Por: Antonio Andraus Burgos
Los Orioles de Baltimore, los Mellizos de Minnesota y los Angelinos de California, en la Liga Americana; y los Nacionales de Washington, los Piratas de Pittsburgh y los Gigantes de San Francisco, en la Liga Nacional, con una temporada para el olvido.-
La temporada del béisbol de las Grandes Ligas se está despejando para las novenas que, desde el comienzo de la misma, pensaron en llegar a la postemporada de este 2018.
Pero en otros casos, ha sido una campaña decepcionante, especialmente para sus seguidores y para la propia nómina de las novenas que, contando con destacados peloteros, lentamente fueron cediendo terreno, por uno u otro motivo, y hoy pueden ser consideradas como los fracasos de la jornada.
Desde luego, en cada caso, hay que hacer juiciosamente los análisis de los clubes que, habiendo alcanzando cierto apoyo entre los críticos y los expertos, se desplomaron en medio de los problemas de salud de muchos de sus jugadores y en algunos otros casos, con los verdaderos ‘’baches’’ que llegaron para asumir la tarea encomendada para muchos de ellos.
Nunca se pensó, y es válida la apreciación, que los Orioles de Baltimore en la Liga Americana, de la noche a la mañana, perdieran el norte de su capacidad de juego, y mucho menos, que superaran la cifra de las 100 derrotas en la temporada en la división Este del circuito. Las dos cosas, son un hecho cierto hoy día.
Ni qué decir de los Nacionales de Washington, los favoritos una vez más para ganar el banderín de la división Este de la Liga Nacional, que a medida que avanzaba la campaña, se veía superada la novena por los Bravos de Atlanta, un equipo que viene en reconstrucción; y por los Filis de Filadelfia, también en el camino de organizarse para el futuro. Con excelente nómina, los Nacionales en esta ocasión, ni siquiera van a la postemporada del Viejo Circuito.
En la Americana
Los Medias Rojas de Boston, estrenándose en la conducción con el novato boricua, Álex Cora, mostraron desde los propios campos de entrenamientos que pensaban en grande para la cita del año, pero quizás el club tampoco avizoró que podría ser ganador de 100 o más juegos, algo que no alcanzaba desde hacia 72 años en la Gran Carpa.
Ganando con facilidad la división, los Medias Rojas encontraron en los Yanquis de Nueva York, sus eternos rivales, a una novena que luchó con pasajes interesantes en la campaña, pero la lista de lesionados de los ‘’Mulos’’ del Bronx le mermaron la capacidad de juego cuando nadie lo esperaba. Y lo peor, que carecieron de una verdadera profundidad en su rotación abridora, quizás por la falta de un par de ases para la tarea, así como en su valiosa nómina de relevistas que, incluyendo a su cerrador oficial, el cubano Aroldis Chapman, se vieron complicadas por las indeseadas ausencias durante el año, agregándose a ello, que el dominicano Dellín Betances y David Robertson, perdieron juegos decisivos para la novena pese al gran valor deportivo de ambos.
Bastaría con apreciar las dos ultimas series de los pupilos de Aaron Boone, los Yanquis, frente a los Mellizos de Minnesota y ante los Azulejos de Toronto. Con eso es más que suficiente.
Por cierto, de los Azulejos se esperaba más, mucho más que el rendimiento ofrecido en la temporada. En el vaivén de la jornada, sus líneas no ofrecieron la capacidad de juego que se pensaba ellos tenían.
Los Rayas de Tampa, desde antes de abrirse la contienda, se sabía que el club no contaba con la nómina para convertirse en contrincantes de primera línea, pero por lo menos, el equipo ha sido un digno contendiente en líneas generales.
En cambio, los Orioles, de Buck Showalter, ciertamente han sido la gran decepción de la división y de la liga. Nadie los daba como favoritos cuando se empezó a disputar la temporada, ¡ni más faltaba!, pero por lo menos que ofrecieran la resistencia de un club que con base en sus jugadores de nómina, mantuviera la zona en una lucha más cerrada y fuerte que lo que finalmente se observó.
Los Indios y los Astros
Otra gran decepción del año, después de una sensacional campaña un año atrás, han sido los Mellizos de Minnesota, novena que también encontró durante el recorrido, una prolongada lista de incapacidades que, para ser honestos, en muchas ocasiones se notó la ausencia de esos titulares, como por ejemplo, la del dominicano Miguel Sanó; en cambio, el otro dominicano, Ervin Santana, dejó un enorme vacío en la rotación, al ser suspendido por la utilización se sustancias prohibidas en el juego.
En cambio, los Indios de Cleveland, por tercer año consecutivo, de la mano del estratega Terry Francona, capturan el banderín de la división Central de la Liga Americana, asegurando sin contratiempo alguno, esa corona que le ofrece obtener el paso una vez más a la postemporada.
En varias ocasiones se dijo que los Indios eran favoritos, pero de alguna manera se esperaba que los Mellizos mostraran la calidad y el juego que hicieron en el 2017. Pero ello no ocurrió así.
Mientras tanto, los Astros de Houston, favoritos para ganar la división Oeste de la Americana, están confirmando que su triunfo en la Serie Mundial del año pasado, no es cosa para tener en cuenta para una sola campaña, sino que es una divisa que dará de qué hablar en cuatro o cincos años más.
Los Atléticos de Oakland, que no estaban en la pizarra ganadora de muchos, están dándole importancia al circuito, mientras que los Marineros de Seattle, los Angelinos de California y los Vigilantes de Texas, han sido vapuleados sin contemplaciones.
De los Vigilantes se esperaba poco, como efectivamente ocurrió. Sobre los Marineros había mucha expectativa, pero todo quedó en eso, en meras expectativas. Pero los Angelinos, equipo al que se le pronosticaba que este podría tener un buen año para sus pretensiones de volver a la postemporada, se quedó sólo en el anuncio, porque a pesar de la contratación del formidable novato japonés, Shohei Ohtani, los muchachos de Mike Scioscia, se quedaron perdidos en el camino.
En la Nacional
Los Nacionales contaron con el apoyo de la crítica que una vez más obtuvieron las tarjetas para por lo menos ganar la división y llegar a la postemporada. Los muchachos dirigidos por el novato Dave Martínez, en esta oportunidad no van siquiera a la postemporada, pese a que sus figuras como el novato dominicano Juan Soto y Brian Harper, y antes de salir de la nómina, Daniel Murphy, lo dieron todo para el club.
Son los Bravos de Atlanta, en una combinación que ha rendido frutos dulces a la divisa, bajo la dirección de Brian Snitker, y la presencia de un novato como el serio aspirante al título del año, como el venezolano Ronald Acuña Jr., y el apoyo del también venezolano Ender Inciarte, del veterano primera base Freddie Freeman, del destacado curazaleño Ozzie Albies, del veterano Nick Markakis, respondieron por encima de lo esperado, para estar casi que asegurados como ganadores de la división.
Y otro campanazo de alerta para el próximo año, lo están dando desde ahora los Filis de Filadelfia, que en plena senda de cambiar su paisaje de novena perdedora a ganadora, fue el equipo que movió con mucho entusiasmo la división, con una serie de cambios que incluyó la presencia del novato receptor colombiano, Jorge Álfaro, y de los veteranos, el lanzador derecho Jake Arrieta y del primera base dominicano, Carlos Santana.
Los Cachorros y los Dodgers
Siempre se tuvo en cuenta a los Cachorros de Chicago, de Joe Maddon, para estar disputándose juego a juego, la división central de la Nacional, como está ocurriendo, pero que para el trajinar de la campaña, los Cerveceros de Milwaukee y los Cardenales de San Luis, tendrían para poner en apuros a los favoritos de la división, pensándose también en que los Piratas de Pittsburgh, no se convirtieran en la gran decepción que han sido, mientras que los Rojos de Cincinnati, como se esperaba, no estarían en el partidor para la lucha por el banderín de la zona.
Los Cachorros están en el primer lugar hoy, mañana quién sabe. Pero el favoritismo lo tienen todo a su favor, así los Cerveceros de Craig Counsell y los siempre luchadores Cardenales, ahora sin Mike Matheny en la dirección, que está en manos de Mike Shildt, puedan cambiar la situación antes de que concluya, en dos semanas, el calendario regular.
Finalmente, en el Oeste de la Nacional, los Dodgers de Los Ángeles, han tenido que luchar no solamente frente a sus rivales en los diamantes de juego, sino contra las adversidades de las lesiones, empezando por la de su paracortos titular, Corey Seager, quien perdió toda la temporada; la de Justin Turner, cuya ausencia fue realmente notoria tanto a la defensiva desde la tercera base como a la ofensiva; y de los altibajos en salud y en la labor desde la lomita de los sustos, de su astro zurdo Clayton Kershaw, mientras que Dave Roberts, su capataz, se divierte en saber que el veterano Matt Kemp, volvió por sus fueros para hacer respetar el uniforme, y que el cubano Yasiel Puig, con unas de cal y otras de arena, mantuvo el entusiasmo de la novena.
No ha sido una temporada fácil para los Dodgers, cuando los Cascabeles de Arizona y los Rockies de Colorado, han sido los encargados de hacer de la división la gran atracción del año.
Los Rockies están ahora mismo en el primer lugar; los Dodgers en el segundo, y los Cascabeles en el tercero. Los Cascabeles han dado mucho de qué hablar como se esperaba, y otro tanto han hecho los Rockies, para hacer, conjuntamente con los Dodgers, una animada división en el Viejo Circuito. ¿Quién finalmente la ganará?
Lo peor de todo es que sólo el ganador de la división tiene asegurada la postemporada. Porque con la tarjeta del comodín, muchas cosas pueden suceder, incluyendo que, como están las cosas, sea disputada por novenas de la división Central: los Cerveceros y los Cardenales, y por ninguna de las tres del Oeste lleguen a esa instancia. A menos que los Dodgers tengan una línea ganadora hasta el final, que además de pensar en conquistar la división, pueda colarse, en el peor de los casos, para jugar el partido de ‘’vida o muerte’’.
La decepción del año en la zona han sido los Gigantes de San Francisco, que cargaron con una buena dosis de apoyo entre los expertos pero que en el desarrollo de la cita, perdieron el terreno que adquirieron pese a todos los cambios y recambios que lograron en el trayecto. El equipo, finalmente, no respondió.
Las citas del comodín, hasta hoy, están en manos de los Yanquis frente a los Atléticos, en la Liga Americana; y de los Cerveceros contra los Dodgers o los Cardenales, en la Liga Nacional, dependiendo esta última, de los resultados que consigan éstas dos últimas novenas en las dos semanas que hacen falta de la temporada.-