María Cristina Guerrero es una guerrera. Tiene la capacidad de dividir su pensamiento en 10 cosas al mismo tiempo. Posee el don de la ubicuidad mental. Parece una hormiguita que nunca se cansa.
No es fácil, la verdad, en estos momentos de la economía mundial, mantener una publicación, pero, sobre todo, estar con más información, tener diversidad, con calidad de diagramación, diseño y fotografías, con impresión impecable.
Es admirable.
Si algún catedrático quisiera conocer quién es ejemplo de emprendimiento, debe tener presente a María Cristina Guerrero, la guerrera.
Colega sin igual, amiga como pocas, sincera en sus apreciaciones, incansable, trabajadora de una manera ejemplar.
Este año llevó su Revista Momentos a sitios nunca antes imaginados y la llevó a Estados Unidos. Quería hacer un ensayo, pero pudo más el éxito. Avanza en ediciones, experiencias y conocimiento con decenas de empresarios.
–¿Cómo estuvo el 2022 para Revista Momentos?
–Con muchas bendiciones maravillosas. Entre ellas, hicimos el lanzamiento de la Revista MOMENTOS USA, dirigida al público hispano de la Unión Americana, y en el transcurso de tres meses publicamos tres ediciones; ese era el número que habíamos planeado para publicar durante el primer año. Fue tal el recibimiento que le dieron a la revista que estos tres primeros números salieron en tres meses consecutivos.
–¿Cuál será el futuro de las revistas?
–El mercado editorial se fortalece en lo digital que no tiene fronteras. Aunque pertenecemos a una generación que ama el papel, todo apunta hacia lo digital, por costos y porque lo virtual es universal. Para los jóvenes, solo existe lo que entra por el celular, es lo que nos conecta, literalmente.
–¿Cómo nació la Revista Momentos?
–Cuando me gradué en Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Externado de Colombia, los años de carrera los tenía de práctica y, gracias a esto, tres meses antes de salir de la universidad ya había firmado contrato indefinido con El Tiempo. A los dos años y medio de entrar al periódico me dieron la dirección de Elenco, la revista más leída en ese entonces, y estuve al frente por más de 13 años. Me fui cuando quise explorar otros medios y aprendizajes y empecé a hacer televisión con Tevecine, creé y dirigí varios programas. Cuando cerraron las programadoras con la privatización de la televisión, creé una empresa, y cuando me aburrí de emprender, volví a ser empleada, dirigí revistas en diferentes temáticas. Un día, me quedé sin trabajo y con dos hijas que debía sacar adelante. Fue en medio de ese desierto que Dios me impulsó a crear mi propia revista y Él nos ha sostenido a lo largo de los 11 años que llevamos en circulación. Le doy gracias al Señor, y al equipo incondicional de amigos y colegas que me han apoyado a lo largo de este recorrido.
–¿Cuál ha sido la portada más seguida?
–La de Ruddy Rodríguez en la portada.
–¿Proyectos para el 2023?
–Continuar reinventándonos con la edición de Colombia y darle mayor impulso a la edición de USA. En abril, realizaremos la VII Versión de los Premios al Mérito MOMENTOS, y que sea esta la oportunidad para agradecerte, querido Guillermo, por todo el apoyo que nos has brindado en las ediciones de estos galardones.
–¿Cómo van sus hijas escritoras?
–Melissa, la mayor, es profesional en Estudios Literarios. El año pasado lanzó Regreso a Dorlebo, su primer libro de cuentos, y este año, su primera novela, Los Desprendimientos. Juanita, la menor, se acaba de graduar en Derecho y lleva cuatro años trabajando con la Fundación Servicio Jurídico Popular.
Don Julio Sanchez y don Jorge Barón.
–¿Qué viene para el Periodismo 2023?
–El desafío más grande para los periodistas y los medios es fortalecer la credibilidad. Ahora, con la tecnología, todos informan, y las audiencias no saben qué es real y qué es fake news, la diferencia la determina la fuente.
–¿Qué encontró de novedoso en este 2022?
–Sigo mirando el mundo con ojos de niña, todo me maravilla y me sorprende, y el telescopio espacial James Webb empieza a descubrir ese universo infinito, inexplorado.
–¿Qué alegría y qué tristeza le quedaron de este 2022?
–La alegría de seguir vivos después de la pandemia, la tristeza de los amigos que han partido, el sentirnos tan vulnerables. Como diría el poeta Barba Jacob: “Mas hay también ¡Oh Tierra! un día… un día… un día…
en que levamos anclas para jamás volver… Un día en que discurren vientos ineluctables, ¡un día en que ya nadie nos puede retener!
–¿El mundo va bien?
–A veces me torno demasiado pesimista sobre nuestra especie, como si fuéramos un experimento fallido. Los animales nos dan lecciones a diario de amor, de compasión, de solidaridad, de convivencia. Los robots que están desarrollando ya buscan abogados para que los declaren seres sintientes. Pero cuando recuerdo que los humanos somos creación de un Dios Todopoderoso que entregó a su hijo para salvarnos, recupero la esperanza y pienso que no todo está perdido, que nuestro libre albedrío nos debe llevar a reencontrar la esencia pura con la cual fuimos concebidos.
–¿Hacia dónde va la moda?
–No entiendo mucho de modas. Nunca compraría un jean roto, por ejemplo. Sigo usando prendas que tengo hace más de 20 años y que se mantienen como nuevas. Actualmente todo parece desechable.
–¿Le gustan las canciones de ahora?
–Me encanta la música para planchar y, para trabajar, la música clásica.
–¿Qué extraña de El Bordo, Cauca?
–Todo, mi gente cálida y alegre, siempre llena de gozo a pesar de la adversidad. Conservo entrañablemente a mis amigos de la infancia, y extraño el frito de Imelda, los chicharrones de Piedra Sentada, el kumis patiano, el tamarindo, los zapotes, la gelatina de pata que baten en la plaza, el paseo a los ríos, las celebraciones en diciembre con los “taitapuros”…
–¿Cuándo revela su receta de las empanadas de pipián y la sopita de carantanta?
–Prometo conseguir las recetas para compartirlas.
–¿Qué pedirá este 31 de diciembre mientras consume uvas?
Salud, sin salud no somos nada. También pediré por la paz, tan anhelada por todos, pediré que las empresas crezcan para que generen más empleos. En mis oraciones diarias pido por nuestros campesinos, por nuestros policías y soldados, por nuestros niños y jóvenes, por las madres cabeza de familia, por las personas que viven en las calles, por los enfermos… Que Dios nos bendiga.