Los Cachorros, los Cardenales, los Cerveceros, los Piratas y, hasta los Rojos, tienen opciones para conquistar el banderín de la división.
Por Antonio Andraus Burgos
Para los críticos, cuando se cerraron las puertas de todos los campos de entrenamiento en marzo pasado de las novenas de las Grandes Ligas, la división Este de la Liga Nacional tenía el sello indiscutible de proyectarse como la más cerrada para la campaña del presente año.
Claro, los Bravos de Atlanta, siempre los Bravos; los Nacionales de Washington y los Mets de Nueva York, dadas sus nóminas y la pujanza de sus peloteros, se perfilaban como los equipos para dar la gran batalla en la división
Con el correr de los días, de las semanas y de los 3 primeros largos meses de la temporada, la cosa ha cambiado de característica y de proyecciones. Es la división Central del Viejo Circuito la que está enfrascada en una endemoniada y cerrada lucha entre las cinco novenas de la zona, por lo que es valedero señalar hoy, cuando se ha cerrado la primera quincena de este mes de julio de 2019, que los aficionados, y desde luego, nuestros lectores, pueden escoger a la novena que quieran, que la opción de conquistar el banderín, por el momento, es válida para cualquiera de esos clubes.
Cierto es que los Cachorros de Chicago mantienen, con ligerísima ventaja, el favoritismo para cargar finalmente con el trofeo de la división, pero como el propio estratega del equipo, el afamado Joe Maddon sostiene, ‘’cada día es más difícil triunfar en esta zona, porque nuestros rivales están jugando un buen béisbol’’.
Mirando simplemente la tabla de posiciones de la división, entre los Cachorros, actuales líderes, y la quinta posición, ocupada por los Rojos de Cincinnati, es de apenas 5.5 juegos del primer lugar, lo que significa, en otras palabras, que nadie puede darse como ganador hasta este momento.
Lo que viene
Es en la recta final de cada temporada, que empieza desde el primer día de agosto y que concluye en el último día de septiembre, cuando se sabe hacia dónde va el título de cada una de las divisiones y las posibilidades de ir a la postemporada, incluyendo la opción de pasar con la ‘’tarjeta de invitación’’ de cada circuito.
En los actuales momentos, esa ‘’tarjeta’’, si los Cachorros ganaran la división, sería disputada entre los Cerveceros de Milwaukee, la novena que ha tenido tantos altibajos en lo que va de la campaña, y los Cardenales de San Luis, club que está luchando denodadamente por volver a estar en la cima de la zona, con una tercera novena terciando, como lo es los Filis de Filadelfia.
Los Piratas al acecho
Josh Bell, el primera base, ha sido la sensación en la novena, a tal punto que es el mejor en carreras remolcadas de las Grandes Ligas, con 84 fletadas hasta el plato; mientras que los novatos Bryan Reynolds y Kevin Newman, están trabajando a toda capacidad para seguir respondiendo con el bate, colocando a su equipo en el primer lugar a la ofensiva de los cinco de la división, con promedio de 270, y de la propia Liga Nacional.
Sí Chris Archer, quien tiene marca de 3-6 y 5.42 de efectividad; Joe Musgrove, con 6-8 y 4.31; y Jordan Lyles, con 6-5 y 5.16, mejoran hasta llegar a su nivel habitual, cuidado con los Piratas para la fase final, porque como lo ha manifestado su curtido capataz, Clint Hurdle, ‘’nadie nos tiene en cuenta, pero ahí estamos en la lucha’’.
Con los Cachorros
Los favoritos para ganar la división, los Cachorros, tienen la efectiva combinación de fabricar carreras, cuando más las necesitan, y un cuerpo de relevistas que se debe mejorar con la presencia de Craig Kimbrel, de quien se espera un rendimiento a carta cabal, y mantener la buena capacidad en su rotación, incluyendo a su quinto brazo, el japonés Yu Darvish, quien no ha estado a la altura de las circunstancias.
Segundos a la ofensiva de su grupo, con promedio de 256, y terceros en el trabajo colectivo de sus lanzadores, con 4.07 carreras limpias por juego; con la rotación encabezada por Jon Lester, con 9-6 y 3.74; Kyle Hendricks, con 7-7 y 3.46; el colombiano José Quintana, con 7-7 y 4.21; y Cole Hamels, con 6-3 y 2.98, han respondido a las exigencias de la campaña, mientras que el japonés Yu Darvish, con 2-4 y 4.72, no ha respondido a lo que se esperaba de él para la campaña.
Anthony Rizzo, el boricua Javier Báez, el venezolano Wilson Contreras, Kris Bryant, David Bote, Jason Heyward, Ben Zobrist y Albert Almora Jr., son los soportes a la hora de fabricar las carreras, con 64 más producidas de las que le han anotado a la novena, ocupando el primer lugar en esa tabla dentro de la zona, para estar desarrollando un juego de valía por donde se le mire.
Cardenales y Cerveceros
Si las estadísticas hasta la fecha se dieran como realidades, los Cardenales y los Cerveceros tendrían a su cargo la disputa de la ‘’tarjeta del comodín’’ de la Liga Nacional. Pero como todavía no ha terminado julio, y restan por jugarse el calendario de los difíciles meses de agosto y septiembre, digamos que no pueden descartarse pero que todavía ninguna de las dos novenas tienen el pasaporte para la postemporada.
Los Cardenales muestran mejor trabajo de su grupo de lanzadores, con 4.05 de efectividad contra 4.66 de Milwaukee, pero los Cerveceros tienen hasta el momento mejor ofensiva, con 247 contra 244 de sus inmediatos rivales.
Si Lorenzo Caín toma el sendero ofensivo habitual, será un gran punto de apoyo para Christian Yelich, quien se ha echado encima la responsabilidad del bateo en lo que va de la campaña para los Cerveceros, en donde el venezolano Jhoulys Chacín no ha respondido desde la loma de los sustos a las expectativas que había a su alrededor. Eso es lo que espera, sin duda alguna, el estratega, Craig Counsell.
Brandon Woodruff es el mejor para los Cerveceros, con 10-3 y 3.67 de efectividad, seguido por Zach Davies, con 7-2 y 2.89; Chase Anderson con 4-2 y 4.23, y el dominicano Freddy Peralta, con 3-3 y 5.20; mientras que Chacín tiene tarjeta de 3-9 y 5.18 carreras limpias por juego.
Dakota Hudson, con 8-4 y 3.48 de efectividad; John Grant, con 7-0 y 2.54; Miles Mikolas, con 6-9 y 4.15; Adam Wainwright, con 6-7 y 3.99; y Michael Wacha, 5-4 y 5.54, y de quien se espera algo mejor para la recta final; y Jack Flaherty, con 4-6 y 4.64, son los brazos que han protegido el trabajo serpentinero de los Cardenales; mientras que esperan que el dominicano Carlos Martínez, con 2-0 y 2.18, vuelva con todo su potencial en lo que resta de la temporada.
Los dominicanos José Martínez y Marcell Ozuna; el veterano receptor boricua Yadier Molina; Dexter Fowler, Kolten Wong, Paul Goldschmidt y Paul DeJong, tienen en sus manos la responsabilidad de producir, ahora más que nunca, con el uso del madero, porque como lo ha sentenciado el novato capataz de los Cardenales, Mike Shildt, ‘’de aquí en adelante, todo está por definirse’’.
¿Y los Rojos?
Los Rojos, por su lado, aun cuando ocupan la quinta y última casilla del grupo, todavía no están por fuera de la competencia, pues colocados a poca distancia de los líderes, los Cachorros, cualquier cosa puede suceder con la divisa de Cincinnati, que tiene aceptable ofensiva de 239, pero una efectividad de sus lanzadores con 3.84, la mejor del grupo.
Si mejoran ligeramente en su rotación, cuyo líder es el dominicano Luis Castillo, con 9 victorias y 3 derrotas, con 2.41 carreras limpias por juego; Anthony DeSclafani, con 5-4 y 4.26; Sonny Gray, con 5-5 y 3.42; y Tanner Roark, con 5-6 y 3.99, grandes cosas se puede esperar de los Rojos.
El cubano Yasiel Puig y el venezolano, Eugenio Suárez, con 22 cuadrangulares cada uno, y los 19 estacazos de circuito completo de Derek Dietrich; con el apoyo del también cubano José Iglesias, el venezolano José Peraza, Nick Senzel, Jesse Winker y el siempre oportuno Joey Votto, pueden darle a los Rojos una final de sensación en la Liga Nacional, en cuya tarea está empeñado el novato dirigente del club, David Bell.
Todo puede suceder
Ninguno de los cinco equipos de esta división Central de la Liga Nacional la tienen fácil, y la sensación que existe en estos momentos, algo que podría cambiar en un par de semanas, es que si bien los Cachorros son los favoritos, por ahora no tienen la ventaja necesaria como para sentirse pasando a la ronda de la postemporada.
Una reacción poderosa de los Cardenales y de los Cerveceros se espera en cualquier momento, cuyas novenas tienen excelentes calificaciones como para resistir lo que se llama la gran recta final de la actual temporada. Pero los Piratas pueden hacer mucho daño y los Rojos están dispuestos a vender muy caras sus derrotas, si es que éstas llegan.
Por ahora, el panorama no permite observar luz al final del túnel, aun cuando como ya lo hemos repetido, son los Cachorros los favoritos para adjudicarse el banderín del circuito, sumando la opción, tal como están las cosas, como el equipo que puede derrotar a los formidables Dodgers de Los Ángeles, en una cerrada final por el título de la Liga Nacional.
Escojan al que ustedes quieran, amables lectores, porque todos tienen posibilidades, pero la balanza indica que la corona de esa división Central del Viejo Circuito no saldrá de los Cachorros, los Cardenales o los Cerveceros.
Claro, sorpresas te da la vida, como dice la popular canción. Y en el béisbol, eso ocurre con demasiada frecuencia.