La final de la Liga Americana, con dos grandes de este 2021. Dusty Baker ha mostrado su capacidad de liderazgo en la controvertida novena. Alex Cora mantiene su formato de que sus pupilos jueguen sin presiones, utilizando la malicia latina.
Alguna vez le preguntaron a Billy Martin, el controvertido estratega de tantas idas y venidas en las temporadas con los Yanquis de Nueva York, si conducir a estrellas del béisbol era lo más difícil que había enfrentado como capataz de la más popular de las novenas de las Grandes Ligas.
Y Billy, tan fogoso como siempre lo fue, no sólo ante los árbitros en cualquiera decisión que no le parecía acertada sino como estratega en el banco de juego con sus jugadores, respondió de manera categórica:
‘’El béisbol se juega sin estrellas; otra cosa es que del juego surjan las estrellas’’.
Claro, Billy se refería en esos momentos a tener en su nómina a peloteros como Reggie Jackson, Thurman Munson, Tommy John, Jim ‘Catfish’ Hunter, Ron Guidry, Graig Nettles, Lou Piniella, en fin, con cuya tropa ganó la Serie Mundial de 1977, en una de las tantas veces que dirigió a los Yanquis, la misma que consagró a Reggie Jackson como ‘’El Señor Octubre’’, por aquellos 3 cuadrangulares en un partido frente a los Dodgers de Los Ángeles.
Por cierto, para hacer un poco de memoria, Dusty Baker jugaba con los Dodgers en esa Serie Mundial de 1977. Hoy es el capataz de los Astros.
Hay que partir de la base de que ningún estratega quiere perder un juego. Muchas veces se ordenan jugadas para ser efectuadas en los momentos propicios, que no se cumplen por múltiples razones, pero la capacidad de juego del pelotero es la que hace la diferencia en los momentos difíciles.
‘’Uno sale a dirigir para ganar, jamás para perder; pero las derrotas, los errores, las malas tardes de un lanzador y de un jugador, hacen parte del juego’’, sostenía Billy.
La tarea de Dusty
Dusty Baker, el afroamericano que una vez más lleva a los Astros de Houston a la gran final de la Liga Americana, no ha podido ganar un título de Serie Mundial como estratega, a pesar de haber estado en esa instancia, con los equipos de la Liga Nacional, como los Cachorros de Chicago, los Gigantes de San Francisco, los Rojos de Cincinnati, los Nacionales de Washington y ahora, con los Astros.
Intentando hacer pasar la oscura página del robo de señales de los Astros, Baker ha tenido como tarea primordial cambiarle la mentalidad y el espíritu a su grupo de peloteros y conseguir que desarrollen los partidos haciendo caso omiso a las cosas del pasado. Y por ahora, lo ha logrado, gracias a su liderazgo y a su capacidad de manejar los hilos del juego.
Vuelven los Astros a la final de la Liga Americana, y en esta ocasión contra los Medias Rojas de Boston, el equipo que ganando el ‘Comodín’ de su circuito, y con tres estrellas del Clásico de Otoño conquistadas en este nuevo siglo, espera primero capturar el título de su liga y, luego, buscar la corona de la Cita de Octubre.
Para los Astros es la quinta ocasión en que llegan a la final por el título de la Liga Americana, y para Dusty es la segunda vez que comanda su tropa a la disputa de la corona de su circuito, pese a la ausencia de varios peloteros que hasta hace poco tiempo, hacían parte del grupo sobresaliente de la nómina del equipo, incluyendo a sus lanzadores Justin Verlander, Gerrit Cole, Dallas Keuchel, tres poderosos brazos, además de George Springer, para citar apenas la ausencia de algunos de los más valiosos que ya no están.
La sangre latina
Pero con los Medias Rojas de Boston, las cuerdas son manejadas por el boricua, Alex Cora, al estilo latino, en la forma en que él considera se debe orientar al equipo, llegándole a los peloteros de una manera clara, directa y vendiéndoles la idea de que ‘’tienen mucho para dar y jueguen con los deseos de hacerlo bien en todo momento’’.
Los Medias Rojas no aparecían en el radar de los entendidos para esta campaña que ya agoniza, y si acaso, otorgándoles una temporada apenas aceptable, podrían sumar más victorias que derrotas, que con unos 84 u 85 triunfos, era suficiente y aceptable.
Después de un 24 y 36 en la atípica temporada del 2020, el 2021 no parecía ser la más adecuada para mayores pretensiones más allá de poder disminuir el número de reveses ante las ganancias, especialmente, si los ‘Pati-Rojos’ de Boston habían dejado ir a varios de sus titulares y había que ensamblar al equipo con las nuevas adquisiciones.
Cora venía de cumplir un año de suspensión por aquello del robo de señales con los Astros, en cuya divisa fundía como asesor del banco de juego, hecho que una y otra vez lo ha aceptado públicamente que ‘’y ha sido el error más grande de mi vida deportiva’’, como en efecto aceptó días después de recibir la sanción.
Tras hablar con los directivos de los Medias Rojas, lo volvieron a contratar para dirigir la novena, que hoy está en la ruta de disputar la corona de la Liga Americana, tras superar a sus eternos rivales, los Yanquis de Nueva York en el juego del Comodín del circuito, y vencer a los Rayas de Tampa, el mejor equipo de la liga en la campaña con 100 victorias, en la ronda de la Serie Divisional, en dramáticos partidos jugados tanto en el ‘’Tropicana Field’’ de Tampa, como en el icónico ‘‘Fenway Park’’ de Boston.
Mano a mano
Liquidados los Yanquis y venciendo a los Rayas, los Medias Rojas encaran ahora a los Astros, novenas ambas que han superado múltiples complicaciones en la temporada pero que haciendo un verdadero esfuerzo deportivo y humano, están en la ruta de los grandes de la postemporada.
Mirando los dos equipos de reojo, uno tiene que aceptar que sobre el papel, están mano a mano, casi que en todos los aspectos de sus nóminas, si tenemos en cuenta lo que hicieron en la ronda divisional y en la temporada regular.
Los Medias Rojas en la Serie Divisional batearon para 341, 56 imparables en 164 turnos, con 9 cuadrangulares, 26 carreras empujadas y 26 ponches recibidos; mientras que los Astros sumaron 40 indiscutibles en 139 turnos, para 288 al bate, con 4 jonrones y 31 carreras remolcadas y 41 abanicados.
Pero, aquí hay que observar algo: los muchachos de Dusty estafaron 5 bases contra apenas 1 de los de Cora, fueron mas selectivos en sus turnos, al negociar 18 bases por bolas contra apenas 7 de los ‘Pati-Rojos’.
Los Medias Rojas tuvieron con su grupo de lanzadores en la Serie Divisional una efectividad de 4.62 con 3 ganados y 1 perdido, abanicando a 46 bateadores, otorgando 11 bases por bolas y permitiendo 7 cuadrangulares.
Los Astros compilaron 4.63 en carreras limpias por juego en la misma fase, con 3 ganados y 1 perdido, 39 ponches propinados, 12 bases por bolas entregadas y 3 cuadrangulares aceptados.
De plano, así con los numeritos en mano, están mano a mano.
Pero hay una ligera y quizás notable diferencia en cuanto a los relevistas de las dos novenas en la misma fase: la efectividad que obtuvieron los dos grupos. Los brazos relevos de los ‘Pati-Rojos’ tuvieron efectividad de 3.08, abanicaron a 29 bateadores y otorgaron 7 bases por bolas; contra 4.15 de efectividad de los Astros, 21 ponches propinados y 5 bases por bolas.
Valga la pena citar aquí que en la campaña regular, los Astros superaron a los Medias Rojas con 5 triunfos frente a 2 derrotas, en las siete confrontaciones que tuvieron en el calendario regular. Y que los Astros produjeron más carreras que los Medias Rojas en la Serie Divisional.
Pero recuerden, ahora es borrón y cuenta nueva frente a todo lo actuado.
Los líderes
El boricua Kike Hernández, con sus 6 carreras remolcadas, bateando para el astronómico 450, con 2 cuadrangulares y 3 dobletes; el dominicano Rafael Devers, con otras 6 remolcadas, con 333 al bate y par de tablazos de circuito completo; el cubano-americano J.D. Martínez, quien pese a las dolencias físicas está en la titular, con 467 al bate, 4 impulsadas y un jonrón; y el también boricua Christian Vázquez, con un tablazo de circuito completo, 4 remolcadas y 375 con el uso del bate, encabezan el ataque de los Medias Rojas en la contienda frente a los Astros.
El zurdo Kyle Tucker con 2 cuadrangulares, un doble y 294 de promedio, ha impulsado 7 carreras para los Astros; y le siguen el torpedero boricua Carlos Correa, con 375 a la ofensiva, 4 empujadas y un doblete; Alex Bregman, con 375 al bate, 4 remolcadas y un doblete; y el venezolano José Altuve, con 9 anotadas, 3 impulsadas, bateando para 313, con 1 jonrón y un doblete.
El instinto y la malicia caribeña que aplicará en sus decisiones el estratega boricua Alex Cora, agregado a la inspiración y deseos de triunfar que la transmite a sus peloteros, moviendo todas sus fichas como si se tratara de un juego de ajedrez, podría llevar a los Medias Rojas a ser nuevamente un equipo ganador en la fase de decisiones en la temporada de las Grandes Ligas; o bien, con el pragmatismo y cuidado con que ejecuta el tradicional y afamado ‘’librito’’ — que no existe — Dusty Baker, sería la base del éxito de los Astros en esta rueda por el campeonato.
Serán 7 juegos, para declarar campeón al ganador de 4 de manera seguida o en forma alterna. Se empieza con dos juegos en Houston; tres en Boston; y sí son necesarios los partidos sexto y séptimo, volverán a casa de los Astros.
Astros y Medias Rojas ya fueron rivales, en el 2018, cuando los ‘Pati-Rojos’ ganaron la Serie Mundial, dirigidos, por cierto, por Alex Cora. Dusty Baker no estaba ese año en el banco de juego de los ‘Siderales’. Era A.J. Hinch el estratega de los Astros.
El primer desafío será este viernes 15 de octubre, en el ‘’Minute Maid Park’’ de Houston, a partir de las 8 de la noche, hora del Este de los Estados Unidos, y los probables lanzadores son el veterano zurdo Chris Sale, por los Medias Rojas en la lomita, ante el zurdo dominicano, Framber Valdez, de los Astros.
El segundo se jugará el sábado, también en Houston, y los Medias Rojas posiblemente llevarán a la lomita al derecho Nathan Eovaldi, mientras que los Astros utilizarán los servicios del derecho venezolano Luis García.
Y va nuestra pregunta para ustedes, amables lectores, ¿a cuál escogen?
Sobre el escritorio la ventaja la tiene Alex y su grupo; sobre el campo de juego, la mano favorece a Dusty y sus muchachos.
Debe ser una final juego por juego, porque para conseguir las 4 victorias que le acrediten el título a una de las dos novenas, para pasar a la Serie Mundial, hay muchas cosas por ver, y todas buenas, ¡pensamos nosotros…!