Por: José Luis Mumbru
Quien no ha oído esa expresión después de haber abierto una botella de vino? Es innegable la atracción que siente la gente hacia los corchos, y no sé si la atracción es visual, olfativa o táctil pero es difícil para muchos evitar el tomar un corcho que este sobre la mesa y no apretarlo, no masajearlo o no dejar de jugar con él. Hagan el experimento, dejen un corcho deliberadamente solo y este será tocado, manoseado, olido por alguien e inclusive guardado en un bolsillo o metido en la cartera, en un acto de robo menor porque es un objeto que a la gente curiosamente le gusta guardar, atesorar y coleccionar. Sera por lo agradable que es al tacto? No sé!
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