Por: Antonio Andraus Burgos
El zurdo Clayton Kershaw, de los Dodgers, y el derecho Masahiro Tanaka, de los Yanquis, al lado del rey Felix Hernández, de los Marineros, están de boca en boca.
Tan respetable como cualquiera otra, Mariano Rivera, en su libro biográfico ‘’El Cerrador’’, que ya salió en inglés y que en septiembre se publicará en español, expresó su opinión sobre la mejor segunda base que hay en la actualidad en el béisbol de las Grandes Ligas, y ese pronunciamiento ha dado oportunidad para que surja una polémica que, a nuestro modo de ver las cosas, no tiene asidero alguno.
Mo, el inmortal cerrador de las mayores, ha dicho palabras más palabras menos, que el mejor pelotero para jugar la intermedia en los actuales momentos en la Gran Carpa, lo es Dustin Pedroia, el hombre que cuida el segundo cojín de los Medias Rojas de Boston, desde hace ocho años, por encima de quienes consideraban que iba a escoger a Robinson Cano, su compañero de equipo hasta el último día del año 2013, el formidable jugador dominicano, quien marcó una extraordinaria carrera con los Yanquis de Nueva York.
Mariano se inclinó por señalar que para su gusto, Pedroia es un pelotero más competitivo que Cano. Y quién dijo miedo. Muchos críticos se le vinieron encima, y muchos otros comentaristas, reprocharon a Mo por esa opinión, muy de él, respetable, sincera, llena de todo el aprecio que se merece el concepto de él o de cualquiera otra persona.
Pues bien. Con el transcurrir de los días, la afición, ese monstruo de mil cabezas que a veces pierde los estribos por el hervor propio del juego, se está dando cuenta, especialmente en el ‘’Yankee Stadium’’, que Mariano dijo lo que dijo, a conciencia, sabiendo seguramente que esa expresión iba a causar gran polémica, pero lo hizo con la responsabilidad que le caracteriza, y con los pies puestos sobre la tierra.
Una cosa es que Cano sea tan latinoamericano como Mariano, y otra muy diferente, es que las apreciaciones entren al terreno especulativo, porque hay que inclinarnos forzadamente a defender lo nuestro, así tengamos ante nuestra faz una verdad de a puño en contrario, en lo que nunca hemos estado de acuerdo.
La competitividad de Pedroia
La prueba fehaciente de que Pedroia es tan competitivo como ningún otro pelotero que esté jugando actualmente en el segundo cojín, la dio en la quinta entrada del último juego de la serie entre los Medias Rojas y los Yanquis, en la propia casa de los Mulos de Bronx, este pasado domingo 29 de junio, cuando le quitó indiscutiblemente un imparable a Derek Jeter, en la quinta entrada, cuando Bred Gardner se encontraba en la intermedia, pidiendo camino para anotar una carrera que tanto necesitaba su equipo.
Pedroia se desplazó y se lanzó de cabeza en forma impecable, hacia terrenos de la primera base, haciendo un extraordinario esfuerzo para capturar la pelota, engarzándola con su guante, reponiéndose rápidamente para sacar out en la primera almohadilla al capitán Jeter, en una jugada que causó la admiración del respetable.
Gardner avanzó hasta la tercera en la jugada, pero no pudo anotar por lo que pudo ser un sencillo de Jeter que le destrozó Pedroia. Fue una jugada espectacular.
Nadie ha dicho que Cano no es un segunda base formidable. Nadie lo ha desechado. Es calificado como un segunda base valioso en el béisbol de las mayores. La opinión de Mariano encaja fría y técnicamente hablando, en la clase de pelotero que es Pedroia en determinadas jugadas a la defensiva y, a lo mejor también, a la ofensiva, frente al papel que desarrolla Robinson Cano en esa clase de jugadas.
El dominicano nunca ha exhibido ese esfuerzo vital para capturar una pelota sobre su territorio, y tampoco verlo desplazarse desde el plato hacia la primera base cuando su tablazo rueda sobre el campo interior del diamante, con la ansiedad de alcanzar la almohadilla. Esa es la pequeña pero gran diferencia entre Pedroia y Cano: aquel es competitivo de principio a fin, este es un jugador de clase que suma muy poco por esforzarse en muchas jugadas.
La ofensiva, es la gran diferencia
Con un año más jugando en la Gran Carpa, nadie entra a discutir que Cano tiene mejores numeritos que mostrar con el uso del bate, que Pedroia. Y decir lo contrario, es ir contra la verdad, simple y llanamente.
Robinson es temible a la hora de consumir sus turnos al bate, frente a lanzadores derechos o zurdos, aun cuando tenga en su contra el ser un pelotero fácilmente dominable por los buenos lanzamientos, hasta el punto de tener 729 ponches recibidos en 5.642 turnos al bate, hasta el 30 de este mes de junio de 2014, contra 450 de Pedroia, en 4.356 turnos, a la misma fecha.
Pero Cano suma 210 cuadrangulares contra 103 de Dustin; tiene 870 carreras impulsadas frente a 523 del bostoniano; 1.747 inatrapables ante 1.307 indiscutibles de Pedroia; y 378 bases por bolas negociadas contra 459 del segunda base de los Medias Rojas; al tiempo que el promedio de bateo del dominicano en su carrera está en 310 contra 300 de Dustin. Y con esos numeritos, juzguen ustedes, amables lectores.
Los ases del montículo
Los Dodgers de Los Ángeles están en este momento, al cierre de junio, en la cima de la división Oeste de la Liga Nacional, algo que por su nómina, su talento y la clase de jugadores con que cuenta, se esperaba hacía rato.
Los Yanquis de Nueva York están luchando día a día para mejorar su compilación en juegos ganados y perdidos, en la división Este de la Liga Americana. Y los Marineros de Seattle a pesar de algunas buenas inversiones que hicieron para este 2014, todavía no se afianzan como un equipo que pueda apostar a conquistar la corona de la división Oeste de la Liga Americana.
Sin embargo, en esos equipos de las Grandes Ligas hay tres sensacionales lanzadores que, con todo lo que ocurre en cada una de sus divisas, ellos brillan con luz propia.
Clayton Kershaw, con los Dodgers; Masahiro Tanaka, de los Yanquis, y Félix Hernández, de los Marineros, cada vez que suben a la ‘’lomita de los sustos’’, muestran por qué se encuentran en el consolidado grupo de extraordinarios lanzadores en la Grandes Ligas.
Los tres, a su manera, con su estilo y por la calidad de trabajo que exhiben desde el montículo, ofrecen parte de la garantía juego por juego, para que su novena aspire, por lo menos, a una victoria más.
Y si de lanzadores hablamos, habría que citar aquí a Mark Buehrle, el zurdo de los Azulejos de Toronto, que venía con una espectacular campaña y que de la noche a la mañana, se detuvo en el camino de más victorias que derrotas, desde cuando llegó a los 10 triunfos de este año. Detrás de él, hay varios serpentineros que merecen cobija aparte, por el trabajo desarrollado hasta el momento. Entre ellos, Zack Greinke, de los Dodgers; Rick Porcello, de los Tigres de Detroit; el dominicano Alfredo Simon, de los Rojos de Cincinnati, y Adam Wainwright, de los Cardenales de San Luis, todos estos con dos dígitos en juegos ganados y perdidos.
Tanaka, Kershaw y el rey Félix
El lanzador de los Yanquis, Masahiro Tanaka, se ha convertido bien pronto en un ídolo entre los seguidores de la divisa del Bronx, así como están de boca en boca Clayton Kershaw, con los Dodgers, y el rey Félix Hernández, en los Marineros.
El derecho japonés Tanaka ha mostrado porqué su contrato es de 155 millones de dólares para 7 años, con los Yanquis. Al finalizar junio, suma 11 victorias contra apenas 3 derrotas, el líder en este departamento de juegos ganados y perdidos en las mayores, con 2.10 carreras limpias por juego y compila 127 ponches propinados.
Kershaw, el astro zurdo de los Dodgers, quien ganará 30 millones de dólares por año en las próximas 7 campañas, muestra una tarjeta con menos de dos dígitos como lanzador ganador, con 9 triunfos y 2 derrotas, con 2.04 carreras limpias por juego y 107 ponches compilados, pero es el mejor en esa tabla con 9 victorias.
El venezolano Félix Hernández, más conocido como el Rey Félix, a pesar de estar con un equipo que apenas despunta como contrincante de quilates, como son los Marineros, tiene tarjeta de 10 ganados y 2 perdidos, con 2.10 carreras limpias y 137 ponches.
Buehrle, de los Azulejos, llegó a los 10 triunfos contra 1 derrota, y ha perdido sus últimos cuatro partidos, para tener marca de 10 ganados y 5 perdidos, con 2.50 carreras limpias y apenas 67 ponches.
Greinke, de los Dodgers, ha ganado 10 y ha perdido 4, con 2.78 carreras limpias, y 111 ponches propinados a sus rivales; y Porcello, el lanzador de los Tigres, tiene 10 triunfos y 4 derrotas, con 3.41 carreras limpias por juego y 62 ponches contabilizados.
El dominicano Simon es el as por el momento, entre los lanzadores de los Rojos, con 10 victorias y apenas 3 derrotas, con 2.81 carreras limpias por juego y 64 bateadores liquidados por la vía de los buenos lanzamientos.
Finalmente, el derecho de los Cardenales, Adam Wainwright, registra 10 triunfos frente a 4 reveses, con 2.01 carreras limpias por juego y 105 ponches propinados.
Las estadísticas de los lanzadores, en los tres primeros meses de la campaña, ofrece variedad entre las novenas, con excepción de los Dodgers, que tienen a dos de sus abridores en la nómina de los 10 mejores lanzadores en lo que va de la campaña. Por eso, los Dodgers volvieron al primer lugar de la tabla de posiciones de la división Oeste de la Liga Nacional.