Nuestro colaborador Hernando Jiménez publicó recientemente su libro Un Siglo de Ausencia, en  cuyas páginas rescata los grandes recuerdo de su niñez y juventud, y nos muestra de una manera viva e intensa la Bogotá que él vivió en esos años mozos, cuando era esta una ciudad un poco taciturna  y dueña de un romanticismo especial.

Los ladrones de cuello blanco, son sin duda, los peores delincuentes que puedan existir en una sociedad. Con su accionar delictivo son más peligrosos que cualquier narcotraficante, que cualquier guerrillero e incluso que un sicario.

Un rey negro existió en Colombia y fue coronado en esta condición por sus súbditos. Su nombre era Domingo Bioho y fue esclavo hasta 1599 cuando escapó con otros negros a la ciénaga se Matuna donde se le unió un buen número de esclavos que lo coronaron rey para ellos. A Bioho lo combatieron los españoles durante catorce años sin éxito alguno porque no lo pudieron recapturar.

La Batalla de Ayacucho ocurrida el 9 de diciembre de 1924, significó el fin del poderío militar de España en América del Sur. El gran héroe de esta gesta libertadora fue el mariscal Antonio José de Sucre, a quien muchos, en su época, consideraban el sucesor indiscutible de las ideas políticas de Simón Bolívar. Lamentablemente Sucre murió durante un atentado en su contra en la montaña de Berruecos el 4 de junio de 1830, en hechos que ni la justicia de entonces ni la historia ha podido esclarecer.

Y ocurrió lo que tenía que suceder… reelección o no reelección, de Santos… Ya hay interesados en respaldarla y en torpedearla, porque el tema está tan candente, que ni el crudo invierno que nos ahoga, puede aplacarlo. Santos tiene un punto a su favor, porque no deberá violar la Constitución aprobando “articulitos”, usar “yidisayuditas”, feria de puestos y demás mañas. La Carta, se lo permite, y con mayor fortaleza ahora, que se hundió el proyecto que pretendía eliminarla.

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