De los tejemanejes de la política y otros demonios

Por: Juan Vitta Castro

No es un secreto de los mejor guardados que si el señor Gustavo Petro terminó siendo el Alcalde de la capital del país con un 32 o 33 por ciento de los votos esto se debió a los tejemanejes políticos  de su amigo el Dr. Juan Manuel Santos quien resolvió jugársela toda para detener la elección de Enrique Peñalosa y contar con un “alcalde progresista” al mejor estilo de su “nuevo mejor amigo” el Presidente venezolano Hugo Chávez.

Y lo hizo de la mejor manera posible. Pero también de las más obvia ,porque en él todo es predecible. Lanzó la candidatura de la señora Gina Parody, que nada tiene que ver con esta ciudad, ni ha tenido nunca ninguna relación con nuestra capital fuera, tal vez, de haber vivido aquí algunos años. Pues ésta señora resultó siendo candidata. Y de la noche a la mañana, sin transición alguna resultó una “experta” en los temas de la ciudad.

Fomentó las candidaturas de dos de los jovencitos que aspiran a convertirse en ”mandamases”, el joven Galán y el joven Luna. Este último en otros tiempos aliado de Peñalosa y el otro reclamándole a Colombia la herencia de su papá que ha resultado ser el muerto más costoso de nuestra Historia reciente por la elevada cuota burocrática de la que han disfrutado sus familiares, tanto los consanguíneos como los políticos.

A mí no me incomodaba para nada el pasado guerrillero de Petro. De cierta manera , a través de Diana Turbay con quien trabajábamos en nuestra revista “HOY X HOY”, participamos en todo el proceso  que logró la reintegración del M-19 a la vida política de la Republica y trajo un poco de paz a este país. No. Lo que me incomodaba era, o es, mejor dicho, su pedantería y sus gestos de displicencia hacia el resto de los mortales y me incomodaban las dudas, enormes por cierto, acerca de su preparación para manejar los destinos de la Capital de Colombia.

Sobra decir que voté por Peñalosa de quien apenas conozco su obra y voté por él porque creí que era la mejor opción para sacar a esta ciudad de ocho años de pésimos manejos administrativos suministrados por el Polo Democrático Alternativo y de una corrupción sin límites y sin igual en la Historia de nuestro país luego de la administración de ese ilusionista portentoso que es Don Lucho Garzón y de la del “gang” de los Moreno Rojas que se robó lo que pudo y lo que no pudo también.

Gracias a la división de fuerzas fomentada y patrocinada por Santos, ganó Petro porque el otro setenta o sesenta y pico por ciento de los votos estaban divididos. Y al día siguiente de esta victoria, en premio a sus servicios políticos,  la Señora Parody resultó nombrada como Alta Consejera para Asuntos de Bogotá con el objeto tal vez de prestarle la colaboración de la Presidencia al nuevo mejor amigo del Dr. Santos; el joven Galán como Zar anticorrupción y el joven Luna como Viceministro de trabajo.

En otros tiempos, cuando derrotaban a un candidato, éste se tenía que ir al ostracismo a curarse sus heridas y eso hizo Peñalosa; pero eso no sucedió con quienes se opusieron a su elección que terminaron enchufados en la más alta burocracia.

Lo que todo el mundo temía sucedió: Petro no llegó a administrar la ciudad sino a hacer política; a difundir ideología; a convencer cándidos; a hacer demagogia en los barrios marginales  y a introducir un nuevo POT que reflejara sus ideas políticas en el futuro desarrollo de la ciudad.

Había que modificarlo todo comenzando por los servicios de aseo que habían sido privatizados ante la ineficiencia y el alto costo de la tristemente recordada EDIS; había que rebajar los precios de los pasajes del Transmilenio así terminara quebrándose esta empresa y así sucedió en otros campos en los cuales se adoptaron medidas políticas mas no administrativas como sucedió con el Canal de Televisión de Bogotá, el Canal Capital, que se convirtió en un vehículo de propaganda personal del Alcalde y de su política a unos costos gigantescos que la ciudad ha tenido que sufragar.

De sus ideas, si es que alguna es rescatable, tal vez sea la del metro para la ciudad que tiene algunas posibilidades pues su amigo Santos resolvió aportarle dineros de la nación pero de todas maneras en este momento no pasa de ser una entelequia.

Todo en Bogotá está paralizado. La ciudad lleva ya diez años sin que se tomen medidas para resolver sus problemas de fondo. Los gobiernos de la  izquierda que ha soportado la ciudad están  al borde de liquidarla y esta tragicomedia jurídica en que se ha convertido la destitución de Petro, ordenada por la Procuraduría dentro del más estricto orden jurídico, está siendo como el “puntillazo” que hacía falta para que este atraso se convierta en algo definitivo que afecte a Bogotá por más de cincuenta años en el futuro.

Nos queda ,según parece la revocatoria-si es que Petro en caso de perderla no pide que la impugnen, la invaliden, la desaparezcan-Es el momento en que los bogotanos debemos hacer sentir nuestro repudio ante todo el maltrato al que han sometido la ciudad y del cual somos las principales víctimas. Nos queda también pasarle la cuentica de cobro al Dr. Juan Manuel Santos por sus tejemanejes algo fuera de lugar que terminaron causándole un daño irreparable a Bogotá.

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