Por: Rufino Acosta Rodríguez
Como dicen los germanófilos con cierta arrogancia, “Die Manchaschaft”, ni más ni menos “el equipo”. Eso se vio ayer con Alemania ante Francia en el Maracaná. La estructura, el buen trato del balón, toque, fuerza y eficacia, se aliaron para pasar por encima del rival que tuvo sus mejores arrestos en el comienzo de ambas etapas y en los últimos minutos del partido. Joachim Low encontró otra vez la lamparita. Sus hombres fueron a la batalla con determinación, llenos de recursos y ganas de restablecer el orden. Mesut Ozil, Bastian Schweinsteiger y Thomas Müller redoblaron esfuerzos. Se vio un duelo franco y a ratos intenso. Francia, que había encantado en las primeras fases, se vio maniatada pero aun así estuvo cerca de romper el muro. El gol casi tempranero de Matts Hummels fue un portento. Tiro libre ejecutado por Kloors y cabezazo certero. El espigado defensa central le ganó el duelo a su colega de posición, Varane, e hizo una especie de media volea testal para que el balón se fuera rumbo a la red, después de besar el horizontal. Un salto de gigante y maestría en la ejecución. Un tanto que bien puede valer un título. Lo irónico es que hasta ese momento, Francia era la que había creado situaciones de riesgo o por lo menos se había acercado con peligro al arco del elegante e imperturbable Manuel Neur. El fútbol tiene esas cosas. El árbitro argentino Néstor Pitana, quien a la postre sacó un balance favorable con su labor, afrontó varios retos en las áreas. Los alemanes reclamaron penaltis contra Klose y Müller, pero al revisar las imágenes únicamente queda la duda en el manotazo de Debuchy sobre este último. Francia se movió con sus armas habituales de velocidad y precisión, impulsado por Valbuena (a pesar de Schweinsteiger, quien no le perdió pisada) y a la espera de los remates de Benzema, a veces irresoluto e impreciso. Se repitieron los ataques por los flancos sin poder finalizar la jugada. Cuando hubo algunos escapes, Neur estaba en posición y dijo no. Alemania regaló varias ocasiones para sellar el marcador. Miroslav Klose recibió vía libre para ir por el gol de la marca y la ansiedad lo consumió. Subsiste el empate con Ronaldo (16). Fue relevado por Schurrrle a los 68 y Alemania recuperó la ofensiva. Tras una que otra escaramuza, Benzema se puso a tiro en el último minuto cuando Neur le tapó un remate a poca distancia. Era casi un gol cantado. Sigue Alemania, vuelve a las semifinales, como en 1934, 1958, 1970, 2006 y 2010, con la intención de repetir lo que ya hizo en 1954, 1974 y 1990. Creo que Low hace planes para regresar al Maracaná y animar la fiesta por la corona. No debe olvidar que el tanque ha merodeado cinco veces por estos linderos desde 1966. Francia puede sentirse tranquila en medio de la desazón de la derrota, porque retornó a los primeros planos con prestancia y dignidad. Hace cuatro años fue un desastre en Sudáfrica. Ahora tiene un equipo renovado y algunos valores de alto nivel. Es el quinto campeón mundial que sale de la competencia. Antes habían naufragado España, Italia, Inglaterra y Uruguay. Del club de los ocho sobreviven tres. La nota extra la dieron ambos equipos al leer comunicados de rechazo al racismo. La FIFA aprovechó el momento para reiterar su política incluyente en esa materia. Un poco de sana política.