Las dos mejores novenas del 2011, no están en la disputa de las coronas de las ligas. La fase final entró en su etapa decisiva por la controversia de los títulos.
Nadie puede negar que las sorpresas, como una caja de pandora, hicieron parte de los resultados en la iniciación de la postemporada en la pelota de las Grandes Ligas. Tanto más cuanto que las dos novenas que marcaron el camino en victorias y derrotas en la temporada, se quedaron por fuera de la competencia, en busca de los títulos de las respectivas ligas.
Nosotros, en parte, nos sentimos golpeados por la forma en que se definieron las contiendas de las semifinales de la campaña, dado que apenas acertamos con uno de los cuatro clubes que están en la contienda de cada uno de los circuitos.
Los Cerveceros de Milwaukee nos honraron con su paso a la final, en la cual habíamos incluidos a los Yanquis de Nueva York y los Rayas de Tampa, por la Liga Americana, y a los Filis de Filadelfia con los Cerveceros, por la Liga Nacional. Los hechos, incontrovertibles, nos permitieron conocer una vez más que en el béisbol no hay nada ganado ni perdido, hasta cuando el juego no se acaba, como tantas veces se ha dicho.
Los dos grandes
Dentro del frío análisis que hicimos antes de que se iniciaran las jornadas de las semifinales en los dos circuitos, nos daban la razón los numeritos que ofrecían las novenas en contienda, y en especial, los Filis y los Yanquis, los dos sensacionales clubes que barrieron en ambas ligas, frente al resto de los rivales.
Los Filis de Filadelfia, además de capturar el favoritismo desde el inicio de las acciones del 2011, al consolidar su rotación de lanzadores abridores con la firma del formidable Cliff Lee, se portó a la altura de las circunstancias en medio de algunas dificultades naturales por lesiones de varios de sus peloteros durante el arduo trayecto de la temporada, pero acumuló tantas victorias, hasta convertirse en la mejor representación de las mayores, con 102 encuentros ganados y apenas 60 perdidos, para capturar el banderín de la división Este de la Liga Nacional, tal como se había pronosticado, y emergió como la sensación de la campaña.
Los Yanquis, en cambio, que permanecieron con una segunda opción para llegar a la postemporada, con base en sus actuaciones para asegurar la tarjeta del ‘’comodín’’, fueron al final los triunfadores de la división Este de la Liga Americana, en donde los amplios favoritos eran los Medias Rojas de Boston, la novena que sobre el papel se planteaba como la más consistente y dura para derrotar, pero que con el transcurrir de los días, se convirtió en la ‘’cenicienta’’ de septiembre, al dejar todas sus aspiraciones sobre el terreno de juego, causando la gran hecatombe del béisbol de las mayores en este año, y ceder el cupo de la tarjeta de invitación a los Rayas de Tampa, cuando perdieron su último compromiso ante los Orioles de Baltimore 4 carreras por 3, club este que terminó en el último lugar de la tabla en la división; mientras que los muchachos de Joe Maddon cargaron con su última victoria frente a los Yanquis de Nueva York, por pizarra de 8 carreras por 7, con un tablazo de cuatro esquinas de su hombre estrella, el antesalista Evan Longoria.
Los Yanquis marcaron 97 triunfos contra 65 reveses en el calendario regular, para ser el mejor equipo de la Liga Americana. Y capturó su pasaporte para ir a las semifinales del circuito con pocas complicaciones.
Nada que ver
Pero como tantas veces se ha dicho, una cosas es una cosa, y otra cosas es otra cosa. La temporada regular es una contienda de largo aliento, en donde en la medida que se desarrolla la programación de 162 partidos en apenas 180 días, se pueden equilibrar las cargas. Empero, las series de finales, son otra cosa, totalmente distintas.
Los pronósticos, una vez más, quedaron relegados y superadas por las acciones que se cumplen sobre los diamantes del béisbol, en donde nada es diferente hasta cuando se cumple con el último out de la última entrada.
Los Yanquis palidecieron frente a los Tigres de Detroit, especialmente en el último partido, jugado en su propio estadio, cayendo 3 carreras por 2, pese a que en dos oportunidades contaron con la casa llena para fabricar carreras y no pudieron concretar una rayita que por lo menos igualara el tablero, entregando el último out el cotizado Alex Rodríguez, quien mostró muy poco en la fase final, al lado de figuras como Mark Texeira, y el propio C.C. Sabathia, sin poder olvidar a Jorge Posada, quien no fue contundente y decisivo como en ocasiones anteriores, cuando tuvo la oportunidad de estar en acción a la ofensiva.
Los méritos de los Tigres son sobrados. Ganaron su división Central y se mostraron agresivos en la fase de las semifinales ante los Yanquis, para vencerlos con tres victorias frente a dos derrotas.
Y los Rayas de Tampa, que venían con los ‘’bates calientes’’ a la ofensiva, fueron presa fácil ante los Rancheros de Texas, que con valentía, mostraron una fortaleza envidiable, defendiendo a capa y espada, su título de campeones de la Liga Americana. Vencieron a los Rayas con tres victorias y una derrota, en los cuatro compromisos que se jugaron, el último de ellos, en la casa techada de Tampa.
Los Tigres y los Rancheros están disputando, por estos días, el título de la Liga Americana.
Revés sensible
Y si en la Liga Americana llovió, en la Liga Nacional no escampó.
Los Filis con todas sus figuras y su cuerpo de lanzadores de primerísima línea, se quedaron por fuera de la competencia por la corona, al caer en cinco sensacionales encuentros, frente a los Cardenales de San Luis, el último equipo en clasificarse para la contienda, al ganar el ‘’comodín’’ de la Liga Nacional, frente a unos Bravos de Atlanta que su desgracia fue haber tenido que enfrentar en la última serie del año, a los de Filaldelfia, perdiendo el último compromiso, que le permitió a los muchachos de Tony LaRussa cruzar la línea que les permitiera estar en las semifinales.
Mientras que los Cerveceros refrendaron el favoritismo que tuvieron hacia la segunda fase del calendario regular, pese a que no tuvieron el respaldo necesario al comienzo de la campaña, superando a los Cascabeles de Arizona, en otra contienda digna de una final del béisbol de las Grandes Ligas.
La derrota de los Filis en el Viejo Circuito fue un revés sensible para los críticos, y en especial, para quienes pensábamos que los pupilos de Charlie Manuel con esa lujosa nómina que tenían, debían por lo menos llegar a la contienda por la Serie Mundial. Pero así de raro y difícil es el béisbol.
Para la Liga Nacional, la disputa por el título está en manos de los Cardenales de San Luis y los Cerveceros de Milwaukee.
En estas dos finales de los circuitos, escojan al equipo que más les guste, queridos lectores y aficionados al Rey de los Deportes, pero a ciencia cierta, es posible que ambas controversias lleguen al límite de los desafíos pactados, es decir, a los siete encuentros, para dar como campeón y retador en la Serie Mundial, al ganador en cada final de cuatro de esos siete juegos previstos.
Los Yanquis, el multimillonario club de Nueva York, una vez más dejó en entredicho que el dinero todo lo puede. Y los Filis, las nómina más consistente del béisbol de las Grandes Ligas, nos confirmó que el béisbol es así, de raro, complicado, inexplicable, nada lógico, y ¡punto!