Por: Víctor G Ricardo
Las elecciones generales del pasado 28 de abril que dieron el triunfo a Pedro Sánchez no han logrado traer la esperada estabilidad al panorama político español. A escasas dos semanas de la votación de investidura, prevista para el 22 y 23 de julio, el líder socialista no reúne aún los apoyos necesarios y no está claro que los vaya a conseguir.
Por una parte, las exigencias de Podemos no encajan en los planes de gobierno de Sánchez, poco proclive por el momento a otorgarle alguna cartera ministerial tal y como ambiciona el líder de Podemos, Pablo Iglesias.
Por otra parte, Ciudadanos se mantiene firme en el «no es no a Sánchez» que enarboló durante toda la campaña electoral. Así las cosas, parece poco probable una investidura en primera votación para la que el PSOE necesita 176 apoyos. Pero tampoco está claro que sea posible en una segunda votación, para la que se requiere una mayor cantidad de “sí” que “no”. Llegados a este punto, no es descartable que España se encamine hacia una nueva convocatoria electoral, seguramente en el mes de noviembre. Las encuestas publicadas en los últimos días ponen de manifiesto que Pedro Sánchez actual Jefe de Gobierno saldría claramente reforzado en el caso que se repitan las elecciones, por lo que no son pocos los que creen que a Sánchez no le importaría exponerse a una nueva contienda electoral.
Sin embargo, es difícil saber cómo reaccionaría el pueblo español, hastiado de 3 elecciones generales desde 2015, a las que se suman las europeas, las regionales y locales.
Con probabilidad unas nuevas elecciones pasarían factura a las nuevas agrupaciones que rompieron el tradicional bipartidismo del PP y PSOE. Las difíciles negociaciones para formar ayuntamientos y comunidades autónomas han puesto de manifiesto lógicos errores de principiantes, siendo Ciudadanos el que más perjudicado está saliendo. Sus aspiraciones de convertirse en la alternativa de la derecha están ya dejando muchos cadáveres políticos por el camino y le aleja de su concepción originaria de servir como partido bisagra. Travesía esta que ya atravesó Podemos, muy lejos ya de los 69 escaños de 2015. Vox, por su parte, es un recién llegado y por su corta existencia ha tenido un importante resultado, su permanencia dependerá de cómo sea capaz de darle coherencia a su discurso y que realmente penetre entre parte de su electorado. El PP que lidera Pablo Casado se beneficiaría así de un voto de derecha -centro derecha que tan repartido estuvo en el pasado mes de abril.
Mientras tanto, el periodo de gracia de Sánchez en la UE empieza a agotarse, con un déficit creciente y un presupuesto pendiente de aprobación. El nombramiento de Borrell como Alto Representante de Política Exterior de la UE fue acogido con críticas hacia Sánchez por no haber logrado para España un puesto quizá de menor visibilidad, pero de mayor relevancia política y económica en las instituciones europeas.
La cuestión catalana lejos de resolverse y un juicio contra los promotores del referéndum ilegal del 1 octubre pendiente de sentencia contribuyen aún más, si cabe, al enrarecimiento político en España en las próximas semanas.
Así que, quien pensaba que España estaría en esta época de vacaciones, se equivocan.