Tras muchos años de orden, Bogotá, vuelve a ahogarse en las basuras, como ocurría en épocas de la Edis y sus famosos “escobitas”, que con Víctor Mora le dieron brillo a nuestro país, cuando este ganó, la noche de San Silvestre, la Maratón más famosa del mundo en Brasil.
Los “escobitas”, fueron un gremio respetable, hasta cuando los políticos de turno se apoderaron del sindicato que los agrupaba, convirtiéndolos en un fortín para sus intereses. A partir de ese momento, las basuras empezaron a invadir a Bogotá. Los vehículos eran chatarras andantes que se varaban por falta de mantenimiento carencia de repuestos.
La capital era un caos. Durante el gobierno de Andrés Pastrana, se le puso coto a tamaño desbarajuste y se entregó esta labor a una serie de compañías privadas que mostraron la eficiencia de un servicio manejado con criterio empresarial. La cosa salió tan bien, que resistió las críticas de los enemigos del lucrativo negocio que considera que la “basura es oro”, como lo afirma Héctor Galindo, socio de una de las beneficiadas. Todo fue color de rosa, hasta cuando empezó la puja por la renovación de los contratos. Desde hace meses, ya no cortaban los prados ni barrían las calles, solo recogían la basura. Petro, con sobradas razones, dio un viraje y, acertada o erradamente, revivió la Edis con sus “escobitas”. Parece ser que no todo es culpa de Petro, su arrogancia y su improvisación. Por fortuna parece que hubo arreglo con los antiguos recolectores, pero hay algo turbio por debajo.
Gasolina
Se debate una rebaja de 400 pesos por galón de gasolina, en la conciliación de los artículos de la Reforma Tributaria. El gobierno calcula que esto le costará 400.000 millones de pesos al año. Nadie explica esto. Hace dos meses, la gasolina en Texas, Estados Unidos, valía US$3.45 el galón ($6.210) y hoy, por la baja de los precios del crudo, cuesta US$2.90 ($5.220). En 60 días cayó 990 pesos colombianos. Es un enigma lo que ocurre, porque los precios del petróleo rigen por igual para Estados Unidos y Colombia… y estamos hablando de una rebaja de -como se dice del salario mínimo- miserables 400 pesos, mientras en Gringolandia, baja 990 pesos por galón y sin reforma. ¡Qué locura!
BLANCO: Somos el quinto mejor equipo de futbol del mundo. ¡Feliz Navidad!
NEGRO: El desplante de Fedegán.
gabrielortiz10@hotmail.com