De un solo conquistador desciende diez y seis primeras damas

(Por: Gilberto Castillo. (Miembro de laAcademia de Historia de Bogotá).

Y Muchas de ellas llegan, hasta nuestros días, porque como bien lo dijo el historiador Arturo Abella, la diferencia de la gran oligarquía colombiana con las demás del continente es que la nuestra desciende de una misma familia y de allí, por matrimonios de conveniencia, componendas y ramajes genéticos enredados, se fue construyendo una elite que aún hoy nos domina y se arruncha en torno a la nómina oficial. En un artículo anterior vimos como de Sebastián de Benalcázar desciende trece presidentes colombianos. Cuando hablamos de oligarquía no estamos yendo contra nadie, ni endilgando cosas, es que esta clase como los demás de otras condiciones sociales o económicas, existe en cuanta nación conforme este planeta llamado tierra y cada una recibe la herencia que le ha de corresponder.

La raíz de todo, es el conquistador Antón Olalla y su hija Jerónima como ya hemos contado, con su descendencia y apellido, en la medida que pasan los años, por nivel  económico y condición social se entremezclan la que podríamos llamar la segunda descendencia, la de Sebastián de Benalcázar, conquistador iletrado, pero astuto y ambicioso, así como la de otros apellidos que se fueron construyendo a la sombra de sus encomienda: los Berrio, los Ponce de León, los Ospina, los Caicedo, los Dávila, los Sanz de Santamaría Los Gonzales Manrique, los Groot, los Portocarrero  y otros.

El tercer punto de partida para la formación de esta elite, son los descendientes del capitán Juan del Toro Severo un español nacido en Andalucía con quien se encontró Gonzalo Jiménez de Quesada, quizá en una taberna española, y encantado con la apostura de Juan, le gustaban bonitos dicen, lo trajo para su amado Nuevo Reino de Granada.  De, Del Toro Servero llegó, muy joven, con apenas 15 años, y después de ser ascendido a capitán fue nombrado pacificador de las provincias de Gualia y Guasquia donde se sublevaron los indios y luego nombrado teniente gobernador en remedios, alférez real y alcalde ordinario, así como comandante general para la pacificación de Cimitarra donde se alzaron los negros.

En esa zona se quedó viviendo y casó dos veces, con Catalina Zapata de Cárdenas y con Inés de Carvajal, de quienes descienden las primera damas  de nuestro país a las que hacemos referencia y que en su orden son:

Timotea Carvajal Marulanda, nieta en sexto grado, casada en segundas nupcias con José María Obando (1831-1832) (1853-1854)

Dorotea Durán Borrero, nieta en séptimo grado, casada en segundas nupcias con José Hilario López (1849-1853)

Marcelina Barrientos Zulaibar, nieta en séptimo grado, casada en segundas nupcias, con Mariano Ospina Rodríguez (1857-1861), quien al quedar viudo de ella, contrajo matrimonio con su cuñada, María del Rosario Barrientos Zulaibar, que fallecería en 1853. Luego, en 1855, se comprometió con su tercera esposa, Enriqueta Vásquez Jaramillo, nieta en octavo grado del capitán del Juan del Toro.

Isabel Gaviria Duque, nieta en octavo grado, casó con Carlos Eugenio Restrepo (1910-1914), quien a su vez era nieto en séptimo grado, del mismo capitán del Toro.

Carolina Vásquez Uribe, nieta en noveno grado casó con su primo Pedro Nel Ospina (1922 – 1926), nieto en noveno grado del Toro por ser hijo de Mariano Ospina y Enriqueta Vásquez,

Felisa Santamaría Restrepo, nieta en décimo grado, casó con Miguel Abadía Méndez (1926-1930),

de María Teresa Londoño Sáenz, nieta en octavo grado, quien casó con Enrique Olaya Herrera (1930-1934).

María Michelsen Lombana, nieta en décimo grado, esposa de Alfonso López Pumarejo (1934-1938) (1942-1945).

Lorencita Villegas de Restrepo, nieta en décimo grado, esposa de Eduardo Santos (1938-1942).

Bertha Hernández Fernández, nieta en noveno grado, esposa de Mariano Ospina Pérez (1946-1950), sobrino de Pedro Nel Ospina y nieto en décimo grado del mismo capitán Juan del Toro Servero.

Carola Correa Londoño, nieta en noveno grado, casada con el general Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957),

Guillermo León Valencia (1962-1966), nieto en décimo grado, abuelo de la hoy senadora Paloma Valencia.

María Cristina Arango Vega, nieta en décimo grado, esposa de Misael Pastrana Borrero (1970-1974), nieto del mismo capitán en onceavo grado

Ana Milena Muñoz de Gaviria, nieta en décimo grado, esposa de Cesar Gaviria Trujillo, 1990-1994, nieto en doceavo grado

Pero como dijimos, tres pilares se unen para fortalecerse y encumbrase en los más alto de la sociedad y por eso del capitán del Toro Servera, tienen hilos de sangre los presidentes y personajes.

Marco Fidel Suárez (1918-1921) era nieto en noveno grado.

Carlos Lleras Restrepo (1966-1970), nieto en onceavo grado, abuelo del exvicepresidente Germán Vargas Lleras (2014-2017)

Alfonso López Michelsen (1974-1978), nieto en onceavo grado, hijo de Alfonso López Pumarejo.

Cesar Gaviria (1990-1994), nieto en doceavo grado,

Andrés Pastrana Arango (1998-2002), nieto en doceavo grado, hijo de Misael Pastrana. El hijo de Andrés, Santiago, está casado con la bisnieta de Mariano Ospina Pérez. De igual forma, Juan Carlos Pastrana, hermano de Andrés, se casó con Cayetana Valencia Laserna, hermana de Paloma Valencia, nieta de Guillermo León Valencia.

Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), nieto en onceavo grado

Juan Manuel Santos (2010-2018), cuyo tío abuelo fue Eduardo Santos y es primo hermano del exvicepresidente Francisco Santos Calderón (2002-2010).

De Sebastitán de Belalcázar, fundador de CAli, desciende trece presidentes de Colombia

(Por: Gilberto Castillo. (Miembro de laAcademia de Historia de Bogotá).

Sebastián Moyano o Sebastián de Belalcázar como se le conoce mejor, fue quizá, uno de los conquistadores más completos que llegó a la América Hispana a pesar de ser iletrado: astuto, intuitivo, con sentido de estadista y ambicioso. Su niñez no fue fácil. Bajo las órdenes de su hermano, capataz, trabajó para el señor de Belalcázar en España como cuidador de cerdos y limpiador de porquerizas. Parece que era un poco neurótico y cuando el jumento en que cargaba lavazas, por falta de comida, cayó en un barrizal, le dio tantos palos para que se levantara que termino matándolo.

Lleno de miedo, porque ni dos vidas le servirían para pagar el jumento, huyó y en su carrera llegó a Sevilla donde, al parecer, Juan De la Cosa lo subió a su barco y lo trajo a Santo Domingo hoy República Dominicana. En Santodmingo se unió a Pedrarias Dávila y llegó a Santamaría la Antigua del Darién. Luego de ayudar a fundar Panamá, sabiendo de la existencia del Reino del Perú, hizo empresa con sus compadres Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Fernando de Soto para conquistarlo.

Inconforme por la repartición del tesoro, buscó, a escondidas, su propia gobernación. En su viaje, ordenó a sus capitanes fundar Quito, Pasto, Timana, Cartago y luego él, personalmente, fundo Cali y Popayán. De allí subió para buscar su propio reino, y al hombre que forrado en oro se bañaba en la laguna de Guatavita del cual tuvo información. Fue cuando se topó con Nicolás de Fermann y Gonzalo Jiménez de Quesada, con quienes fundo Santafé de Bogotá, jurídicamente, el 27 de abril de 1539. En medio de su analfabetismo, le advirtió al licenciado en leyes Jiménez de Quesada que la fundación del 6 de agosto de 1538, estaba mal porque era un fuerte militar, y bastante distancia había entre crear un fuerte y fundar una ciudad.

Sus amores fueron siempre con princesas indias, o al menos a estos hijos los que reconoció por ser mestizos importantes. De esta prole nacieron once presidentes ecuatorianos y trece colombianos además de pintores y científicos. Para Colombia por el lado de su hijo Francisco, nacido en Panamá y casado con la dama española María Herrar y Sarmiento descienden:  Camilo Torres, prócer y presidente de las provincias unidas de Cundinamarca. José María Obando, Diego Euclides Ángulo, Guillermo león Valencia, Carlos Lleras Restrepo y Alberto Lleras Camargo. Obviamente, los políticos German Vargas Lleras y Enrique Vargas Lleras, así como el científico Federico Lleras Acosta.

De su hija María Magdalena, nacida en Nicaragua y casada con don Alfonso Fuentemayor, descienden los presidentes: Mariano Ospina Rodríguez, Pedro Nel Ospina, Carlos E. Restrepo, Mariano Ospina Pérez, Jorge Holguín y su hermano Carlos Holguín. Alguna vez, mientras nos tomábamos un café, durante una entrevista, el escultor Edgar Negret, me confesó que el también tenía hilos de sangre de Belalcázar.  Otro descendiente importante fue el sabio Francisco José de Caldas así como los poetas José Asunción Silva y Guillermo Valencia.

Tomado de mis libros:  Caminando en el Tiempo e Hilos de Sangre y otras Historias, así se formó la oligarquía en Colombia

A Bogotá no la fundó Gonzalo Jiménez de Quesada el 6 de agosto de 1538

Seguramente te vas a sorprender, pero la historia es como viene: Gonzalo Jiménez de Quesada y sus huestes, bajo las órdenes del recientemente nombrado Gobernador de Santamarta Pedro Fernández de Lugo, salió de la ciudad navegando el rio de la Magdalena con la urgencia de conseguir oro y riqueza porque Luis de Lugo, hijo de Pedro, en una noche de descuido, subió a un barco el oro que había conquistado su padre y huyó a España dejándolo sin forma de pagarle a sus capitanes y demás acreedores contratados para la expedición en Islas Canarias.

Jiménez De Quesada llega a la Sabana a finales de 1536 y hasta el 6 de agosto de 1538, hace de todo: apalea cercados sin compasión, emperra* indios, conquista oro y esmeraldas, da muerte al cacique Tisquesusa, el Bacatá, gobernante de la Sabana, y hace que el poderoso Quemuenchatocha, gobernante de Hunza, hoy Tunja, se entregue pacíficamente con un enorme tesoro. Para el 6 de agosto, planea regresar a España y levanta doce chozas y una iglesia, nombra un comandante militar y arrancando un puñado de pasto, desenfunda su espada y jura tomar posesión de esas tierras y fundar una ciudad en nombre de Carlos I de España y V de Alemania

Hecha la supuesta fundación, se dispone regresar a España, para rendir cuentas en calidad de comandante de alzados*. Lázaro Fonte capitán desterrado al cercado de Pasca junto con su mujer la princesa Soratama, por graves diferencias con don Gonzalo, le escribe en un cuero de venado que en dirección de los llanos Orientales aparece un ejército de europeos. Era de Federmann de origen alemán y empleado de los señores Welser de Alemania, dueños de Venezuela. Ni bien se repone de esta sorpresa, cuando se entera que, por el sur, sobre los predios del cacique Tibacuy, aparece una poderosa delegación europea en cabezada por Sebastián de Belalcázar. De esta manera y como caso único en la historia de la humanidad, tres ejércitos se topan en el sitio donde se habrá de fundar la capital de país, Bogotá.

En medio de las negociaciones que se dan Belalcázar, iletrado pero experto fundador de Ciudades le hace saber al hombre de leyes, Jiménez de Quesada, que como no ha nombrado Justicia mayor, ni alcaldes, tampoco regidores, ni entregado terrenos en propiedad, ni  trazado calles, no ha fundado una ciudad, simplemente, ha levantado un fuerte militar, y deciden fundar la ciudad, -bajo las leyes de España que para entonces lo regían todo-, el 27 de abril de 1539, y así se hace.

De regreso a la Corte para dirimir las diferencias sobre la ciudad, a quien mejor le fue, fue a Belalcázar. Le otorgaron los títulos de gobernador y fundador de Cali y Popayán. A Federmann, sus jefes alemanes lo metieron en la cárcel por rendirles cuentas torcidas sobre lo conquistado y allí murió. Jiménez de Quesada como capitán de alzados fue denunciado por Luis de Lugo quien además reclamó por herencia parte del tesoro que llevaba. La corona lo demandó por no darle completa al Rey la quinta parte que le correspondía del tesoro conquistado y por la muerte, bajo tortura, del cacique Saquesazipa, heredero de Tisquesusa y último gobernante muisca. Después de doce años de lucha jurídica, le otorgaron el título de mariscal, cosa que no le gustó mucho porque ya había un mariscal, Jorge Robledo, en el nuevo Reino de granada. Cuando murió Luis de Lugo, el ladrón de su propio padre, le dieron el de adelantado, pero nunca el de fundador. Por esta razón, Bogotá no tiene realmente un fundador sino tres participantes en dicho acto. A Jiménez de Quesada se lo entregaron los historiadores románticos, que, ante la escasez de héroes en Colombia, han buscado construirlos de cualquier manera, entre otros los historiadores Henao y Arrubla con su famoso libro de Historia. Los detalles de este hecho y otros ocurridos entonces, están minuciosamente narrados en mi libro: Caminando en el tiempo. Ediciones Aurora.

*Emperrar. Esta comprobado que los conquistadores traían una jauría de perros de las guerras de Europa, entrenados para castrar o degollar enemigos (indígenas) de un mordisco.

*Capitán de alzados. Eran aquellos comandantes que, a apoyados de sus capitanes, desconocían la autoridad superior y se declaraban dueños y señores de los tesoros y de los territorios conquistados.

 

 

 

 

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