Después de la tempestad…

COMO ESTABA PREVISTO, DESPUÉS de la tempestad política en la que hubo toda clase de excesos y mal aprovechamiento de las encuestas y de las nuevas técnicas de comunicación audiovisual e impresa, el país entró a otro tipo de calma, dominada por la paz del bicentenario y el fanatismo del fútbol.

Esta columna lleva muchos años de mirar sin apasionamientos lo que ve el hombre común de las calles bogotanas, tarea que se ha complementado con compromisos académicos que nos permiten conocer de cerca otras regiones. Nuestra afición central ha sido viajar y comparar. De lejos se aprecia mejor la transformación que ha tenido Colombia y lo que nos falta por aprender de los nuevos recursos de la ciencia y la cultura.

Esta semana iniciamos otra tranquila excursión, sin dejar de disfrutar de las comunicaciones instantáneas que han achicado al mundo. Por un mes estaremos ausentes de esta sección y de las aulas. Es muy satisfactorio alejarnos con la seguridad de que habrá continuidad en los progresos alcanzados por la administración Uribe y vendrá un nuevo esfuerzo de paz que busque el fin del narcoterrorismo, la corrección de errores graves como el enfrentamiento de los poderes Ejecutivo y Judicial y el acertado trato a las tensiones fronterizas. El escogido en la primera vuelta, y lo será de seguro en la segunda, para encabezar esa misión es, por amplia mayoría nacional, Juan Manuel Santos.

Hay optimismo sobre el futuro colombiano y tal vez sea posible la reconstrucción de los partidos tradicionales, hoy fragmentados y derrotados. En cambio hay oscuridad en el ambiente internacional, por los brotes de una guerra fría con la siniestra mezcla de la energía nuclear. Es un buen momento para ver de cerca lo que ocurre en otras partes y compartirlo al regreso con alumnos y lectores.

Coletilla. El hombre cambia de calles para regresar más revitalizado y más bogotanizado.