¡Con el béisbol que quieren desechar…!

Con la utilización del juego de antaño, los Cascabeles actúan mano a mano en la Serie Mundial, contra todos los pronósticos, ante los favoritos Vigilantes.

Torey Lovullo. (Imagen: archivo internacional – VBM).

“Hombres de poca fe …”

Dusty Baker se ha ido del béisbol, arrinconado por las constantes presiones de desechar el juego tal como se le conoce, jugándolo a la manera de antaño, y presionado por los directivos de los Astros de Houston por la modernización del mismo, sin tener en cuenta la calidad humana, el trato sincero con los peloteros, y atenerse única y exclusivamente a lo que señalan las proyecciones de la Sabermetría y demás elementos de la era que estamos viviendo.

Pues bueno. Torey Lovullo, el estratega de los Cascabeles de Arizona, está demostrando que el juego que ahora quieren desechar, le está dando todos los resultados inesperados por los entendidos y los críticos, frente a unos Vigilantes de Texas, los inmensos favoritos para ganar la Serie Mundial.

Tocando la bola en plan de sacrificio, robándose las bases cuando es necesario, bateando elevados de sacrificio para impulsar carreras, en fin, todo lo que en los últimos años ha venido desechándose, es lo que mantiene a los Cascabeles en una lucha, mano a mano, ante los Vigilantes.

En los dos primeros partidos de esta Serie Mundial que se está jugando, la virtuosidad de los peloteros y la clase de estrategia que vienen utilizando las ‘serpientes’ del desierto, están dando resultados, quizás más de lo que muchos esperaban.

Primer partido

En el primer juego del Clásico de Otoño 2023, el ligero descontrol del abridor Zac Gallen en la tercera entrada, y los tablazos oportunos de Corey Seager, en el noveno y en el undécimo del cubano Adolis García, fueron suficientes para darle la dramática victoria a los Vigilantes, sobre los Cascabeles, 6 carreras a 5.

Tal vez el momento más desafortunado para los Cascabeles, llegó en el tercer episodio, cuando el abridor Gallen le otorgó la base por bolas a Mitch Garvey con las bases congestionadas, para que Seager anotara ‘a caballito’ la carrera para empatar la pizarra a 3 carreras.

Los Cascabeles habían anotado 3 en la apertura del tercero, con sencillos de Alek Thomas y Evan Longoria, toque de sacrificio del dominicano, Geraldo Perdomo; triple de Corbin Carroll y sensacional deslizamiento sobre el plato de Corbin, cuando el dominicano Ketel Marte despachó roletazo sobre la primera almohadilla, anotando en jugada de selección.

Tommy Pham se voló la cerca por el bosque izquierdo en la cuarta y Perdomo con sencillo y robo de la intermedia, anotó la quinta en la quinta, con doblete de Marte, carreras todas fabricadas ante el abridor, Nathan Eovaldi.

José Leclerc. (Imagen: archivo internacional – VBM).

De allí en adelante, el ataque de las ‘serpientes’ fue dominada por la actuación de 5 relevistas, incluyendo la destacada actuación del dominicano, José Leclerc, en las dos últimas entradas, quien a la postre fue el ganador del partido, sin permitir indiscutibles ante 6 bateadores y abanicar a 2 de ellos, para asegurarle el triunfo a la novena de casa.

En los seis siguientes episodios, del sexto al undécimo, los Cascabeles apenas conectaron 2 indiscutibles, no recibieron bases por bolas y 6 de sus hombres abanicaron la brisa, para sumar un total de 14 ponches, pues ya Eovaldi había liquidado a 8 bateadores por la vía de los buenos lanzamientos.

Con jonrones

Seager le dio vida a los Vigilantes al conectar el tablazo en la novena entrada del primer juego de la Serie Mundial con el dominicano Leody Tavera en circulación, para igualar la pizarra a 5 carreras, ante un lanzamiento de Paul Sewald, una recta de cuatro costuras que venía a 93.6 MPH, cuando estaban perdiendo 5 a 3.

Pero el tablazo de Adolis, quien había recibido un pelotazo un poco antes, y había conectado par de indiscutibles y remolcado una carrera, es el que define el partido, cuando estando en la cuenta de 3-1, depositó el sinker con velocidad de 96.7 MPH que le envió el relevista dominicano Miguel Castro, a los 373 pies de distancia por el bosque derecho, para darle la victoria a los Vigilantes, 6 carreras por 5, en un juego no apto para cardíacos.

En el segundo

La combinación letal del viejo sistema del juego del béisbol, dio los frutos esperados.

El cuadrangular del joven venezolano, Gabriel Moreno en la cuarta entrada abrió la pizarra; y seguidamente, Tommy Pham despachó doblete y sencillo del cubano Lourdes Gurriel Jr., produjo la segunda carrera para los Cascabeles.

Tommy Pham. (Imagen: Getty Images – VBM).

Moreno se fue para la calle con un sinker de 92.7 MPH del zurdo abridor Jordan Montgomery, que voló la cerca del bosque central, para convertirse en el tercer receptor de menos de 23 años en los últimos 50 años de las Series Mundiales, en conectar un cuadrangular, igualando el registro de Buster Posey, de los Gigantes de San Francisco, en el cuarto juego de la Serie Mundial de 2010, y al del formidable Johnny Bench, de los Rojos de Cincinnati, en el segundo juego del Clásico de Otoño de 1970.

En la séptima entrada, doble del mexicano-americano Alek Thomas, sencillo de Evan Longoria; toque de sacrificio del dominicano Geraldo Perdomo e indiscutible de Corbin Carroll, trajeron 2 carreras más para los Cascabeles.

Y tres más en la octava, con sencillo de Pham; toque de sacrificio de Gurriel; bases por bolas para Longoria y Perdomo; indiscutible de Marte para remolcar 2 y otro inatrapable de Carroll para la tercera del episodio, ampliaban el tablero a 7 carreras a 1.

El remate de la faena ganadora fueron las dos carreras de la novena entrada con 3 imparables, uno de ellos del emergente boricua Emmanuel Rivera, quien las remolcó.

El formidable Kelly

La única carrera del juego para los Vigilantes fue un cuadrangular de Mitch Garver en la quinta entrada, ante un lanzamiento en sinker de más de 93 MPH de Merrill Kelly, que fue a caer a las graderías del bosque izquierdo.

Kelly estuvo formidable en la lomita de los sustos. Antes del jonrón de Garver, aceptó un indiscutible de Evan Carter en el cuarto, y otro dentro del campo interior, después del tablazo de Garver, de Josh Jung. Después estuvo intransitable.

Tres imparables, 1 carrera, 0 bases por bolas y 9 abanicados, en una sensacional e inolvidable noche de Kelly. ¡Magnífico!

El zurdo Andrew Saalfrank, en una entrada y un tercio, y el dominicano derecho, Luis Frías, en dos tercios, remataron el juego, sin permitir libertad alguna a la artillería de los Vigilantes.

Repetimos: “hombres de poca fe …” confíen en las estrategias de antaño del béisbol, que perseverándose en ellas, más temprano que tarde, se darán los resultados.

Sobre Antonio Andraus

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