El inaplicable fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, creó una zona de conflicto en donde no existía y mostró un inexplicable desconocimiento de normas elementales del Derecho Internacional en estas materias.
El gran damnificado de todo este embrollo, fue la Corte Internacional, que perdió la tambaleante credibilidad que tenía y por lo cual gran parte de sus fallos, no han sido acatados por las naciones que a ella, han acudido.
Sus lujosas y ostentosas togas, les han quedado grandes, al igual que el solemne teatro que montan para dar a conocer sus determinaciones.
Está por conocerse un fallo sobre litigio entre Chile y Perú, que seguramente llegará cojo, como el que se promulgó en el caso de Colombia y Nicaragua. Lleva un cierto tufillo de inexactitud y ligereza. ¿Para cuál lado? Nadie lo sabe aún.
La parcialidad que rodeó el veredicto sobre nuestro mar, hizo que el gobierno colombiano, lo considerara “fallo inaceptable”.
A nadie, conocedor o no de los principios del Derecho Internacional, escapa la unidad que representa un archipiélago. Es un conjunto único, que no se puede desmembrar, pero la Corte lo hizo. San Andrés, Providencia, Santa Catalina, los cayos y el mar, son una sola cosa. Que se sepa, no hay antecedentes de una decisión jurídica, que divida un archipiélago, como lo hizo la Corte Internacional de Justicia de la Haya, con nuestro mar y nuestros territorios.
La Corte, puede ser omnipotente, suprema, absoluta o altísima, pero ello no le da patente de corso para violar nuestra Constitución, que con toda claridad, señala cómo se fijan nuestros límites. En momento alguno, otorga esas funciones a los jueces de La Haya o a tribunales foráneos.
Contra los fallos de La Haya, parece no existir recurso alguno. Su omnipotencia es abismal, inconcebible e inexplicable. Por ello hay colombianos que quieren entregarlo todo.
El tribunal en mención, ha llegado a su máximo nivel de desprestigio, con un fallo tan poco untado de Derecho Internacional, que solo ha servido para consolidar los afanes expansionistas de Nicaragua.
Por lo pronto, el fallido fallo de la CIJ, no se aplica, y punto.
BLANCO: El nuevo gabinete que asegura el avance de la paz y de unas políticas para beneficio colectivo. Felicitaciones a Amylkar, compañero de página
NEGRO: Aún no se ha visto la rebaja de los precios de las medicinas… ¿Cuándo arrancará esto?
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