Estamos en un país en el que la corrupción ha hecho una carrera sostenida desde hace muchos años. Diariamente se habla del tema y los ciudadanos se hacen cruces, pero la toleran y muchas veces disfrutan de ella.
El enriquecimiento fácil se hizo presente en una atemorizada sociedad, cuando aparecieron los Escobar, sus secuaces y sucesores. En esa época, no era mal visto venderle una propiedad o un bien a un narco, por cuatro o cinco veces más del precio comercial. Porque se hacia la transacción, o se compraba una lápida.
En nuestra política, casi siempre orientada a buscar lucro, la corrupción hizo que a algunos se les ocurriera expedir, en el 2005, la llamada “Ley de Garantías”, para controlar el gasto durante la época electoral. No se permitiría que se usaran los dineros públicos para conseguir votos. De inmediato aparecieron varios “manuales” para violar Ley y el narco se convirtió en el gran financiador.
La Ley, “no sirve para nada, en inocua” ha dicho la Contralora Sandra Morelli, quien en buena hora planteó el desmonte de ese adefesio. Días antes de la fecha en que entra en vigencia, hay una verdadera carrera contrarreloj en todas las dependencias públicas, para evitar la parálisis de la administración. La Ley, le roba 4 o más meses a los funcionarios y los obliga a cometer errores de contratación por el acelere. No se puede nombrar un funcionario, ni celebrar un contrato. Hay excepciones, que le abren las puertas a ciertos sectores. Es decir es una Ley coja y tuerta.
Hay que pararle bolas a la propuesta de la Contralora, no es descabellada. Es la salida más fácil para no entorpecer el funcionamiento del Estado. En la entrevista a la doctora Morelli, el colega Yamid, le sacó otra propuesta bien sensata: aumentar los períodos del Presidente, los gobernadores, alcaldes y cuerpos colegiados a 6 años. En Méjico, con el estribillo de: “sexenio sí, no reelección”, lograron sanear muchas cosas. Un presidente necesita seis años para sacar sus programas con éxito. Lo demás, es abuso de poder. ¡Ya lo hemos sufrido! Bien por la Contralora.
BLANCO: Colombia es la tercera economía de Latinoamérica. ¿Qué dirá el Uberrimo?
NEGRO: A Petro, no le importa sino Petro. Le ha puesto una carga de profundidad a la Tutela, la desprestigia y da patente a los enemigos. Y la Bogotá Inhumana, ahí…
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