Grecia y Japón, tal para cual

Por: Rufino Acosta Rodríguez

Tuvieron todo para anotar pero se quedaron en cero.  Se presentaron varias oportunidades pero los porteros Orestes Karnesis, de Grecia, y Eji Kawashima, de Japón, emergieron siempre como muros infranqueables. Tampoco, desde luego,  es que se hayan vivido situaciones heroicas. Algunas buenas atajadas y otro tanto de desperdicio. Lo positivo del encuentro en el Arenas Das Dunas de Natal es que ambos equipos se mantienen con vida.  Un punto para cada uno les permite aferrarse a la tabla de salvación. Los nipones cerrarán ante Colombia, el rey del paseo hasta el momento, en tanto que los helenos tratarán de domar a los elefantes de Costa de Marfil. Aunque el fútbol es incierto, creo que los marfileños serán los compañeros de la escuadra colombiana. En este juego tenía que haber un ganador.  Con el empate jugaron para Costa de Marfil. Grecia tiene el atenuante de haber actuado con diez por doble tarjeta amarilla para Katsouranis en el primer tiempo y de perder por lesión al delantero Mitroglu. Japón rotó el balón, buscó los flancos y fue siempre al frente de batalla, sin que Okubo, Honda o Uchida pudieran concretar. Okubo dilapidó la mejor opción al tirar desviado un balón que le pusieron en bandeja. Al quedar disminuido, Grecia apeló a lo que se supone mejor sabe hacer, enconcharse y cerrar el arco. La noticia extra es que el salvadoreño Joel Aguilar se convierte en el segundo árbitro que pita dos encuentros de este Mundial.  El hombre sabe su oficio. El otro que ya repitió es el estadounidense Mark Geiger. Esto sirve para destacar el nivel profesional de los silbatos de la Concacaf. En la última fecha del grupo G se sabrá cuál será el segundo clasificado. Colombia ya aseguró su cupo. No importa lo que ocurra ante Japón, aunque el partido es importante para la decisión del primer puesto.  El rival colombiano de octavos  estaría entre Italia, Costa Rica o Uruguay.

Sobre Rufino Acosta

Periodista y abogado. Se inició en el programa Deporte al Día, de La Voz de Santa Marta, en 1960. Trabajó con El Informador de la capital del Magdalena entre 1961 y 1964. Fue corresponsal de El Espectador en 1964 y desde 1965 hizo parte de la redacción deportiva en Bogotá, hasta su retiro en 1998. Estudió Derecho en el Externado de Colombia (1965-1969). Afiliado al CPB y Acord Bogotá.

Comentar