Por: Rufino Acosta Rodríguez
Algo va y bastante de 9.6 millones de dólares que se gana el italiano Fabio Capello, al millón que recibe el bosnio Vahid Halilhodzic, según la revista Forbes. Esa enorme diferencia, sin embargo, se redujo a cenizas en el campo de juego, porque el técnico millonario se vuelve a casa y el otro sigue en carrera. Argelia sacó a Rusia del Mundial de Brasil 2014 y por primera vez en su historia da el paso para jugar el cuarto partido de la competencia. No importa que sea contra Alemania, uno de los más fuertes candidatos al título. Eso es lo de menos, podrían decir los llamados zorros del desierto que dieron una formidable demostración de espíritu de lucha, entrega y amor propios en el Arena da Baixada de Curitiba para obtener un empate glamoroso y asociarse con Bélgica como dueños del grupo H. Los belgas fueron primeros aunque en el cierre les costó trabajo imponerse sobre los coreanos del sur en Sao Paulo., 1-0. Jan Vertonghen acabó con la resistencia de Seúl a los 78. Rusia tenía puestas sus expectativas en la gestión de Capello y para ello hizo la gruesa inversión de petrodólares. Se quedó en el ensayo porque no hubo evolución. Fue un equipo tosco que a ratos parecía iluminarse y siempre terminaba en la decepción. Cayó ante los diablos rojos de Bélgica y empató frente a Corea del Sur y Argelia, en ambos casos a un gol. Los argelinos, en cambio, supieron dejar atrás una ajustada derrota ante Bélgica para vencer a los asiáticos y rematar con el empate de la clasificación. Esa fe inquebrantable que alimentan con oraciones después de cada gol fue tan fuerte que los llevó a mover las montañas rusas. El golazo de Aleksandr Kokorin en el primer tiempo – una excepción en medio de la mediocridad- no los amilanó. Siguieron en la batalla con el mismo fragor e Islam Slimani se elevó en el área para cabecear y dejar quieto al portero Igor Akinfeev, quien había salido a ciegas y manoteaba en el aire. Un centro desde la izquierda le abrió la puerta al delantero argelino. La tribuna redobló sus oraciones y Rusia insistió sin que nada le funcionara. Se esfumaron las ideas. Lo dicho: esa platica se perdió. Capello no fue el hombre de las gallinas. Mucha elegancia, fina ropa y poco de ejecución y resultados. Putin y Medvedev se quedaron con el vodka en la mano. Para Argelia en cambio es tocar el cielo. Nunca había llegado tan lejos en un recorrido que inició hace 32 años en España 1982, siguió por México 1986 y pasó por Sudáfrica 2010, hasta aterrizar en Brasil 2014. Los zorros saltan de alegría. Qué importa si los aguarda Alemania. Ya se pagaron el viaje. Bélgica cumplió sus objetivos y justificó los antecedentes de una campaña eliminatoria casi impecable. Todavía no deslumbra pero ahí va. Avanza invicto y lo espera un hueso duro, Estados Unidos, el martes 1 en Salvador. El diablo rojo ante las huestes de Obama.