En el juego del béisbol debe existir la combinación para que tanto el bateo, como la labor de los lanzadores abridores y relevistas, así como una buena defensiva, sean buenos para esperar ganancias.
Dicen que en el béisbol, ¡el que batea gana!
Sin embargo, eso no siempre es tan cierto como lo muestran los numeritos, especialmente si se tiene en cuenta la actuación colectiva por encima de la individual.
Esta temporada 2021, que ha dejado atrás por el momento, la presencia del Covid-19, que ha estado presente en casi todos los jugadores de la Gran Carpa, nos ofrece una rara y poco usual aceptación de que las estadísticas, a pesar de ser fundamentales para el juego, en este año de superación de la pandemia, la cual no se ha ido, sino que gracias a la vacunación en masa en el mundo, está aparentemente controlada, el béisbol renació y el público volvió a los estadios.
Pero vamos a lo nuestro, al béisbol.
Surgen muchas inquietudes alrededor de lo que reflejan las estadísticas hasta este 15 de septiembre, cuando estamos camino a la postemporada.
Una de ellas, es el ¿por qué los Nacionales de Washington, que están ocupando el primer lugar en la tabla de bateo, de manera colectiva, no se asoma siquiera para disputar el Comodín de la Liga Nacional?
O esta otra: ¿Por qué los Reales de Kansas City que han bateado mejor en la campaña, superando a los Rayas de Tampa y a los Yanquis de Nueva York, no están perfilados para ir a la postemporada de la Liga Americana?
Los que saben de béisbol, y nosotros nos declaramos neófitos en el asunto, es que una cosa es contar con una buena ofensiva y otra, muy distinta, es que adicionalmente el cuerpo de lanzadores, tanto para la rotación de abridores como para los relevistas, sean lo suficientemente capaces para apuntarse los triunfos, amén de contar con una defensiva que le permita al equipo desempeñarse con buenos augurios en los diamantes.
Muchas veces esas combinaciones de buen bateo, con una sólida nómina serpentinera y con una verdadera capacidad de juego a la defensiva, no se da de la noche a la mañana.
Buena ofensiva, y …
Las estadísticas de los equipos hasta la fecha señalada, nos muestran que tanto los Nacionales, en la Liga Nacional, como los Astros de Houston, en la Liga Americana, debieran llegar a la disputa de la Serie Mundial, si nos atenemos a la parte ofensiva.
Pero eso no va a ocurrir, por una simple y sencilla razón. Los Nacionales no llegarán ni a la postemporada. Los Astros, por el momento, de la mano de Dusty Baker, están en la ruta prometida para ir al Clásico de Otoño.
Miren, los Nacionales están bateando para 258 en promedio, por encima de los Gigantes de San Francisco, los Dodgers de Los Ángeles, de los Bravos de Atlanta, pero están lejos, muy lejos, de poder competir con los brazos abridores y de los relevistas de las novenas que tienen cupos para ir a la postemporada.
Ni qué hablar de los Rockies de Colorado, una novena que ocupa la cuarta casilla a la ofensiva en el viejo Circuito, con promedio de 247, superando a los Dodgers, los Bravos de Atlanta y lo Cerveceros de Milwaukee, pero que no cuenta con posibilidades de aspirar a conquistas valiosas, debido a que su cuerpo serpentinero no ofrece las garantías mínimas y necesarias para el juego.
Los Rockies ocupan la undécima casilla entre las novenas de la Liga Nacional con promedio de 4.58 carreras limpias por juego por parte de los abridores, y los Nacionales están en la siguiente casilla, con 4.66 de efectividad.
¡Difícil ganar con esos guarismos en los brazos de la rotación!
En otra perspectiva, vale la pena señalar que los Dodgers por todo lo que tiene en su nómina, debiera ser el cuarto equipo por la liga, para definir al campeón del circuito, pero la verdad es que en un juego ‘’de vida o muerte’’ bien sea frente a los Cardenales o ante los Rojos, y remotamente, frente a los Filis de Filadelfia, cualquier cosa que se pueda pronosticar, es una forma pendenciera de ir contra las verdaderas posibilidades del béisbol.
Si bien los Dodgers llegan a su novena postemporada de manera consecutiva, repetimos, en un juego como el del Comodín, todo puede suceder y nada sería extraño si cualquiera de sus futuros rivales puedan eliminarlos.
Difícil, eso es cierto; imposible, eso no corresponde a la verdad.
Y en la Americana
Sin hacer cuentas alegres, podemos decir que el Comodín de la Liga Americana debe disputarse entre los Yanquis de Nueva York, los Azulejos de Toronto o los Medias Rojas de Boston, tal como está planteada la situación a dos semanas de que concluya el calendario regular de la campaña.
¿Será que los Atléticos de Oakland y los Marineros de Seattle podrían terciar en la contienda por el Comodín del Circuito? No es fácil pero tampoco imposible. Nosotros los descartamos por una simple y sencilla razón: han dejado de hacer el juego que los caracterizaba en las últimas presentaciones, un cambio que no les ha favorecido.
Asegurados como están los Rayas de Tampa, los Medias Blancas de Chicago y los Astros de Houston, con el banderín de sus respectivas divisiones, queda por conocer el cuarto equipo de la final de postemporada que, como ya hemos señalado, debe ser entre los Yanquis, los Azulejos o los Medias Rojas, que grosso modo, están de tú a tú, con ligera ventaja ofensiva de la divisa canadiense, pero que ofrece una débil actuación en su cuerpo de relevistas.
Los Yanquis no han tenido una temporada como se esperaba, y mucho menos, cómo se la acreditaban con los pronósticos de los expertos, dada la calidad de su plantilla de peloteros. Las lesiones de muchos de sus titulares, como igualmente ha ocurrido en otras novenas, han diezmado la capacidad de juego del club. Pero así es el béisbol.
Su bateo no ha sido eficaz, pues ocupa la duodécima casilla con el uso del madero, con 237 en promedio, pero su rotación, con todos los problemas de salud que ha afrontado, se mantiene dentro de los cinco mejores de la liga, con 3.75 carreras limpias por juego, apenas superada por la de los Astros, que muestran un consolidado de 3.71 de efectividad.
Agréguenle a los Yanquis que también son segundos en la labor de su cuerpo de relevistas, con 3.67 de efectividad, apenas superados por los Rayas, los líderes y seguros ganadores del Este de la Liga Americana, que tienen 3.31 de promedio en carreras limpias por sus segundos brazos del juego, lo que les ofrece una buena dosis de garantía al momentos de tener que llegar a salvar partidos con cierres apremiantes.
Un mano a mano
Dicen los que saben, y en ese grupo no nos incluimos, es que los Azulejos tienen la capacidad ofensiva suficiente para adjudicarse la tarjeta del Comodín, bien sea frente a los Yanquis, bien sea ante los Medias Rojas.
Líderes en cuadrangulares, con el dominicano Vladimir Guerrero Jr. a la cabeza, los Azulejos se han volado la cerca en 233 ocasiones, contra 198 de los ‘Pati-Rojos’ y 195 de los ‘Mulos’; los ‘pajarracos’ canadienses de la mano del boricua Charlie Montoyo, tienen 743 carreras remolcadas contra 712 de Boston y apenas 595 de los Bronx.
Pero los muchachos de Aaron Boone han mostrado cohesión tanto entre sus abridores como con sus relevistas, y algo que pareciera que muy pocos tienen en cuenta, es que cuando a los ‘Mulos’ les corresponde un juego cerrado, todas las posibilidades de ganar están de su lado: tiene el equipo efectividad de 4.01 contra 4.37 de los Azulejos y 5.07 de los dirigidos por el boricua Alex Cora, cuando están abajo en el tablero en las entradas finales de los partidos.
Los Medias Rojas tienen a su favor un callejón ofensivo del que pocos lanzadores pueden presumir dominarlos, que además de tener poder para desaparecer las esféricas, son oportunos con el madero. El cubano-americano J.D. Martínez, el dominicano Rafael Devers y el mexicano Alex Verdugo, se defienden solos cuando les corresponde; y de vez en cuando, el boricua Kike Hernández hace parte de la fiesta con el bate.
Eso se traduce, ni más ni menos, en que los tres equipos pueden ofrecer un mano a mano desde ahora hasta el último juego de la temporada regular, en procura de asegurar su paso a la postemporada, por lo menos para disputar la tarjeta del Comodín de la liga.
Los Dodgers contra el rival que sea en la disputa del Comodín, son favoritos para ir a la vuelta de los cuatro grandes de la Liga Nacional, sin que ello signifique que su rival, esté derrotado antes de que concluya el juego de la tarjeta.
Y entre los Azulejos, los Medias Rojas y los Yanquis, hay un equilibrio sano y deportivo que estará de boca en boca entre sus seguidores y los críticos, hasta cuándo se decidan los dos nombres de los tres que irán a disputar el Comodín de la Liga Americana.
Todo lo demás, sobra por el momento.