A muchos inquieta que este año, la Serie Mundial sea disputada por dos novenas que, desde el punto de vista beisbolero, utilizaron todos sus esfuerzos para llegar a la contienda y clasificaron, aun quedando por debajo en los guarismos de ganados y perdidos.
Agosto fue el mes decisivo para muchos contrincantes en la campaña de las Grandes Ligas. Y si septiembre se convirtió en la recta final de miedo para todos los participantes, la verdad es que en esos treinta días de competencia, con el alma entre las manos, muchas veces se gana o se pierde el pasaporte para llegar a la postemporada.
Para esos casos, apenas pregúntenles a los Medias Rojas de Boston, en la Liga Americana, y a los Bravos de Atlanta, en la Liga Nacional. En un abrir y cerrar de ojos, se quedaron por fuera de la ronda por los respectivos títulos en sus circuitos, en el último juego del calendario regular, para que los Rayas de Tampa, en la Americana, y los Cardenales, en la Nacional, obtuvieran sus visados para ir a la final de sus ligas.
Pero qué se puede decir, cuando los Filis de Filadelfia, en la Liga Nacional, con sus 102 victorias y apenas 60 derrotas en la temporada, erigiéndose como la mejor novena de este 2011, se quedó por fuera de poder disputar la corona del Viejo Circuito, precisamente eliminados por los Cardenales, los ganadores de la tarjeta del ‘’comodín’’ de la Nacional, que ahora entran a la controversia por la corona de la Serie Mundial.
Como tampoco, nadie puede olvidar que los Yanquis de Nueva York, la mejor divisa en la contienda de la Liga Americana, con 97 triunfos y 65 reveses, haya desaparecido de la competencia, al ser superados por los Tigres de Detroit, club que al final no pudo llegar a al Clásico de Otoño, porque los Rancheros se las ingeniaron para sacarlos de la carrera por la corona de laureles del béisbol de las Grandes Ligas.
¿Son los mejores?
La controversia se ha centrado, en las últimas horas, en tratar de explicar o por lo menos, de dar razones valederas a los seguidores de las novenas que, llegando con muchos boletos a ganador a su favor, otorgados por los expertos y críticos de la pelota organizada, no están en el banquete final de la campaña.
Lo de los Filis es casi que inexplicable. Pero como en el deporte, cualquier cosa puede pasar, pues esa es una de las situaciones en donde, por lo regular, todo cabe menos la triste derrota que nadie puede olvidar. Con una nómina serpentinera indiscutiblemente formidable, fue vapuleada por los Cardenales, para que la derrota hiciera presencia en tres de los cinco desafíos que disputaron en la Serie Divisional. Y luego, los Cardenales hicieron de las suyas ante los Cerveceros de Milwaukee, novena que había eliminado a los Cascabeles de Arizona, dando muestras de una potencialidad verdaderamente temible, pero que fue sencillamente un desastre a la defensiva en los dos últimos encuentros, al contabilizar siete costosos errores sobre el campo, además de otros lapsus mentales que, a la hora de la verdad, sumaron varias rayitas en contra. Así, ciertamente, no se puede ganar.
Y qué no decir de los Rayas, que sorprendieron a los entendidos con un sensacional cierre de campaña en la Liga Americana, ganando su último compromiso frente a los Yanquis, para adjudicarse el pasaporte para la postemporada, desalojando de la opción a los favoritos Medias Rojas de Boston, pero fueron derrotados en la Serie Divisional por los Rancheros, que luego de perder en el primer juego, les ganaron los tres siguientes de manera consecutiva, incluyendo dos en el estadio cerrado de Tampa. Y finalmente, superaron a los Tigres en cuatro de los seis partidos que disputaron en la final por la corona del Nuevo Circuito.
Eso demuestra a las claras, que contaban con el suficiente talento y la capacidad de juego, para estar en la Serie Mundial. En otras palabras: Llegan a la Cita de Otoño porque han sido los mejores dentro del terreno de juego, porque a veces, no es la novena que más triunfa en los partidos regulares de la campaña, las que pueden conquistar el gran trofeo del Clásico de Octubre.
Novenas muy parejas
Las estadísticas de este 2011 dejan conocer a las claras, que tanto los Rancheros de Texas, los actuales campeones de la Liga Americana, como los Cardenales de San Luis, los nuevos monarcas de la Liga Nacional al destronar a los Gigantes de San Francisco, por cierto, los últimos campeones de la cita otoñal, evidenciaron que tienen el material humano y técnico lo suficientemente capaces para estar en la gran final.
Los Rancheros fueron los líderes a la ofensiva de la Liga Americana, con promedio de 283 puntos, al tiempo que los Cardenales cargaron con los mismos honores en la Liga Nacional, al compilar promedio de 273 puntos a la ofensiva, como quien dice, están mano a mano con el uso del bate.
Los dirigidos por Ron Washington, el estratega que por segunda ocasión llega con los Rancheros a la Serie Mundial, superan a los Cardenales en cuadrangulares, triples y dobletes despachados en la jornada regular, con 210 contra 162 tablazos de cuatro esquinas; con 32 contra 22 batazos de tres esquinas; y con 310 contra 308 en dobletes.
Parejos se muestran en las estadísticas de los lanzadores abridores, pues los Cardenales apenas superan a los Rancheros con 3.74 carreras limpias por juego, en las 90 victorias contra 72 reveses, contra 3.79 en carreras limpias, en sus 96 triunfos contra 66 derrotas
Empero, mientras que los serpentineros de los Cardenales aceptaron 136 ‘’bambinazos’’ en ese largo proceso de la campaña, los de los Rancheros permitieron 170 cuadrangulares, en la misma cantidad de partidos en donde intervinieron.
A la defensiva, los Cardenales tuvieron un guarismo de 982 puntos sobre el terreno de juego, con 116 errores al campo, pero fabricando 167 jugadas de doble matanza, contra 981 puntos de los Rancheros, al acumular 114 pifias sobre el diamante de juego, y combinar 164 jugadas de doble out.
¿Dónde estará la diferencia?
Se nos ocurre pensar que la diferencia puede radicar en la capacidad de juego de todos y cada uno de los peloteros, y en especial, de la experiencia de muchos de ellos, en las respectivas plantillas de las novenas.
¡Ah! y otra cosita más, que a lo mejor se nos olvidaba. El cuerpo de relevistas de los Cardenales se muestra más sólido, con promedio de efectividad de 1.88 carreras limpias, en 28 episodios y dos tercios laborados en la serie contra los Cerveceros; contra una nómina que, a veces, pierde de vista lo importante del juego, como es, en el caso de los serpentineros del cierre de los partidos, que ellos deben subir a la ‘’loma de los sustos’’ a fabricar out por out, y a medir sus fuerzas en cada lanzamiento que hagan, frente a cada uno de los bateadores rivales, algo que en muchas ocasiones parece que no existiera en la mente del grupo de los de Texas.
Y si quieren algo más para las diferencias: un técnico como Tony La Russa, tan experimentado y hábil como lo es, quien hace presencia por décima novena ocasión en Series Mundiales, con un ‘’callejón de la muerte’’ a la ofensiva bajo sus órdenes, como lo son Albert Pujols, Matt Holliday y Lance Bergman, sin olvidarnos de David Freese, quien ha estado ‘’incendiado’’ con el uso del madero; en frente a un estratega poco arriesgado, que muchas veces maneja con demasiado sentido conservador a sus muchachos en jugadas en donde, pese a contar con buenos corredores para avanzar sobre las almohadillas, no los explota en su debido momento, como lo es Ron Washington, que apenas tendrá su segunda actuación en el Clásico de Otoño, pero teniendo buenos soportes a la ofensiva como Ian Kinsler, Adrián Beltré, Nelson Cruz, Josh Hamilton y Michael Young.
Si algo pueden tener seguros los amantes del béisbol, y en especial los de la pelota de las Grandes Ligas, es que esta 107 Serie Mundial, que se inicia en casa de los Cardenales este 19 de octubre, puede albergar acciones equilibradas y partidos cerrados, dada la calidad de los contrincantes de turno.
Se nos antoja escoger, por simple preferencia, a los Cardenales de San Luis para ganar el Clásico de Otoño, por la experiencia de su estratega, por la calidad de la mayoría de sus jugadores y por la inspiración que traen desde la primera semana de agosto de este año, que ha sido por demás sensacional y arrolladora.