Los debates públicos, las controversias, las discusiones y la serie de desacuerdos entre los candidatos aspirantes a la próxima contienda electoral entraron en zona de candela luego de las declaraciones del precandidato presidencial Sergio Fajardo, quien en las últimas horas enfiló baterías contra el Contralor General de la Nación, Carlos Felipe Córdoba, de quien asegura prejuzgó en su caso.
Fajardo, quien horas antes había llegado a un acuerdo con otros precandidatos para consolidar el nuevo movimiento denominado Coalición Centro Esperanza, anunció en rueda de prensa en la mañana de este martes la solicitud de medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, como mecanismo para blindar su campaña ante los recientes fallos de la Contraloría.
La semana anterior, la Contraloría General de la Nación confirmó en segunda instancia el fallo con responsabilidad fiscal de 4,3 billones de pesos contra 26 funcionarios y contratistas por afectaciones al patrimonio nacional con las inversiones que se hicieron en el proyecto de Hidroituango y por no cumplir la fecha de iniciación del proyecto.
La decisión naturalmente tiene un alto impacto político, por lo cual Fajardo pasó a esta estrategia con la intención de seguir adelante en su campaña.
Los siguientes son algunos apartes del documento publicado por Fajardo ante los medios de comunicación:
“Carlos Felipe Córdoba no es un contralor, es una ficha política. Fue la mano derecha de Germán Vargas en las pasadas elecciones y tiene el apoyo de su paisano de Pereira, César Gaviria. Su obediencia ya fue puesta a prueba en 2017 cuando, siendo auditor, presentó informes falsos e ilegales, sin tener competencia alguna, pretendiendo demostrar que en la gobernación había puesto la pauta a mi servicio y pagado favores a donantes de mi campaña con contratos».
«Todo se le derrumbó y el señor Córdoba nunca respondió por sus
calumnias. ‘Muchas gracias presidente Gaviria,
al expresidente Pastrana, también le
agradecemos al expresidente Uribe‘,
así arrancó Córdoba su discurso de posesión como contralor y en ese mismo
instante empezó una administración que no controla, sino que baila
sincronizadamente con todo lo que le favorece a este mal gobierno».
«Es el mismo político que fue militante de
las juventudes uribistas, secretario privado de Vargas Lleras, y que nombró a la esposa del fiscal como contralora delegada».
«Aparte de estos entretelones políticos, el proceso ha estado plagado de
insólitas irregularidades»,
«Voy a dar esta lucha porque tengo la
tranquilidad que me dan 22 años de
vida pública actuando correctamente. Sé muy bien a quiénes me enfrento en esta
lucha desigual, pero no hay alternativa: así empezamos y aquí seguimos.
Haciendo pedagogía, usando los recursos que nos da la ley, pero, sobre todo,
apelando a la confianza que millones de ciudadanos nos han dado para seguir
recorriendo el camino hacia el cambio. Colombia
va a cambiar».
Fajardo terminó diciendo que es esencial que
se conozca la verdad y lo ético, antes que renunciar a su candidatura: «es demostrar que quienes conducen hoy las ‘ias’ le
hacen un juego nefasto al poder, a expresidentes y políticos importantes. Eso
es corrupción y deshonestidad», afirmó.