!Los Nacionales de Washington ‘’barrieron’’ a los Cardenales de San Luis y elevaron, ¡y de qué manera!, la cotización del equipo Comodín en las Grandes
Por Antonio Andraus Burgos
Bud Selig debe estar más que contento. Y desde luego, los propietarios de las 30 novenas del béisbol de las Grandes Ligas.
La alta cotización del equipo Comodín para las finales de cada temporada, ha venido creciendo ¡y de qué manera!, que hoy puede decirse que tiene tanto o más valor que los clubes que ganan directamente los títulos divisionales, en la Liga Nacional como en la Liga Americana.
Y citamos a Selig, en su calidad de Comisionado para el béisbol de las Grandes Ligas por esos años, porque fue el hombre que pensando hacer más atractiva el cierre de la temporada, ‘’inventó’’ para el béisbol la presencia del equipo Comodín para la ronda de los cuatro grandes, ampliándola luego en el 2012, para que en juego extra, los mejores equipos segundo y tercero de cada circuito, disputarán la casilla de invitación para la postemporada. ¡Y miren en qué va eso! La prosperidad de la ‘’industria’’ del béisbol es cada vez más acentuada.
Para hacer corto el cuento, digamos que los Nacionales de Washington, esa misma novena que había estado luchando denodadamente desde el 2005 para estar en la gran final del Clásico de Otoño, llega ahora por vía del Comodín, a la disputa de la Serie Mundial, tras una postemporada sencillamente sensacional.
En la disputa por la tarjeta del Comodín de la Liga Nacional, los Nacionales, el mejor segundo equipo del circuito, se deshicieron de los Cerveceros de Milwaukee, el mejor tercer club de la liga, por pizarra de 4 carreras por 3, jugando en su casa, cuando fabricaron racimo de 3 anotaciones cerrando al octavo, ayudados por un error en el fildeo del novato Trent Grisham, quien estaba patrullando el bosque derecho por lesión del formidable Christian Yelich, cuando los visitantes ganaban 3-1.
¡Afuera los Dodgers!
Dave Martínez, el estratega boricua de los Nacionales, debe estar pensando, y con justificada razón, por qué su novena empezó tan mal la campaña y por qué ahora está clasificada para disputar la gran Cita de Octubre.
Claro, es que los Nacionales comenzaron con una marca negativa este año, al acumular 31 derrotas frente a apenas 19 victorias, al concluir el mes de mayo, y lentamente empezaron a cambiar las cosas en el ‘’banco de juego’’, para que todos a una, como Fuente Ovejuna, se integraran en una verdadera ‘’familia’’ beisbolera, en la que seguramente incidieron los veteranos jugadores venezolanos Gerardo Parra y Asdrúbal Salazar, como parte de las nuevas adquisiciones, y la presencia del novato dominicano Juan Soto, para dejar atrás el nombre de Bryce Harper, un formidable pelotero con cuya participación el equipo nunca pudo alcanzar la histórica remontada que hoy los tiene en la Serie Mundial.
En la ronda divisional, los Nacionales se envalentonaron ante los Dodgers de Los Ángeles, inmensos favoritos para clasificar a la disputa del título y llegar, una vez más, a la Serie Mundial, para derrotarlos en cinco sensacionales partidos, todos llenos de un béisbol de calidad, incluyendo aquellos dos inolvidables tablazos de circuito completo en el octavo episodio, de Anthony Rendón y de Juan Soto, frente al estelar zurdo, Clayton Kershaw, en el quinto y decisivo desafío, para igualar la pizarra a 3 carreras, y luego triunfar con el racimo de 4 anotaciones en el décimo, para clasificarse a la Serie por el Campeonato frente a los Cardenales de San Luis.
Ese resultado del quinto desafío 7 carreras por 3, le daba a los Nacionales el pasaporte para asistir a la ronda por el título, porque fue en ese partido de ‘’vida o muerte’’ en donde demostraron que el equipo estaba para aspirar a mejores cosas.
Perdiendo el primer partido ante los Dodgers, en Los Ángeles, 6 carreras por 0; en el segundo, los Nacionales ganaron 4-2 en la propia casa de los ‘’Esquivadores’’; y en el tercero, ya jugando en Washington, perdieron 10-4; para nivelar la cuenta en el cuarto, con la victoria 6-1, en su patio. Y finalmente el quinto, 7-3, como ya anotamos, en Los Ángeles.
Con los Cardenales
Los Cardenales de San Luis se las vieron con los Bravos de Atlanta en la Serie Divisional, y con su histórico racimo de 10 carreras en el primer episodio del quinto juego en Atlanta, tomaron el perfil entre los críticos para pensar en que la novena estaba encaminada a llegar a la Serie Mundial, pues su prestigio de ser la segunda en conquistar más coronas del clásico, le abonaba un terreno fértil.
Ante los Bravos, los Cardenales ganaron el primer juego 7-6 y perdieron el segundo 2-0, ambos en Atlanta; cayeron 3-1 en el tercero pero triunfaron en el cuarto 5-4, jugando éstos dos en San Luis; y luego el quinto y decisivo, consiguiendo la holgada victoria de 13-1, en Atlanta.
Considerando la clase de béisbol que venían ofreciendo, los Cardenales de San Luis tomaron ventaja entre los expertos, para ganar la Serie por el Campeonato de la Liga Nacional frente a los Nacionales de Washington, en proporción de 4-3, es decir, se pensaba antes de iniciarse la ronda, que la disputa por la corona se iba a extender a siete desafíos, por la calidad de los contrincantes de turno.
Pero una cosa es lo que se puede analizar fuera de los campos de juego, y otra muy distinta, las que realmente ocurren sobre los diamantes.
La inesperada ‘’barrida’’
¿En qué momento los Cardenales perdieron la ruta del triunfo? ¿Cuándo y cómo se ‘’enfriaron’’ los bates de los Cardenales? ¿Y cómo fue que los lanzadores de los Cardenales fueron tan fácilmente vapuleados? Nosotros no tenemos las respuestas de esos interrogantes.
Lo que sí podemos decir, sin temor a equivocarnos, es que los lanzadores de los Nacionales dieron una muestra de fortaleza, profundidad y capacidad de juego, en los cuatro compromisos frente a los Cardenales, como en muy pocas ocasiones se presentó en la temporada del béisbol de las Grandes Ligas que está a pocos días de concluir. Y lo cierto es que en el béisbol cuando hay lanzadores dominantes, no hay ofensiva que prevalezca.
Nadie puede desconocer la forma en que el venezolano Aníbal Sánchez, en el primer juego; Max Scherzer, en el segundo; Stephen Strasburg, en el tercero; y Patrick Corbin, en el cuarto, ‘’amarraron’’ por completo a la artillería de los Cardenales en los cuatro partidos de la Serie por el Campeonato. Y la ‘’barrida’’ para los Cardenales aun cuando fue sinceramente inesperada, deportivamente hay que darle el crédito a la calidad de los serpentineros de los Nacionales. ¡Que no les quepa duda alguna!
El venezolano Sánchez, Scherzer, Strasburg y Corbin se combinaron con una inobjetable calidad en los 36 episodios en que trabajaron desde la lomita de los suspiros, con el apoyo de los relevistas, para ofrecer ‘’conciertos’’ de serpentinas de tanta profundidad, hasta acumular 48 bateadores abanicando la brisa, limitándolos a 16 indiscutibles, incluyendo 3 dobles y un cuadrangular, para una raquítica ofensiva de 130 de promedio; y permitirles 6 carreras de las cuales 5 fueron limpias, para 1.25 carreras limpias por juego.
Los Nacionales triunfaron en los 4 primeros desafíos de los 7 previstos, 2 por 0, en el primero y 3 por 1, en el segundo, ambos en San Luis; 8 por 1, en el tercero y 7 por 4 en el cuarto, éstos dos últimos en Washington.
Apoyando a sus lanzadores, peloteros como Anthony Rendón, el mejor de su novena con el uso del madero, bateando para 417, y el veterano Howie Kendrick, con 333 y 4 carreras remolcadas, y Trea Turner, con 294, ‘’trituraron’’ a los lanzadores de los Cardenales con 37 indiscutibles en 135 turnos, para 274 a la ofensiva; con 11 dobles, 1 triple y 2 cuadrangulares; aceptando 17 carreras limpias de las 20 que fabricaron los Nacionales, para 4.50 de efectividad.
Todavía muchos no lo pueden creer: los Nacionales ‘’barrieron’’ a los Cardenales en cuatro juegos en la Serie por el Campeonato de la Liga Nacional.
A la Serie Mundial
En la larga historia de Washington dentro del béisbol de las Grandes Ligas, primero con los Senadores y ahora con los Nacionales, la franquicia de la capital de los Estados Unidos había llegado una sola vez a la disputa de la Serie Mundial, en 1933: los Senadores, por esos años en la Liga Americana, frente a los entonces Gigantes de Nueva York, de la Liga Nacional, cayendo en la ronda por el Clásico de Otoño en 4 de los 5 partidos que jugaron.
Pues bien. Los Nacionales van a disputar el Clásico de Otoño bien sea con los Astros de Houston, bien sea con los Yanquis de Nueva York. Y los dos primeros compromisos, tendrán que jugarlos en casa del campeón de la Liga Americana, cuyo título todavía no está definido.
Pero con una semana de descanso, los Nacionales de Washington, ganadores de la tarjeta del Comodín de su liga; vencedores en la ronda divisional ante los Dodgers; y triunfadores de manera contundente frente a los Cardenales, en la serie por el campeonato, cualquier cosa que suceda en la Serie Mundial, no debe ser motivo de sorpresa, porque ya los pupilos de Dave Martínez han dado más de una.
Y menos si se trata de señalar que los equipos que han alcanzado el Comodín no han llegado a ser simples espectadores en el Clásico de Otoño, porque ya están tan cotizados que los Cascabeles de Arizona, en el 2001; los Marlins de la Florida, en el 2003; los Medias Rojas de Boston, en el 2004; los Cardenales de San Luis, en el 2011 y los Gigantes de San Francisco, en el 2014, se alzaron con los laureles de esos años en la Cita de Octubre.
Los Nacionales están sentados esperando a su próximo rival para disputar la Serie Mundial, bien ante los Astros, bien ante los Yanquis. Y lo más seguro es que venderán muy caras sus derrotas, si es que se presentan, porque a nuestro modo de ver las cosas, por todo lo que han hecho, los Nacionales no serán sorpresa para nadie.