El país, con contadas excepciones, ha respirado profundamente al conocer la iniciación de los diálogos con la guerrilla para encontrar, lo antes posible, la anhelada paz que todos esperamos, tras más de cincuenta años en pie de guerra y con millones de compatriotas asesinados y despojados de sus tierras y bienes.
Los puntos acordados por los emisarios del gobierno y la guerrilla en Cuba, son los que tradicionalmente se han ventilado entre las partes, luego el camino parece estar despejado para avanzar rápidamente hacia la terminación del conflicto.
El gobierno conformó una nomina de lujo para adelantar las negociaciones, asegurando así el desarrollo feliz de los fines que la nación persigue afanosamente.
Desde luego y antes de iniciarse las conversaciones en Orlo y la Habana, surgirán escollos que tratarán de frenar el evento y obstaculizar las ansias de una patria huérfana de la concordia por tantos años. El líder de los torpedos, con su séquito, es el ex presidente Uribe, no se sabe, si por su antipatía por Santos que seguramente proyectará su imagen al infinito y se hará acreedor al Nobel de paz. Es difícil comprender cómo un dirigente se opone al sueño de más de 42 millones de compatriotas.
Sin embargo, la guerrilla también ha dejado ver sus primeras cartas, que llevan condiciones problemáticas que pondrán en apuros a los negociadores. Por ejemplo tratar de imponer en la mesa de diálogo a Simón Trinidad, es un escollo que Colombia tendrá que manejar con dedos de cirujano.
El cese bilateral al fuego, será otra condición complicada, ya que el propio gobierno y sus fuerzas armadas, han reiterado que ello no será objeto de las negociaciones y desde luego hay inmensas razones para comprenderlo.
El hecho de que se haya incluido a Iván Márquez entre los cinco negociadores, es una prueba de buena voluntad, ya que es el segundo hombre más importante de las Farc.
Sin duda alguna, los principios iniciales hacen presumir que las cosas van por el mejor camino que se haya trazado a lo largo de las múltiples negociaciones de paz en nuestro medio. Es de esperarse que los “palos en la rueda” de los enemigos del proceso no prosperen, porque sería una frustración más para esta nación.
BLANCO: La designación del excelente periodista Alberto Abello, como director del Nuevo Siglo, en remplazo del ministro Juan Gabriel Uribe.
NEGRO: Las fallas de seguridad en el nuevo aeropuerto Eldorado. ¡Imperdonable!
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