Pareciera que no nos basta con la tarea de afrontar la pandemia de salud y financiera, para abrogarnos un dolor de cabeza más, con un escándalo cada semana, que nos da pie para debatir con pasión, las determinaciones del gobierno, con acicate polarizante – politiquero!! El de esta semana, el Crédito de Avianca de U$ 370 millones, “con mucho de largo, como de ancho, con pros y contras”.

Con el transcurrir de los aconteceres diarios en el campo político - jurídico, vamos a necesitar un “código individual”, para que satisfaga a cada uno de los implicados y a sus defensores, ante el arsenal de intereses que también polarizan a nuestra sociedad.

Observando los aconteceres de estos últimos días, dan grima las reacciones de sectores, que se sienten protagonistas de las decisiones que han afectado a personajes de la vida nacional. Desde los extremos atizan la hoguera, como si la tormenta no estuviera en el más alto nivel.

Ante la calamidad mundial vivida por el COVID-19, nosotros los colombianos, sin distingo alguno, tenemos que aportar fórmulas para salir de la crisis. Somos todos sin distingo alguno los que tenemos que asumir con responsabilidad y voluntad, a medida de nuestras capacidades, sin politiquería y mucho menos calculando, ventajas económicas o electorales.

Observando el acontecer diario y escuchando a los estudiosos del campo económico y financiero, tenemos que aplicar estrategias, para afrontar lo que nos queda de la pandemia y la poscovid, para planificar el desarrollo futuro. Tenemos que proyectarnos a 5,20,50 años, con énfasis en el uso de tecnología, para todos los campos de acción.

“Resucitar, sin haber muerto”, es inexplicable, pero lo estamos experimentando y especialmente los “abuelitos”, que no sabíamos que nos había llegado el fin para actuar, trabajar, pensar e interactuar, “muertos en vida”, como deberían estar ciertos “politiqueros”, pero ese es tema para otra ocasión.

Cuando estamos despertando de la pesadilla del “Covid 19”y sabiendo que nos acompañará por tiempo indefinido (visita nada agradable), nos obliga poner los pies sobre la tierra y pensar como afrontamos el nuevo mundo, que arrancó en el año 20 del siglo que vivimos hoy.

En el transcurrir de esta pandemia que no ha tenido miramiento, ni consideraciones con nadie y cuando estamos afrontando la realidad de este nuevo mundo, que empezó con el año 20, nos despertamos con la tragedia, heredada del Gobierno anterior, que puede ser más letal: ¡La económica!