El doctor Richard Martínez, es médico y además especialista en oftalmología. Como profesional de la medicina trabaja con entidades del Estado y con instituciones oftalmológicas privadas de gran prestigio. El doctor Martínez, como cualquier otro consumidor colombiano de tecnología, necesitó adquirir un computador, y un día cualquiera encontró uno de los tantos anuncios que en grandes páginas publica la empresa Dell promocionando sus productos y creyó encontrar la mejor opción para comprar su portátil. Tal y como indica la publicidad, hizo el pedido utilizando su tarjeta de crédito y respaldando la compra con cédula número 79.779.383. Efectivamente a los treinta días llegó un portátil con las especificaciones requeridas. Hasta ese momento nada indicaba que su calvario para reclamar una garantía sobre este equipo estaba por empezar. “Lo lamentamos es todo lo que podemos hacer por usted” “A la semana de comprado el computador, la pantalla se desconfiguró, es decir, se puso completamente negra,-dice-. Llamé al servicio técnico, me dieron unas indicaciones y volvió a funcionar normalmente. Pero al sexto mes de comprado el equipo, aparecieron en la pantalla dos puntos negros, al día siguiente más puntos y así sucesivamente. Entonces llamé nuevamente al soporte de servicio técnico y ahí empezó mi verdadero calvario”.
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Los «pequeños grandes» inventos que no han sido superados
Por: Germán Matamoros G
Esta es una inquietud que salta al escenario cotidiano del planeta Tierra, en donde aún hoy, dos mil años después, en plena era de las tecnologías modernas o llamadas de punta, los “pequeños grandes” inventos todavía son imprescindibles.
Fernández de Oviedo es nombrado gobernador de Urabá
El 18 de marzo de 1525, el emperador Carlos V le entregó en gobernación al cronista Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés los territorios comprendidos entre el Darién y la desembocadura del ríoMagdalena.
Leer más »¿Por qué pelean los hermanos?
Por: Clara Helena de Guerrero
La forma como los niños pelean, los motivos por los cuales lo hacen y el proceso que siguen para resolver sus disputas, varían de acuerdo con varios factores, entre ellos la edad y el sexo.
Intimidades de la marcha del profesor Moncayo.
Por: Gilberto Castillo.
Mil doscientos ocho kilómetros recorrió el profesor Gustavo Moncayo desde su pueblo natal Sandoná, en Nariño, hasta la Plaza de Bolívar para reclamar por la libertad de su hijo, el cabo Pablo Emilio Moncayo,
A celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente pero con humor
Por Henry Mance
Lo que en definitiva puede decirse de los ecologistas es que no se les reconoce precisamente por su “buen ambiente”. La mayoría, más bien, son fatalistas, depresivos y hasta aburridos. O por lo menos esa es la imagen que se tiene de ellos.
Un ejemplo: Cuando el premio Nobel Al Gore presentó su documental Una verdad incómoda, el diario deWashington Post publicó una reseña en la que se decía textualmente: “El aburrido Al Gore ha hecho una película. Se trata del tema más aburrido de todos: el calentamiento global”.
Leer más »Las enfermedades del corazón son más graves en las mujeres
Adaptación: Tatiana Sokoloft
Un simple dato curioso: si se tiene elevado el nivel de colesterol en la sangre o si se padece de alta presión arterial, la falta de ejercicio es tan riesgosa para el corazón como fumarse un paquete diario de cigarrillos.
La reconquista de París hace 65 años
“Pierre Sarre, el soldado cuyo mono (overol) ardía se revolcó por el suelo intentando contener el fuego. Con las manos extinguió las últimas llamas y, juntamente con el soldado de infantería José Molina, echó a correr bajo el fuego de las ametralladoras que se encarnizaban contra ellos. Pero dos veces las balas de las ametralladoras, al rozarle prendieron nuevamente el fuego en su mono empapado de grasa. Con el brazo roto por una bala. Sarre pudo al fin llegar, siempre acompañado de Molina, hasta una casa, bajo cuyo porche se guarecieron. Por desgracia, en el mismo momento un obús explosivo cayó sobre la casa, decapitando con un trozo de metralla al infante Molina y haciendo caer sobre Sarre una lluvia de vigas y tejas incandescentes. Sarre, horrorizado, vio su mono inflamado de nuevo”.
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