Los Rojos de Cincinnati aparecen, en los primeros 100 partidos de la temporada, como el mejor equipo, y las tres grandes decepciones de los expertos y de la campaña, en este 2012.
Dusty Baker dijo sabiamente, cuando concluyó la campaña de 2011, que los Rojos de Cincinnati darían mucho más de qué hablar en los días venideros, que por lo que dejaron de hacer en la temporada que acababan de finalizar, cuando ni siquiera pudieron arribar con el tiquete de competencia a la postemporada de la Liga Nacional.
Y tal parece, hasta el momento de escribir estas líneas, que sus palabras han sido acertadas, o que por lo menos, se está cumpliendo sobre el escritorio y sobre los diamantes, lo que predijo cuando se recogieron los bates aquel 29 de septiembre del año pasado.
Baker había tenido una temporada con altibajos en la salud de su grupo de jugadores y pese a todos los esfuerzos, había terminado el año con guarismos en partidos ganados y perdidos, por debajo de las expectativas que había generado la novena que, bajo su mando, esperaba desarrollar un mejor accionar de juego, para por lo menos aspirar a la ronda de los grandes, en disputa del título del Viejo Circuito.
Cuando se cerraron los campos de entrenamientos, en los primeros días de abril de este año, los Rojos estaban tranquilos y confiados en que si la suerte los acompañaba y la salud de su grupo se mantenía dentro de los parámetros normales del juego, otro gallo cantaría para la Liga Nacional.
Pero es que además de los Rojos, vale la pena resaltar, y con bastante sorpresa para muchos de los críticos de la pelota de las Grandes Ligas, incluyéndonos nosotros, la soberbia actuación de los Nacionales de Washington, que han sabido capitalizar con creces las pocas pero muy buenas inversiones que hizo en el receso de invierno, y Davey Johnson debe sentirse más que orgulloso por el acierto que tuvo en darle oportunidades a jóvenes peloteros, procedente de las divisiones inferiores de la organización, como el caso de Bryce Harper, para apenas citar a uno, para pensar con ambiciones poderosas, para disputar el título del Viejo Circuito. ¡Y miren lo que está sucediendo!
Referencias y reflexiones
Mientras los Filis de Filadelfia cumplían con una estupenda campaña regular en ese 2011, ganando 102 partidos y perdiendo apenas 60, para adjudicarse el título divisional del Este de la Liga Nacional, pero cediendo en la primera fase de la controversia por la corona del circuito frente a los Cardenales de San Luis, a la postre, los campeones de la liga y de la Serie Mundial, a estas alturas de la temporada, dejaron de ser un punto de referencia para el certamen y el grupo de sus dirigentes, encabezados por Charlie Manuel, su estratega general, que ya deben estar haciendo reflexiones para lo que será el 2013, porque lo que fue este 2012, en vez de estar en la recta final ofreciendo una lucha sin cuartel, deben conformarse por ver pasar frente a sus ojos, a los demás contrincantes de su zona y de la liga.
Los Filis tuvieron muchos contratiempos con un buen número de sus jugadores titulares desde el comienzo de la jornada, mas se le otorgaban mejores opciones, por la calidad del grupo de lanzadores abridores que, por mal calificados que fuesen, estaban a la altura de considerarse por lo menos entre los dos mejores en la rotación de cualquiera novena de la liga. Pero una buena dosis de las lesiones mermaron la potencialidad ofensiva y defensiva del equipo y otro tanto, el que inexplicablemente, lanzadores como su astro zurdo Cliff Lee, no se acreditara una sola victoria en sus primeras 13 presentaciones sobre la loma de los sustos, pero sumando sus cinco primeras derrotas de la campaña.
Otro tanto puede decirse de los Marlins de Miami, cuya capacidad de juego se perdió de un día para otro, sin que nadie encuentre una explicación sensata y deportiva, del por qué la novena se hundió en el Este de la Liga Nacional, siendo que su nómina, las adquisiciones de nuevos y consagrados peloteros, de un nuevo capataz, en la persona del venezolano Ozzie Guillén, y el estrenar un nuevo parque de pelota, le dieron, al puro comienzo de la jornada de las mayores, un puesto de privilegio para estar, por lo decir lo menos, en la disputa del título de su zona en la Liga Nacional.
Y esas dos novenas de referencia ganadora de la Liga Nacional, se convirtieron, cuando apenas despunta agosto, en novenas que serán, a partir de ahora, simples espectadores en las gradas de los parques de pelota, porque en vez de reforzar sus líneas para la recta final, han empezado a ceder jugadores de su nómina, para mejorar las de otros equipos que, de verdad, se perfilan para disputar la corona de la Liga Nacional.
Los que avanzan a buen paso
Los Rojos están señalando un ritmo muy digno frente a unos Piratas de Pittsburgh que no cejan en su empeño de llegar a la postemporada del Viejo Circuito; los Yanquis de Nueva York, mantienen el paso que les está abriendo el camino para una vez más estar en la contienda por el título de la Liga Americana; los Nacionales de Washington se perfilan como indiscutibles retadores de la corona de la Liga Nacional; los Rancheros de Texas desarrollan una titánica lucha frente a los Angelinos de California, por estar una vez más, con el pasaporte para la postemporada; los Medias Blancas de Chicago y los Tigres de Detroit, hacen otro tanto, en su empeño en llegar a la vuelta de los grandes de la Liga Americana; y los Gigantes de San Francisco, en una cerrada lucha con los Dodgers de Los Ángeles, están sacando la casta en pleno comienzo de la recta final de este año beisbolero en las Grandes Ligas.
Los Rojos concluyeron el 2011 a 17 juegos del primer lugar en la división Central de la Liga Nacional, zona que fue ganada de manera categórica por los Cerveceros de Milwaukee, con 96 triunfos y 66 derrotas, contra la marca de Cincinnati que quedó en 79 victorias y 83 derrotas. Y cuando concluye julio de este 2012, los Rojos muestran una compilación de 62 triunfos y 41 derrotas, la mejor marca de las Grandes Ligas en lo que va de la campaña.
Los Nacionales de Washington que compilaron apenas 80 victorias ante 81 derrotas para quedar, en ese año 2011, a 21 y medio juegos del primer lugar que se adjudicaron los Fllis, muestran ahora una tarjeta con 61 ganados y 41 perdidos, para inobjetablemente ser los líderes de la división Este del Viejo Circuito y mostrar las pretensiones, muy serias por cierto, de ganar el título de la liga.
Y, finalmente, los Yanquis de Nueva York, con su registro de 60 ganados y 43 perdidos, confirman que los pronósticos que estaban a su favor desde cuando se inició la temporada, no se lo ganaron por carisma o por sentimientos, sino por la calidad y el talento que muestra su nómina, a pesar de todos los altibajos de salud que ha tenido la novena en la campaña.
Esos tres equipos citados, a nuestro modo de ver las cosas, cuentan con el extra suficiente para ofrecer una resistencia ejemplar, camino a llegar a la postemporada en sus respectivas ligas, más que todo, por la forma en que han conseguido valiosos refuerzos para este tramo de la campaña, peloteros que seguramente van a sumar y no a restar, en los momentos críticos de muchos de los casi 60 partidos que le hacen falta a dichas novenas.
Cuando la recta final del béisbol de las Grandes Ligas apenas comienza en este 2012, nadie puede espabilar, porque a lo mejor, clubes como los Orioles de Baltimore y los Medias Rojas de Boston, en el Este de la Liga Americana; y los Dodgers y los Piratas, en la Liga Nacional, pueden hacer caer a más de uno en lo que resta para finalizar la contienda beisbolera de las mayores en el presente año.