El tipo es un chiste
El próximo 23 de septiembre este abogado bogotano cumplirá 55 años. Ejerce el Derecho, le fascina la comedia, actuó en una película en la cual los espectadores no sabían si reír o llorar. Ha combinado la radio y la televisión para mostrar sus dotes histriónicas durante los últimos 30 años.
Fue en “Sábados Felices” donde sus personajes le dieron la popularidad. Se le recuerda por “Alerta” –un locutor que leía a toda velocidad sus noticias–, Tontoniel, El detective, La mona Porras, El mecánico, el refresco, el galerón llanero, Echeverry, Chaplin, Don Tapita, pero se ganó los aplausos con El Cuenta huesos. Se aparecía con una peluca, un saco que tenía dibujado un esqueleto, zapatos grandes.
–A ver, díganme, ¿Por qué las focas del circo miran siempre hacia arriba? ¿No saben?, pues porque es donde están los focos.
–¿Otro?
Y la gente le daba la oportunidad. Entonces él insistía: “Había un tipo que no sabía si estudiar esgrima o albañilería. Jijii. Mejor dicho, estaba entre la espada y la pared”.
–¿No les gustó? Va otro:
–Que un señor entra a un almacén y pregunta: ¿Cuánto cuesta esta estufa?
–Quinientos mil pesos.
–Pero, oiga, esto es una estafa.
–No señor, es una estufa.
Y entonces le caía sobre su humanidad una lluvia de papeles.
Sin embargo, salía contento y se llevaba un montón de aplausos.
Luego de estudiar Derecho, en 2000 participó en el Récord Guiness de El Humorista Más Rápido del Mundo, hizo todo el esfuerzo, pero quedó de segundo.
En el 2006 y en el 2007 participó en las películas de Dago García “Cartas al gordo” y “Muertos del susto”, al lado de Pedro González, don Jediondo.
Participó en el Festival Internacional del Humor y gracias a don Hernán Peláez ingresó a La Luciérnaga.
En 2011 llevó sus chistes a España, donde la colonia colombiana lo recordó con cariño.
Son treinta años de permanente labor, buscando la manera de hacer reír a los colombianos.
Unos huesos
–¡Soldado Morales!
— ¡Sí, mi capitán!
–No lo vi ayer en la prueba de camuflaje.
–¡Gracias, mi capitán!
–Le dice un padre enfadado a la profesora:
–¿Por qué mi hijo siempre saca cero en matemáticas?
–Porque no existe una nota más baja, contesta la maestra.
–¡Camarero! Este filete tiene muchos nervios.
–Pues claro, no ve que es la primera vez que se lo comen.
–Mamá, mamá, en el colegio dicen que estoy loco.
–¿Y quién dice eso de ti?
– Me lo dicen las sillas…
— ¿Cuál es la fruta más divertida?
— La naranja ja ja ja ja
— ¿Dónde cuelga Superman su supercapa?
— En superchero.
— ¿Qué le dice una iguana a su hermana gemela?
— Somos iguanitas
— Buenos días. Busco trabajo.
— ¿Le interesa de jardinero?
— ¿Dejar dinero? ¡Si lo que busco es trabajo!
— Abuelo, ¿por qué estás delante del ordenador con los ojos cerrados?
— Es que Windows me ha dicho que cierre las pestañas.
— ¡Me acaba de picar una serpiente!
— ¿Cobra?
— ¡No, idiota, lo ha hecho gratis!
–¿Sabe, sabe? ¿Por qué se suicidó el libro de matemáticas?
— Porque tenía muchos problemas.
-Es que había un ladrón que no tenía plata, y mandó hacer una pistola de madera. ¿Cómo le parece? Si, de madera. Al día siguiente entra en un banco con la pistola en la mano y dice: ¡Todos al piso o los muelo a palo!
En una cárcel, un preso comenta todo bravo a su compañero de celda: Es un poco ridículo lo que están haciendo conmigo.
–¿Por qué?
–Porque me metieron aquí por robar pan, y ahora me lo traen gratis todos los días.
Van dos ciegos y le dice uno al otro:
— Ojalá lloviera.
— Ojalá yo también.
Entra un tipo a una droguería y pregunta:
— ¿Tienen pastillas para el cansancio?
— Están agotadas.
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