Domingo Germán, el primer lanzador de República Dominicana en conseguir un Juego Perfecto en las Grandes Ligas; el tercer latino en alcanzar la hazaña y el número 24 en la historia del Béisbol Organizado.
No había tenido tanta satisfacción, después de momentos tan difíciles, como el del pasado 16 de mayo de este año, cuando fue expulsado del juego porque ‘”estaba utilizando algo demasiado pegagoso’” en sus manos para hacer sus lanzamientos y luego ser suspendido por 10 juegos, para un sinsabor en su carrera, como su formidable actuación de la noche del miércoles 28 de junio de este 2023, por los Yanquis de Nueva York frente a los Atléticos de Oakland.
El hijo de San Pedro de Macorís, Domingo Germán, a sus 30 años, se convierte en el primer lanzador de la República Dominicana, en medio de tantas estrellas de las serpentinas que ha tenido la pequeña isla de “Quisqueya”, en lograr un Juego Perfecto en las Grandes Ligas, y en ser el número 24 de toda la historia del Béisbol Organizado en alcanzar la hazaña.
Domingo estuvo intransitable en el juego frente a los Atléticos, en el Coliseo de Oakland, y sus rivales no lograron descifrarle sus lanzamientos, la mayoría de ellos en curvas, para contabilizar apenas 99 envíos al pentágono, 72 de los cuales fueron buenos, para colgar los 27 outs del partido, dominando al último bateador, el rápido y difícil Esteury Ruiz, el novato dominicano que está desarrollando una gran campaña con la novena de Oakland, partido que se desarrolló en 2 horas y 30 minutos.
Abanicó a 9 rivales y Germán es el segundo lanzador latino de este siglo en inscribirse en la historia de la Gran Carpa, en laborar un Juego Perfecto, algo que no se veía con el uniforme de los Yanquis de Nueva York, desde 1999, cuando lo alcanzó el inolvidable David Cone.
Los Yanquis ganaron el desafío 11 carreras por 0, con 3 carreras remolcadas por Giancarlo Stanton; con 2 de Josh Donaldson y otras 2 de Isiah Kiner-Falefa; pero toda la atención y las miradas se concentraron, desde la séptima entrada, en cada serpentina que enviaba Germán, tanto por los pocos aficionados que estaban en el estadio, 12.479 fue la concurrencia para el desafío, como por los propios peloteros de ambas novenas.
Con altibajos
El derecho dominicano venía de dos salidas sin fortuna, cuando fue vapuleado por los Medias Rojas de Boston, el 16 de junio, cuando le fabricaron 7 carreras en apenas 2 entradas de labor; y luego, el 22 de este mismo mes, cuando los Marineros de Seattle le volvieron a sonar la pelota con facilidad, fabricándole 8 carreras en apenas 3.1 episodios de trabajo.
Los Yanquis, que han estado “silenciados” a la ofensiva, hasta el punto que está ocupando la décima tercera casilla en la Liga Americana, y la número veintisiete en las Grandes Ligas, con 229 como promedio de bateo, a la fecha del 28 de junio, han tenido que necesitar más de la profundidad de su cuerpo de lanzadores abridores ante la poca acción con el uso del madero, perdiendo varios partidos en las postrimerías de los mismos, cuando sus relevistas no han respondido a las exigencias del juego.
La actuación de Germán ha tenido muchos altibajos, y hasta la fecha, compila 5 partidos ganados y 5 perdidos, con 5 encuentros sin decisión, para 15 aperturas; con 4.54 carreras limpias por juego; y 78 bateadores abanicando la brisa en 81.1 entradas de labor en la actual temporada.
Tercer latino
Germán dominó a los 27 bateadores que enfrentó, ninguno de los cuales le pisó la primera almohadilla; sin entregar bases por bolas y al campo, sus compañeros no le cometieron errores, ejerciendo de manera magistral pleno dominio frente a los bateadores en todo el trayecto del juego, inscribiendo su nombre como el tercer lanzador latinoamericano en lograr la hazaña de un Juego Perfecto, al lado de Dennis Martínez, de Nicaragua, con los desaparecidos Expos de Montreal, el 28 de julio de 1991, frente a los Dodgers de Los Ángeles; y Felix Hernández, de Venezuela, el 15 de agosto de 2012, ante los Rayas de Tampa.
Domingo Germán es el cuarto lanzador de todos los tiempos de los Yanquis de Nueva York en alcanzar un Juego Perfecto en las Grandes Ligas, y su nombre se une a los ilustres Don Larsen, el único en conseguirlo en una Serie Mundial, el 8 de octubre de 1956, ante los Dodgers de Brooklyn; David Wells, el 17 de mayo de 1998, frente a los Mellizos de Minnesota; y David Cone, el 18 de julio de 1999, contra los Expos de Montreal.
De acuerdo con la historia que se reseña desde cuando se llevan las estadísticas del béisbol profesional en los Estado Unidos y que se catalogan como de las Grandes Ligas, antes de la era del siglo de las dos Guerras Mundiales, que empieza en 1904, hay dos lanzadores que alcanzaron Juegos Perfectos.
El primero fue Lee Richmond, quien lanzando por los Rubíes de Worcester, el 12 de junio de 1880, lo hizo frente a los Azulejos de Cleveland; y John Ward, quien laborando por los Grises de Providencia, obtuvo Juego Perfecto del 17 de junio de 1880 ante los Bisontes de Buffalo.
El histórico Cy Young, en cuyo honor se entregan los máximos galardones para los mejores serpentineros anualmente en la Gran Carpa, fue el primero de la era organizada, en conseguir la perfección en un partido.
Young, el hombre de los 511 partidos ganados, 316 derrotas y 2.63 carreras limpias por juego, en 906 partidos laborados en las Grandes Ligas, con 17 encuentros salvados, lo logró con los Americanos de Boston, el 5 de mayo de 1904, frente a los Atléticos de Filadelfia.
Inolvidable galería
En este Siglo XXI, ocho serpentineros han alcanzado la gloria con Juegos Perfectos en las Grandes Ligas, empezando por el inmortal zurdo Randy Johnson, quien lanzando por los Cascabeles de Arizona, el 18 de mayo de 2004, lo obtuvo frente a los Bravos de Atlanta.
Luego aparece, el zurdo Mark Buehrle, de los Medias Blancas de Chicago, el 23 de julio de 2009, ante los Rayas de Tampa.
En el 2010 hay dos Juegos Perfectos. El primero, de Dallas Braden, de los Atléticos de Oakland ante los Rayas de Tampa, el 9 de mayo; y el segundo de Roy Halladay, de los Filis de Filadelfia, frente a los Marlins de Florida, el 29 de mayo.
El año 2012 es el más prolífico hasta este momento, en Juegos Perfectos. El 21 de abril, Philip Humber, de los Medias Blancas de Chicago lo lanza frente a los Marineros de Seattle; el 13 de junio, lo hace Matt Caín, de los Gigantes de San Francisco, ante los Astros de Houston; y el 15 de agosto, el venezolano Felix Hernández, por los Marineros de Seattle, registra el otro, contra los Rayas de Tampa.
Finalmente, este 28 de junio de 2023, el dominicano Domingo Germán, de los Yanquis de Nueva York, se convierte en el lanzador número 24 en ganar un Juego Perfecto en las Grandes Ligas, al imponerse sobre los Atléticos de Oakland.
Sin embargo, en la galería de los pocos serpentineros con Juegos Perfectos, aparecen, en lo que corresponde al siglo pasado, estos nombres:
En la década de los 90, David Cone, de los Yanquis, quien el 18 de julio de 1999, lo hizo frente a los Expos de Montreal; David Wells, de los Yanquis, el 17 de mayo de 1998, contra los Mellizos de Minnesota; Kenny Rogers, de los Vigilantes de Texas, el 28 de julio de 1994, ante los Angelinos de California; y Dennis Martínez, de Nicaragua, con los Expos de Montreal, el 28 de julio de 1991, ante los Dodgers de Los Ángeles.
En la década de los 80, Tom Browning, de los Rojos de Cincinnati, el 16 de septiembre de 1988, frente a los Dodgers de Los Ángeles; Mike Witt, de los Angelinos de California, el 30 de septiembre de 1984 frente a los Vigilantes de Texas; y Len Barker, de los Indios de Cleveland, contra los Azulejos de Toronto, el 15 de mayo de 1981.
Y los últimos seis grandes de esa galería, casi que exclusiva, con Juegos Perfectos: Jim ‘Catfish’ Hunter, de los Atléticos de Oakland, el 8 de mayo de 1968, frente a los Mellizos de Minnesota; Sandy Koufax, de los Dodgers de Los Ángeles, ante los Cachorros de Chicago, el 9 de septiembre de 1965; Jim Bunning, de los Filis de Filadelfia, el 2 de junio de 1964, frente a los Mets de Nueva York; Don Larsen, de los Yanquis de Nueva York, el único en Series Mundiales, la de 1956, frente a los Dodgers de Brooklyn, el 8 de octubre; Charlie Robertson, de los Medias Blancas de Chicago ante los Tigres de Detroit, el 30 de abril de 1922 y, finalmente, Addie Joss, de los Siestas de Cleveland, el 30 de abril de 1922, ante los Medias Blancas de Chicago.
Sin embargo, de ese grupo, hasta hoy, de 24 lanzadores con Juegos Perfectos, no todos han llegado al Salón de la Fama, porque al revisar sus estadísticas generales en la Gran Carpa, sus actuaciones no los han respaldado para obtener la Ciudadanía de Cooperstown.