Los Rayas pueden ser la gran diferencia, si es que los Angelinos no hacen de las suyas. Los Medias Rojas todavía deben pujar mucho en la Liga Americana. Y en la Nacional, con excepción de los Filis, cualquier cosa puede pasar.
Quien lo creyera. Nosotros por lo menos, todavía confiamos en que los Medias Rojas de Boston deben estar en la postemporada. Pero dadas las circunstancias de las dos últimas semanas en la Liga Americana, todo puede suceder.
Ni qué decir de la Liga Nacional, en donde la excepcional novena de los Filis de Filadelfia, es la que apenas cuenta con su pasaporte para ir a la postemporada, mientras las otras novenas, a menos de dos semanas de que concluyan las acciones del calendario regular, todos dependen de las victorias de ellos y, probablemente, de las derrotas de otros rivales del circuito.
En esta ocasión, la Liga Americana iniciará su jornada de postemporada el viernes 30 de septiembre, con sus dos primeros compromisos entre los ganadores de las tres divisiones y el club que se adjudique la tarjeta de invitación, en series pactadas a cinco partidos, para declarar ganador de esa fase, a cada uno de los dos clubes que triunfe en tres compromisos, bien sea seguidos o de manera alterna.
Un día más tarde, es decir, el sábado primero de octubre, la competencia de la postemporada correrá a manos de los cuatro finalistas de la Liga Nacional, incluyendo al ganador de la tarjeta del ‘’comodín’’, también en series de cinco desafíos, para declarar finalistas por el título del Viejo Circuito a las dos novenas que alcance tres victorias.
¿Hecatombe a la vista?
No nos parece serios decir en estos momentos que una hecatombe de esas que se dan en el béisbol, podría estar perfilándose cuando los Medias Rojas, luego de ser los inmensos favoritos para ganar la división Este de la Liga Americana, hayan cedido la casilla de líderes a sus contrincantes de toda la vida, los Yanquis de Nueva York, al tiempo que los Rayas de Tampa y los Angelinos de California, apuran el paso para por lo menos capturar la tarjeta del ‘’comodín’’, algo que no estaba en las cuentas de estas dos últimas novenas al momento de la partida de la temporada de este 2011.
Por lo menos, los Rayas al perder a varias de sus figuras titulares, se debían contentar con ser apenas una novena de competencia, sin muchas posibilidades de aspirar a cosas grandes, mientras que los Angelinos , palideciendo en las primeras jornadas de la campaña, frente a unos campeones de la liga, como los Rancheros de Texas, que acomodándose a las circunstancias, han ofrecido seria resistencia en todo el trayecto de la campaña, han enderezado el camino para disputar hasta el último out de la última entrada de todos sus compromisos.
Obviamente, los Angelinos están al acecho, tanto para sorprender ganando la división Oeste de la Liga Americana, algo que propiamente no debería ser sorpresa, como para ser limpiamente excelentes competidores por la tarjeta del ‘’comodín’’. Y eso se sabrá al momento en que concluyan todos los partidos del calendario regular.
Pero en el caso de los Medias Rojas, de no capturar siquiera la tarjeta de invitación, de verdad que sería la verdadera hecatombe para la novena de Boston, cuando partiendo con todos los pronósticos a su favor, cuando se cerraron las puertas de los campos de entrenamientos en el mes de marzo pasado, su accionar en el mes de septiembre ha sido tan decepcionante, complicada y lleno de pánico en el propio banco de juego de la novena que dirige Terry Francona, que los días venideros están cobijados por una nube negra que no quiere dejar que el sol se vea en Boston y sus al rededores.
¿Será posible que los Medias Rojas no lleguen a la postemporada?, es la pregunta que ronda con insistencia en la Liga Americana y los aficionados a la divisa, pues los Yanquis con el paso que traen, tiene asegurada sus tiquetes para la final del circuito, al lado de los Tigres de Detroit, ganadores de la división Central; por lo que las otras dos casillas están en juego en la manos de los Rancheros, de los Angelinos y de los siempre competitivos Rayas, al mando del optimista Joe Maddon, sin que nadie se atreva a dejar por fuera a los Medias Rojas, pese a todo el ‘’infierno’’ que está viviendo la novena en los actuales momentos.
Y en la Liga Nacional
Los Filis de Filadelfia confirmaron que el favoritismo que le otorgaron los expertos, tuvo plena vigencia desde el arranque de la temporada en la Liga Nacional, con la impresionante rotación del grupo de lanzadores abridores, al apuntalarla con la presencia del siniestro Cliff Lee, quien desechó una mejor oferta económica de los Yanquis para firmar con los Filis, cuya talento y capacidad de juego quedaron una vez más exhibidos en la campaña.
Los Bravos de Atlanta, estrenándose con el estratega cubano Fredi González, no han aflojado en sus aspiraciones de estar por lo menos en la postemporada, en una lucha sin cuartel; al tiempo que los Cerveceros de Milwaukee, por fin se dieron a la tarea de ganar su división, con una nómina que lo tiene todo para aspirar a otras cosas grandes en la Nacional, descartando las aspiraciones que mostraban antes de iniciarse la temporada, tanto los Cardenales de San Luis como los Rojos de Cincinnati; mientras que los Cascabeles de Arizona, en una sensacional campaña, están dando la pelea a muerte para conquistar el título de la sección Oeste del circuito, desplazando a los actuales campeones de la Serie Mundial, los Gigantes de San Francisco, cuya clasificación para la gran final de la liga, todavía está en veremos, a pesar de haber ganado ocho de los últimos 10 encuentros del calendario oficial, hasta el momento de escribir estas líneas.
Por lo lados de la Nacional no se avizora por el momento, una posible hecatombe como podría ocurrir con la gran ausencia de los Medias Rojas de Boston en la Liga Americana. Otra cosa es que los Gigantes no puedan llegar a defender la corona de la Serie Mundial, porque a pesar de que la divisa contaba con buen respaldo por parte de los expertos, las cifras de lesionados de muchos de sus titulares, ahogaron muchos partidos en donde, si hubiese contado con su nómina regular, otro gallo estaría cantando en los actuales momentos.
Así las cosas, el camino que nos depara para estos días venideros tanto en la Liga Americana como en la Liga Nacional, nos demuestra una vez más, que el sistema competitivo del béisbol de las Grandes Ligas, se perfila con buen equilibrio, pues equipos como los Piratas de Pittsburgh, los Nacionales de Washington, los Orioles de Baltimore y los Indios de Cleveland, para apenas citar a cuatro clubes que militan en las dos ligas, ofrecieron excelentes jornadas en varias de sus presentaciones, superando a sus rivales cuando nadie lo esperaba.
Lo que está observándose en esta recta final es que la emoción se espera en todos y cada uno de los juegos que hacen falta en los calendarios de ambas ligas, y que, tal como están planteadas las cosas, pocos pueden cantar victoria antes de que se declare el último out del último juego de cada una de los circuitos.
Y, finalmente, digamos que para nuestros lectores debe ser sorpresa que no escribamos esta nota sobre la inolvidable actuación del taponero de los Yanquis de Nueva York, el panameño Mariano Rivera, cuando su nombre, su talento y su capacidad de juego, ya separaron un nicho en el Salón de la Fama. Pero para ellos, para nuestros lectores, mejor esperamos que concluya la tarea de Mariano en este 2011, para sentarnos a decir lo grande que es el istmeño durante su larga permanencia desde la loma de los sustos, para los Yanquis, el béisbol de las mayores y la afición del béisbol en el mundo.
Ya tendremos oportunidad de referirnos a esos, con tranquilidad, paciencia y con objetivos definidos en esta campaña que empieza a caminar su recta final.