Por: Rufino Acosta Rodríguez.
Algunos creen que puede ser el rival más difícil de Colombia en la primera fase. Hablamos de Japón, el peligro samurái, que asiste a su quinto mundial de manera consecutiva y registra dos clasificaciones para octavos de final.
Su estilo es de los más punzantes. Rápido y recursivo, presiona en campo contrario y ataca por los flancos. Los expertos creen que sus posibles debilidades estarían en la defensa frente a los centros elevados. Ese un factor que Colombia ya debe tener previsto.
Entre sus valores destacados, pilares del conjunto, aparecen los centrocampistas Keisuke Honda, al servicio del Milán de Italia, de 27 años, 1.82 de estatura, 52 partidos internacionales y 20 goles; y Shinji Kagawa, quien actúa para el Manchester United de Inglaterra, 25 años, 1.72 de talla, 49 juegos internacionales y 16 anotaciones, al lado del delantero Shinji Okazaki, quien con 28 años y 73 encuentros con la selección es de los más experimentados. Tiene 38 goles.
En la defensa sobresale Yuto Nagatomo, del Inter de Milán, quien acumula 40 juegos con la representación nipona, cabalga sobre los 27 años, mide 1.70 y ha convertido tres goles.
El técnico italiano Alberto Zaccheroni ha tratado de hacer los ajustes en la defensa, y como parte de ese empeño acude a la presión en cancha contraria. A la ofensiva insiste en el ritmo veloz, el pase de primera y el juego por las puntas.
Japón y Colombia se han enfrentado en dos ocasiones. En la primera (2003), se impuso el equipo criollo por 1-0 y en la segunda (2007, final de la Copa Kirin), hubo empate sin goles.
A la luz de las estadísticas mundialistas, los asiáticos están por encima de Colombia. Suman cuatro participaciones y dos octavos de final, contra las mismas cuatro y solo una vez en esa etapa por parte de la escuadra nacional.
El encuentro ante los nipones será el último del grupo C, el 24 de junio en el estadio Pantanal de Cuiabá, desde las 3 de la tarde, hora colombiana.