“¡En qué poco consiste le felicidad!
Basta el sonido de una cornamusa.
Sin música la vida sería un error.
El alemán se imagina que es Dios cuando canta»
El desvío de los valores humanos ha llevado a muchos países a una imbatible corrupción. La ausencia de programas de reeducación de los pueblos o su alto costo trastea a grandes mayorías al desconocimiento o a la burla de las leyes.La identidad de los pueblos es la fuente del entendimiento y de la experiencia y por este camino tendrá que dirigirse el país. Debemos confesar que el nuevo Presidente de Colombia Juan Manuel Santos nos ha sorprendido a muchos colombianos quecreíamos perdida la batalla de la regeneración. Los primerospasos del actual gobierno prometen ese cambio social que enel pasado causó no pocas desilusiones.
Desde un punto de vista sociológico, podemos esperar esaconstrucción de futuro que habrá de reivindicar los proyectosde reconocimiento de todas las clases sociales. El puntode mira del Presidente Santos, puede traernos el bienestar largamenteesperado por las mayorías.
«La única forma para acceder a la modernidad es nuestro propio camino que ha sido delineado por nosotros, por nuestra religión, nuestra historia, y nuestra civilización» escribió Rached Gannouchi en un libro titulado «El Poder de la Identidad», dirigido por Manuel Castells (Blackwell publishers) que ojalá fuera publicado y lanzadoen español para conocer las tendencias modernas de la humanidad. Por ahora, los colombianos de buena fe, debemos respetar y ayudar al gobierno de Juan Manuel Santos, quien con su juvenil vigor y alta cultura podrá hacer un inolvidable mandato.
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Post scriptum: «La vida no es tan corta para mantener siempre la cortesía» es el consejo de Emerson para los políticos si no quieren morir despechados.
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