Llegó el Triduo Pascual. ¿Cómo será este Jueves Santo con Covid-19?

(Imagen: archivo particular-VBM).

Pocos son los lugares donde el cristianismo no celebra la Semana Santa mediante ceremonias y procesiones que escenifican el drama de la muerte y pasión de Jesús. La semana más importante de la cristiandad, llamada en muchos casos la Semana Mayor.

La pandemia cambió las formas de vivirla, pero no el fondo. Ahora, gracias al internet, se puede seguir momento a momento en diferentes lugares. La Semana Santa viene precedida por 40 días de cuaresma, 40 días donde se recuerda los días que pasó Jesucristo preparándose para su sacrificio en el desierto. 

Esta conmemoración, que cuenta con 2000 años de antigüedad, y esta semana se celebra en los mismos días desde en todo el mundo desde el VI. Para saber en qué fecha se celebra cada año, el calendario cristiano se rige con la Luna llena astronómica, ya que la Pascua de Resurrección debe ser el domingo inmediatamente posterior a la primera Luna llena tras el equinoccio de marzo.

Se denomina Triduo Pascual a los tres días de la Semana Santa en los que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo: Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo.

De esta forma, el Triduo Pascual, concentra los momentos más importantes del año litúrgico en el cristianismo.

El Jueves Santo abre el Triduo Pascual

(Imagen: archivo particular-VBM).

Este día se recuerda la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies. Al terminar la cena Jesús se fue a orar al Huerto de los Olivos, ahí pasó toda la noche. También se recuerda la traición de Judas, cuando lo entregó con un beso, y la oración en el Huerto de Getsemaní, en donde se dio su prendimiento. Este día es de vigilia.

Es el tiempo de humildad y sencillez al prójimo, tal y como Jesús lo hizo al lavar los pies a sus discípulos. Es por eso que en este día los sacerdotes renuevan sus votos de vida para con la Iglesia. También se realiza la bendición de los óleos que se utilizarán en las ceremonias de bautizos, unción de los enfermos y ordenaciones sacerdotales.

En este día la Iglesia Católica conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena de Cristo. Ese es uno de los días más importantes de la Semana Santa y su festejo incluye procesiones desde la madrugada hasta el día siguiente, el Viernes Santo.

Por la mañana se celebra la ‘Misa Crismal’, presidida por el obispo diocesano. El Oficio de Jueves Santo, comienza con la entrada procesional. Una de las lecturas, del Antiguo Testamento, hace mención a la cena que celebró el pueblo de Israel durante el Éxodo. Desde entonces, celebraron la Cena Pascual, tal como hicieron Jesús y sus discípulos.

En esta celebración se canta de nuevo el «Gloria» a la vez que se tocan las campanas, y cuando éste termina, las campanas dejan de sonar y no volverán a hacerlo hasta la Vigilia Pascual en la Noche Santa.

Tras la comunión, se traslada el Santísimo Sacramento al ‘Monumento’, donde permanecerá toda la noche. En el ‘Monumento’, el sacerdote deposita el copón con el Santísimo. Lo inciensa y ora en silencio. Después, se retira en silencio, acompañado por otros sacerdotes y los monaguillos, se dirige a la sacristía.

La noche del Jueves Santo, se realiza el recorrido de las siete iglesias. En cada Monumento, los cristianos realizan una oración.

“El Jueves Santo celebramos la Santa Cena de despedida. Celebrando la Pascua Jesús hace dos gestos inéditos bendice el pan y el vino haciendo de estos signos de su cuerpo entregado y sangre derramada en la Cruz, pide a su dicho perpetuar esta memoria de Acción de Gracias con la cual Jesús inaugura la Nueva Alianza o Nuevo Pacto, en la Cena Jesús recuerda a sus discípulos el Mandamiento del amor que es el principio, ética y núcleo de la praxis de la vida cristiana. Ama y haz lo que quieras”, explica el padre Alejandro Gaitán.

“Oramos por todos los Pastores y ministros y ministerios de la Iglesia para que a ejemplo de Jesús nuestro único Pastor conduzca a los servidores de la Iglesia en el ejercicio Pastoral y acreciente en ellos el celo por el servicio al pueblo de Dios y la intimidad con Dios en la profundidad de su ser hasta llegar identificarse con Cristo en su carácter, decisiones éticas, voluntad de servicio, vivencia de los valores del Evangelio y opción fundamental por el Reino. Se destacan las ofrendas del pan y el vino y su bendición. A causa del Covid no se lavan, ni besan los pies. Se narra el texto del lavatorio de los pies y el Mandamiento del Amor. La predicación se centra en la importancia del Mandamiento del amor al estilo de Jesús: como yo os He amado. Todos en la iglesia somos sacerdotes, reyes y profetas en virtud del sacramento del Bautismo. Se vive al ser para los demás, en la compasión, en la caridad, la fraternidad y en la proclamación de la Palabra”, complementa. (GRS-Prensa).

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