Cuando Bogotá se encontraba ahogada por las basuras, precisamente el día de las inocentadas, ese 28 de diciembre del año anterior, a las autoridades distritales, no se les ocurrió cosa diferente que desayunar a los habitantes con el nuevo impuesto de valorización, que les sacará de los bolsillos casi un billón de pesos. El despilfarro engordará, con los ingresos del Predial.
Como siempre el Concejo, y al parecer sin estudios previos, va dando contentillo al alcalde de turno, olvidando las promesas que en época electoral hacen en los barrios a quienes los llevan a ganar esas abultadas dietas que ellos denominan honorarios con prestaciones. No miran las penurias que soporta la mayoría de la población para sobrevivir, agregando sin piedad impuestos y más impuestos, que sin sonrojo la administración entrega a la caterva de contratistas que con sus carruseles saquean las arcas distritales.
En el mayor silencio, le aplicaron semejante “vacuna” a estas clases media y popular que pagan las vías para que los dueños de Transmilenios hagan su agosto con los racimos humanos que transportan diariamente. Con esos dineros hacen las obras que benefician ciertos sectores, subsidian recolectores de basuras, estimulan a los “avivatos” que se enriquecen con los servicios públicos y demás negocios de la administración.
Bien lo ha dicho Jaime Castro, el mejor alcalde que ha tenido esta capital sobre Petro: “cambió Lampedusa, que todo cambie para que siga igual”, por “todo cambie para que todo sea peor”.
En un momento creí estar equivocado y por ello le reconocí algunas salidas a Petro, pero realmente esto es un caos, la improvisación es incomprensible. Día a día nos movemos entre la irresponsabilidad, la interinidad, la inexistencia de planes y programas y la desorientación general.
¿Cómo seguir entregándole dinero de nuevos impuestos a una administración que no sabe para dónde va, que piensa que un tranvía se compra en el LEY o en el Carulla, que cambia contratos para hacerlos más onerosos, que olímpicamente desconoce la forma de gobernar y, a la que se le está buscando la caída mediante la revocación del mandato?
Esta valorización también debería ser revocada, si contamos con un Concejo independiente y valiente.
BLANCO: La decisión de aplicar el polígrafo a los nuevos policías de carreteras, al contratarlos.
NEGRO: El lenguaje de los dirigentes deportivos, que se califican entre ellos de bandidos porque se graban las injurias.
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