Ningún cerebro podrá entender lo que sucede con la alcaldía de Bogotá y mucho menos con la justicia Colombiana. Cada día grupos de abogados, acuden a las más amañadas triquiñuelas, argucias y maniobras para burlar la Ley, y ponerse de ruana las Cortes y sus fallos.
Es imposible explicar la razón para que un fallo de la Corte Constitucional de octubre pasado sobre el tema que nos ocupa, no se aplique y podamos salvar el prestigio de nuestra justicia, que hoy va de tumbo en tumbo, de tutela en tutela, de alegato en alegato, sin puerto final. Los hombres que imparten justicia, parecen ausentes de la deshonra, el descrédito y el desdoro que día a día los arropa. Ya se habla de las millonadas que cuesta un juicio, una casa por cárcel o un fallo absolutorio. Los más feroces carruseles que han diezmado las arcas del Estado, duermen el sueño eterno mientras los responsables lo gozan en sus casas.
El caso Petro, se hubiera definido desde octubre con el fallo de la Corte Constitucional, sin admitir las “tutelatones” y demás argucias que pueden llegar a eliminar instrumentos tan valiosos para una ciudadanía desprotegida.
Petro aprendió muy bien las lecciones de Chávez y sus asesores, durante el tiempo que permaneció en el vecino país, financiado por el dictador.
¿De dónde saldrán las millonadas que gasta en mantener en vilo una definición sobre su mandato? ¿De dónde los platales para las marchas? Los medios están abarrotados de publicidad distrital. La Bogotá Inhumana zumba en nuestros oídos. ¿De dónde saldrá tanto dinero? ¿Cuántos empleos ha creado en el Distrito?
El caso de las basuras, por el que se le aplicaría la destitución, es una brizna en esta, la peor administración que ha tenido Bogotá. Es por la fallida gestión que deben botarlo. Huecos, paralización de la construcción por el desastre del POT, inestabilidad administrativa, falta de gestión, interminables marchas que agravan el desastre de la movilidad, incremento injustificado del Predial, el desmonte del reciclaje y la lista interminable de un desgobierno palpable, son entre otros, los motivos para despedirlo… ¡pero del todo! Ha sido un fiasco, no estaba preparado y si fuera decente, leal y probo, renunciaría.
BLANCO: Se ha conformado la mejor “llave” para los próximos cuatro años. Excelente la escogencia de Vargas Lleras.
NEGRO: Marta Lucía debe bajar el tono que vinagra su dulzura.
gabrielortiz10@hotmail.com