Por: Rufino Acosta Rodríguez
Se decía que jugarían “amarrados” para evitar a Brasil, lejos de saber si el equipo de casa ganaría su grupo. Era la percepción que predominaba en el estadio Arena Corinthians de Sao Paulo, y como sucede de vez en cuando, resultó una simple pamplinada. Holanda y Chile no reservaron energías ni alientos para brindar otro partido que hace honor a la competencia mundialista, luchado, bravo, intenso y vibrante. Se impuso el equipo de los tulipanes o de las naranjas por 2-0, ganó invicto el grupo B, y está listo para esperar al gallo que le suelten. Chile le opuso fuerte resistencia y bien pudo haber marcado por lo menos un gol para equilibrar un poco más el marcador con lo que sucedió en la cancha. Dos jugadores de relevo, Leroy Fer y Memphis Depay, salieron del banco para vencer el empeño chileno. Primero fue apareció Fer con un felino golpe de cabeza ante un servicio englobado casi desde el centro del campo, sector derecho, que dejó a Bravo sin la menor opción a pesar de su estirada. Un salto excepcional. Poco antes, Holanda estuvo a punto de celebrar por remate de Depay que el portero desvió al tiro de esquina, cuya ejecución le dio comienzo a la jugada del gol, tras un pase atrasado. Ya en el primer minuto de la adición, Memphis agradeció un centro de Robben para ganarle a su marcador y dejar las cosas en el punto final. La velocidad de Robben entró en ebullición con una de sus corridas por el lado izquierdo hasta llegar al momento del pasegol. La primera parte del juego fue frenética y llena más de intenciones que de realidades ofensivas, aunque cargadas de emociones. Hubo exceso de pelotazos por momentos, pero nunca tregua en la disputa del balón. Chile reclamó una pena máxima sobre Alexis Sánchez, por claro empujón de su marcador, sin que el árbitro Bakary Gassama, de Gambia, se diera por enterado. De no existir esa omisión tal vez habría una historia algo distinta, no de manera tan categórica como para cambiar el desenlace, porque Holanda fue superior. La escuadra que dirige Louis Van Gaal aguarda al segundo del grupo A, México, mientras que Chile se verá con Brasil. El gol hizo la diferencia. Por lo menos una de las dos es de las que llaman finales anticipadas. Holanda amenaza de nuevo, como ya lo hizo en 1974, 1978 y 2010. ¿Será esta vez? La deuda sigue pendiente. México ya igualó lo que ha hecho desde 1994, al llegar a octavos, y ahora aparece en el camino del tulipán. Un juego picante.
España, algo es algo
No todo podía ser malo para España, que entrega su corona sin gloria. Algo le tenía que tocar. Una despedida decorosa, por ejemplo. La consiguió en el estadio Arena Baixada de Curitiba sobre el aguerrido equipo de Australia. Algunas variantes dispuestas por el técnico Vicente del Bosque y el afán por no irse blanqueada , sirvieron como punto de apoyo para buscar una victoria clara y contundente. Quizá el 3-0 ni siquiera llegue a la calidad de consuelo de tontos. Basta de todos modos para cerrar el capítulo de Brasil 2014 con la mayor dignidad posible en medio del naufragio. El guaje David Villa, con un taco de lujo que evocó tiempos mejores, y el niño Fernando Torres, de la “vieja guardia”, y Juan Mata quien apenas entra en la rosca, aportaron los goles de la despedida. Villa se irá para Estados Unidos, en tanto que Torres y Mata volverán a Inglaterra para reencontrarse con los humores de Mourinho en el Chelsea y la disciplina del Manchester United. El técnico Vicente del Bosque insiste en que no se puede caer en el facilismo de la tierra arrasada y sí pensar que hay bases para reconstruir el equipo de ensueño. Veremos si lo dejan.