevistas, para jugar en el bosque izquierdo reemplazando a A.J. Pollock, quien salió del juego. Quedó de noveno en el orden al bate.
Desde que Taylor hizo contacto con la esférica, todo el mundo sabía que era un soberbio e inolvidable “bambinazo”, que produjo las 2 carreras ganadoras, para que los Dodgers de Los Ángeles capturaran el Comodín de la Liga Nacional en un agónico pero sensacional juego, instalándose como uno de los cuatro grandes clubes de este 2021 en el Viejo Circuito.
Ya antes, Kenley Jansen, el curazaleño derecho y taponero de los Dodgers, había hecho su trabajo, abanicando a 3 bateadores en el noveno con un sencillo permitido, mientras que el abridor Max Scherzer, en 4 actos y un tercio, con el juego igualado a 1 carrera — gracias a un tablazo de Justin Turner al cierre del cuarto frente al abridor Adam Wainwright —, abandonó la loma con labor de 3 indiscutibles, 1 carrera, anotada por los Cardenales por un lanzamiento salvaje de él en el primer episodio en las piernas de Tommy Edman — el mejor hombre a la ofensiva de su equipo, con 3 indiscutibles en 5 turnos —, 3 bases por bolas y 4 ponches propinados.
¡Fue todo un clásico de béisbol no apto para cardíacos! Y qué final, amigos del béisbol.
Las dos series
Los Bravos de Atlanta visitarán a los Cerveceros, en Milwaukee, en el primer juego de la Serie Divisional, de los dos que están previstos en la casa de los campeones de la Central de la Liga Nacional; y los Dodgers de Los Ángeles después de ganar el Comodín del circuito, va a San Francisco para jugar en casa de los Gigantes los dos primeros de la serie.
Brian Snitker, el mandamás de los Bravos, sabe que su aparente ventaja sobre los Cerveceros en la campaña regular, fue producto de una bien delineada forma de hacer las cosas, las que no puede cambiar en los actuales momentos, pese a que el venezolano Ronald Acuña Jr., no estará en la nómina, por estar lesionado, quien es una buena pieza para el club, cuya ausencia fue diagnosticada como fatal para el equipo, pero a la hora de la verdad, la divisa se mantuvo en línea competitiva, por lo que es el momento de seguir desarrollando la tarea con el mismo empeño y entusiasmo de siempre.
Con 244 de promedio ofensivo, segundos en la tabla de la liga; 239 cuadrangulares, igualmente segundos en la tarjeta, y 762 remolcadas, terceros en las estadísticas, los Bravos tiene con qué salir adelante en las confrontaciones contra los Cerveceros, que batearon para 233, con 194 jonrones y 700 carreras impulsadas.
Sin embargo, Milwaukee con sus lanzadores tuvo promedio 3.50 de efectividad frente a 3.88 de los Bravos, con 537 bases por bolas otorgadas y 1.618 ponches propinados, contra 516 bases entregadas por los serpentineros de Atlanta y 1.417 abanicados.
Por donde se le mire, las novenas están equiparadas y va a depender mucho de la habilidad del estratega Craig Clounsell de los Cerveceros frente a Snitker, cuya tropa actuó muy bien como visitante, con 46 partidos ganados y 35 perdidos, mientras que Milwaukee en casa tuvo 45 triunfos y 36 reveses.
Duelo en grande
Gabe Kapler, el capataz de los Gigantes, montó una novena tan competitiva que se lleva los honores de ser el mejor equipo de la temporada de las Grandes Ligas, con 107 triunfos y 55 derrotas, ganando el banderín del Oeste de la Nacional, cuando los favoritos eran los Dodgers y en una segunda posición, los finalmente alicaídos Padres de San Diego, que dejaron mucho que desear entre sus seguidores y los entendidos del béisbol.
Y los Dodgers, que llegan con los ánimos en positivo después de la sensacional victoria ante los Cardenales, tienen dos sensibles bajas, como lo es la ausencia de su lanzador estrella, el zurdo Clayton Kershaw y, por el momento, del primera base, Max Muncy, mientras están a la espera de que Cody Bellinger vuelva por sus fueros con el uso del bate, cuya campaña no fue la esperada.
Los Gigantes batearon más con promedio de 249, con 241 tablazos de circuito completo y 768 carreras impulsadas; mientras que los Dodgers contabilizaron 244 con el bate, con 237 ‘bambinazos’ y 799 remolcadas.
Los “Esquivadores” compilaron 3.01 de efectividad entre sus lanzadores contra 3.24 de la divisa de la Bahía, con 486 transferencias y 1.599 abanicados; contra 416 bases entregadas y 1.425 ponches propinados por los Gigantes.
Los lanzadores
Todo un veterano, con jerarquía y respeto, llevan los Bravos para el primer juego en Milwaukee, al utilizar los servicios del derecho Charlie Morton, quien tuvo registro de 14 ganados y 6 perdidos en la temporada regular, 3.34 carreras limpias por juego en más de 185 entradas laboradas.
Los Cerveceros por su lado, encargarán de la lomita de los sustos a Corbin Burnes, con marca de 11 triunfos y 5 derrotas en la campaña, 2.43 de efectividad en los 157 episodios trabajados.
Para el segundo encuentro, también en casa de los Cerveceros, Brian Snitker contará con los servicios del zurdo Max Fried, con 14 ganados y 7 perdidos, 3.04 carreras limpias por juego en el año; contra Brandon Woodruff, quien sumó 9 victorias y 10 derrotas, con 2.56 de efectividad.
Entre tanto, Dave Roberts llevará a la lomita de los sustos en San Francisco, para el primer juego que se cumplirá mañana viernes, a Walker Buehler, quien tuvo tarjeta de 16 triunfos y 4 derrotas, con 3.04 carreras limpias por juego, en 207 episodios trabajados, para hacerle frente a Logan Webb, quien abrirá por los Gigantes, con marca de 11 ganados y 3 perdidos, y 3.03 de efectividad en más de 148 entradas trabajadas.
Roberts no ha precisado por el momento quien será su abridor para el segundo juego ante los Gigantes el sábado, pero no hay que olvidar que sin Clayton Kershaw en su rotación, probablemente tendrá que acudir al brazo del zurdo mexicano, Julio César Urías, el único ganador de 20 juegos este año en las Grandes Ligas.
El mexicano tuvo 20 ganados y apenas 3 perdidos, para una efectividad de 2.96 en más de episodios trabajados desde el montículo. Si Roberts no lo llega a utilizar este sábado, seguramente que lo llevará al montículo para el primer juego en Los Ángeles, por lo que habría que esperar sobre las próximas horas, por quien se define como abridor para el segundo partido el estratega de los ‘Esquivadores’.
Kapler, en cambio, anunció que llevará a la lomita a Kevin Gausman, quien tuvo registro de 14 ganados y 6 perdidos, con 2.81 de efectividad en 192 actos trabajados.
Si los Bravos ganan uno de los dos partidos en Milwaukee, difícilmente la serie volverá a la sede de los Cerveceros, y lo mismo ocurriría si los Dodgers consiguen derrotar a los Gigantes en su casa, en uno de los dos juegos como visitantes.
Si de clásicos se trata, no hay duda alguna de que tanto la serie entre los Bravos y los Cerveceros, como la de los Dodgers frente a los Gigantes, son clásicos auténticos del viejo Circuito, porque en la ronda Atlanta-Milwaukee, existe una vieja rivalidad, que se ha venido incrementando a través de los años; y entre la de Los Ángeles-San Francisco, además de ser una vieja y ya tradicional confrontación del Estado de California, la controversia a nivel del Viejo Circuito es todavía más profunda y añeja, porque viene desde cuando ambas divisas jugaban en Nueva York, los Dodgers por Brooklyn y los Gigantes por la Ciudad de la Gran Manzana.
Los clásicos son clásicos y por lo tanto, lo que se puede esperar es que todos los desafíos de estas dos series divisionales sean tan cerrados y de buen béisbol que resulten ampliamente gananciosos los aficionados de las cuatro ciudades en donde actúan los equipos.
¡Qué ganen los mejores!