Mientras los Dodgers de Los Ángeles recuperan terreno; los Azulejos se quedan al fondo de la tabla y el Juego de las Estrellas lo gana la Liga Americana, para los expertos, día a día crece de manera sólida el contar con un excelente ‘’apagafuegos’’ del último episodio.
Los Medias Rojas de Boston, quien lo creyera, es la mejor novena al llegar el descanso de las Grandes Ligas con el Juego de las Estrellas, al compilar 58 victorias contra 39 derrotas; y a contrario sensu, los Astros de Houston mostraron la peor tarjeta en lo que va de la campaña, con registro de 33 ganados y 61 perdidos.
Por cierto, el Juego de las Estrellas que se jugó hace apenas pocas horas, la Liga Americana triunfó 3 carreras por 0 frente a la Liga Nacional, cortando al joven circuito una racha de tres derrotas consecutivas, mientras que el Derby de Jonrones el título lo capturó el jardinero de los Atléticos de Oakland, Yoenis Céspedes, el cubano que se ha erigido en la gran bujía de su novena, despachando un gran total de 32 ‘’bambinazos’’, 17 de los cuales lo sumó en la primera vuelta, superando en la gran final a Bryce Harper, de los Nacionales de Washington, quien contabilizó de manera consistente 24 tablazos de cuatro esquinas, ocho en cada sesión de bateo.
Max Scherzer, el derecho abridor por la Liga Americana frente a la Liga Nacional, quien no se acreditó el triunfo en el Juego de Estrellas, el mismo que luce el uniforme de los Tigres de Detroit en la campaña regular, dejó su marca en 13 victorias de manera consecutiva en esta temporada, pues cayó por tablero de 6 carreras por 2, ante los Azulejos de Toronto, el pasado 3 de julio, igualando el registro de Ron Guidry, el zurdo de los Yanquis de Nueva York, quien la implantó en 1978, y a una victoria más, para superar la de Guidry e igualar la Roger Clemens, cuando jugaba con los Medias Rojas de Boston, con 14 victorias sin reveses, en 1986.
Pero los Azulejos de Toronto, en la división Este de la Liga Americana, se están quedando relegados a una posición tan incómoda como el último lugar de su zona. Mientras tanto, los Dodgers de Los Ángeles están recuperando el terreno perdido a comienzos de la campaña; los Piratas de Pittsburgh se están convirtiendo en un verdadero ‘’dolor de cabeza’’ en el Viejo Circuito; los Rayas de Tampa están cumpliendo con la palabra empeñada de discutir a brazo partido el título la Liga Americana y los actuales campeones de la Serie Mundial, los Gigantes de San Francisco, están pasando por un mal momento en la Liga Nacional.
Así, a ojo de buen cubero, se pueden dar unas puntadas de la temporada del béisbol de las Grandes Ligas, cuando todas las novenas han cruzado el umbral de la mitad de partidos jugados oficialmente, pero pocos expertos y entendidos hablan de los que verdaderamente se discute en los bancos de juego, cuando las novenas llegan a los dos últimos episodios y no saben qué hacer para preservar la victoria con una, dos o tres carreras de ventaja, debido a que los relevistas que están en la nómina, no cumplen cabalmente con la tarea de salir a ‘’apagar el fuego’’ y en muchas ocasiones, se pierden los encuentros que prácticamente están ganados.
Y si no lo detectan de esa manera, por favor, vayan y pregúntenle a Jim Leyland, el capataz de los Tigres de Detroit, cuya novena está haciendo agua por todos los costados, por la carencia de un verdadero cerrador de partidos. Los Tigres están tambaleando en la división Central de la Liga Americana, en donde son inmensos favoritos para repetir, por carecer de un ‘’apaga y vámonos’’ en esta nueva campaña. O pregúntenle a Buck Showalter, el orientador de los Orioles de Baltimore, quien antes por el contrario, ha tenido en Jim Johnson, su cerrador oficial, la mejor arma para ganar 33 de 39 partidos, en donde el serpentinero ha sabido comportarse para preservar las victorias necesarias que tiene a la novena, en planes de encontrar el boleto para llegar a la postemporada.
Los mejores en esa tarea
Y hablando de los finalizadores de juego, hay que señalar que dentro de las 10 primeras casillas de actual temporada de las mayores, todos ellos por cierto lanzadores derechos, hay 5 latinoamericanos, encabezados por quien será más temprano que tarde, miembro del Salón de la Fama, el panameño Mariano Rivera, de los Yanquis de Nueva York, cuya casilla de líder la ocupa en los actuales momentos en juegos salvados, el norteamericano Jim Johnson, de los Orioles de Baltimore, sin cuya contribución, como ya anotábamos, los pupilos de Buck Showalter no estuviesen en la férrea disputa de la corona divisional del Este de la Liga Americana.
Johnson tiene registro de 2 ganados y 7 perdidos, pero ha rescatado 33 de 39 partidos para los Orioles, con 43 episodios y dos tercios trabajados, con una cuantía de 18 carreras limpias permitidas, para acumular 3.71 carreras limpias por juego.
La segunda casilla en este departamento, es para Joe Nathan, de los Rancheros de Texas, con 1 partido ganado y 0 perdidos, rescatando 30 encuentros de los 31 en donde ha actuado, en 39 actos y dos tercios laborados desde la loma de los sustos, con la raquítica cifra de 6 carreras limpias permitidas, para 1.36 carreras limpias por juego.
En la tercera posición, el rey de esta compilación de todos los tiempos, el astro de los Yanquis de Nueva York, Mariano Rivera, el panameño de los Yanquis de Nueva York, quien muestra una tarjeta con 1 ganado y 2 perdidos, con 30 juegos salvados de 32 oportunidades que ha tenido, con 34 episodios y un tercio laborados desde el montículo, con apenas 7 carreras permitidas, para una efectividad de 1.83 carreras.
Los Piratas de Pittsburgh se apuntaron muy bien, al entregarle la responsabilidad del cierre de los desafíos a su derecho Grilli Jason, quien tiene marca de 0 ganados y 1 perdido, con 29 partidos salvados en 30 oportunidades que ha tenido, en su tarea de 40 entradas y dos tercios de labor desde la lomita, con 9 carreras aceptadas y 1.99 carreras limpias por juego.
La quinta posición en la tabla, está en manos de Craig Kimbrel, también cerrador derecho, de los Bravos de Atlanta, quien muestra una tarjeta con 2 juegos ganados y 2 perdidos, en 35 episodios y un tercio laborados desde el montículo, con 6 carreras permitidas, para efectividad 1.53 carreras.
Hay cuatro latinos más
En ese departamento estadístico, el venezolano derecho Edward Mujica, de los Cardenales de San Luis, está adueñado de la sexta posición, con 2 ganados y 1 perdido, 26 victorias aseguradas en 28 oportunidades, con trabajo en 41 entradas completas, 10 carreras permitidas, para promedio de 2.20 carreras limpias por juego.
Luego ocupa puesto Grant Balfour, de los Atléticos de Oakland, con 0 ganados y 1 perdido, con 25 juegos preservados en igual número de oportunidades, con 38 episodios y dos tercios en la lomita, 7 carreras aceptadas, para 1.63 carreras limpias por juego.
El dominicano Rafael Soriano, de los Nacionales de Washington, registra 1 triunfo y 1 revés, con 25 juegos salvados en 29 oportunidades, en su labor de 40 capítulos laborados, con 10 carreras permitidas y marca de efectividad de 2.25.
Addison Reed, de los Medias Blancas de Chicago, señala 4 victorias y 1 derrota, en 24 partidos salvados de 28 oportunidades registradas, con 41 actos laborados, 18 carreras aceptadas y 3.95 carreras limpias por juego.
El colombiano Ernesto Frieri, de los Angelinos de California, ocupa este destacado lugar, en el cuadro de los 10 mejores cerradores de las Grandes Ligas, hasta dónde va la temporada, con 0 ganados y 1 perdido, 22 encuentros salvados de 24 opciones que ha tenido; en 40 episodios y dos tercios de labor desde el montículo, con 13 carreras limpias y efectividad de 2.88 por juego.
Con el colombiano aparecen igualmente, Greg Holland, de los Reales de Kansas City, con 2 ganados y 1 perdido, 22 salvados en 24 oportunidades, en su labor de 35 entradas completas, 7 carreras limpias y 1.80 en efectividad; y Fernando Rodney, el dominicano ‘’bombero’’ de los Rayas de Tampa, con 3 triunfos y 2 derrotas, con 22 salvados en 27 oportunidades, en la tarea de 40 episodios y un tercio trabajados, con 17 carreras aceptadas y 3.79 carreras limpias por juego.
Para los amantes de las estadísticas, hay un dato valiosísimo: entre ese grupo de los mejores cerradores de juego, no hay un solo serpentinero zurdo. La siguiente casilla en ese departamento está ocupada por el cubano y ‘’lanzallamas’’ de los Rojos de Cincinnati, Aroldis Chapman, por cierto zurdo, el hombre que suelta la esférica a más de 100 millas por hora con una frecuencia que espanta y que en algunas ocasiones alcanza las 104 millas en su envío, con marca de 3 ganados y 2 perdidos, con 21 partidos salvados de 24 opciones que ha tenido, en 38 entradas y dos tercios laborados, con 12 carreras limpias permitidas y 2.79 de efectividad.
Despedida a Mariano
El ‘’apaga y vámonos’’ de los Yanquis de Nueva York, Mariano Rivera, el astro derecho panameño que registra para la historia del béisbol de las Grandes Ligas la mayor cantidad de juegos salvados desde cuando se distinguió esta tarea como tal para los lanzadores, recibió un sentido y prolongado homenaje por parte de los 45.156 espectadores que concurrieron al Citifield de los Mets de Nueva York, que se extendió por 90 segundos, de todos su compañeros de la Liga Americana y de sus rivales, de la Liga Nacional, y de quienes, de una u otra manera, sienten al béisbol como parte de su vida deportiva.
Mariano se despidió con 16 lanzamientos desde el montículo para asegurar el octavo episodio para la Liga Americana, sin permitir sin imparables ni otorgar bases por bolas, para compilar nueve apariciones en el Clásico de las Estrellas, y haberse ungido como el Jugador Más Valioso, nominación que por primera vez en la historia le fue otorgada a un lanzador.
A sus 43 años, Mariano se convirtió en el segundo serpentinero más longevo en aparecer sobre la loma de los sustos en el Juego de Estrellas, detrás de Satchel Paige, quien tuvo acción a los 47 años de edad, seis décadas atrás, y aun cuando el panameño no se apuntó el juego salvado en este, su último clásico de las estrellas, deja para la posteridad el registro de 4 partidos rescatados para la historia de la Liga Americana.
Como tantas veces se ha dicho, Mariano Rivera está a un paso de ingresar al Salón de la Fama. Apenas faltan par de cositas: su retiro oficial a finales del presente año de su actividad como pelotero activo con el uniforme de los Yanquis, el que siempre usó en las Grandes Ligas, y que transcurran los cinco años obligatorios para poder ingresar a la nómina de los elegibles, en donde seguramente encontrará, no lo dudamos un instante, en la primera ocasión en que ello se presente, las papeletas necesarias para ingresar a Cooperstown, como nuevo ciudadano de la ciudad en donde se reconoce que se inició la actividad del Rey de los Deportes en el mundo.
Por eso nuestra nota de hoy es parte al reconocimiento anticipado para un grande entre los grandes, para el hombre que tuvo excepcionales actuaciones como cerrador de juegos de los Yanquis, del béisbol de la Liga Americana y de las Grandes Ligas, como lo es Mariano Rivera, pero también para el próximo pelotero latino que llegará al Salón de la Fama, algo que nos enorgullece y nos llena plenamente, como un periodista raso que hace cobertura de las cosas de béisbol ya casi por cinco décadas.