Las explicaciones, en muchas ocasiones, sobran para el caso del béisbol. Pero para los entendidos, despachar 50 tablazos de circuito completo, no está a la vuelta de la esquina.
Por Antonio Andraus Burgos
Dicen los que saben, que en el béisbol de las Grandes Ligas, cualquier pelotero puede lucirse despachando un enorme batazo que se convierta en cuadrangular. Eso dicen… vaya usted saber si ello es cierto…
Nadie puede entrar a discutir que un jonrón sale del bate de cualquier pelotero en la Gran Carpa, incluyendo a los lanzadores, porque casos se han dado, como los de Madison Bumgarner, de los Gigantes de San Francisco, o como del propio veterano y ya ausente de las actividades, el dominicano Bartolo Colón, y de tantos otros.
Eso no significa, ni más faltaba, que ese tablazo, pueda acumularse de manera fácil por los bateadores. Es que nadie debe olvidar que se trata de una acción muy difícil, porque se trata del choque de un cilindro, el bate, y una bola, la esférica. Todo tiene que darse de tal manera, que sea pleno el empalme del batazo con el lanzamiento, que es, a todas luces, una secuencia de verdadera alineación de ambas cosas: bate y bola, en fracciones de segundos… de verdad, en poquísimos segundos.
Nadie puede olvidar, ni mucho menos, echar en el cesto de la basura, los 755 ‘’bambinazos’’ del ébano de Alabama, el inmortal Hank Aaron, pero quien jamás pudo alcanzar la cifra de 50 o más cuadrangulares en una temporada. Eso nos demuestra, sin discusión alguna, lo difícil que es lograr esa cantidad de jonrones en una campaña. La máxima cifra en cuadrangulares de Aaron fue de 47 estacazos, alcanzados en la temporada de 1971.
Dar uno es fácil
Despachar un cuadrangular no es cosa tan barata y tan sencilla, porque en la acción se conjugan muchas cosas: poder en las muñecas del bateador, empalme perfecto entre el swing y la bola, envidiable vista con una rapidez rigurosa para encontrar la clase de serpentina que va a contrarrestar, en fin, muchas cosas adicionales, que hacen de ese batazo, el más fantástico y envidiable que se da en el béisbol, en cualquier momento.
Ahora bien, un cuadrangular puede ser conectado usualmente por cualquier bateador. Lo complicado, y eso lo tenemos muy claro, es mantener la línea ofensiva produciendo esa clase de batazos, en las temporadas, una acumulación envidiable que, cuando se habla de 50 cuadrangulares, no es una cifra fácil para conquistar.
En más de un siglo de existencia del juego del béisbol, y con el transcurrir de los años, con toda la ciencia y la tecnología a la mano de los propios peloteros, estrategas, técnicos e instructores, cada día es más difícil conseguir ese número de indiscutibles en una temporada.
Han transcurrido más de 100 años, y durante todo ese lapso, apenas unos 30 peloteros, quizás un poco menos, de los cientos de miles que han participado en el béisbol de las Grandes Ligas, han podido sumar 50 o más cuadrangulares en una campaña regular de la Gran Carpa.
¿Fácil o difícil? Pues sencillamente, para nosotros, es muy difícil. Las estadísticas así lo demuestran.
No hay engaño
De primera mano, tenemos que señalar, con la franqueza que para estos efectos nos caracteriza, que cuando nos hablan de apuestas entre los expertos y críticos con relación a las posibilidades para que un determinado bateador alcance la cifra de 50 ‘’bambinazos’’ o más en una campaña, siempre esquivamos dar por sentado un nombre, aun cuando dentro de las posibilidades ella pueda existir.
Y lo decimos con conocimiento de causa. Nunca se nos antoja pensar que un pelotero puede ser, de la noche a la mañana, un verdadero jonronero.
La lista de esos colosos de los batazos, como ya señalamos, llega apenas a 28 jugadores en todos los tiempos, con 50 o más cuadrangulares. Y apenas 3 de ellos, están activos y pueden pensar seriamente en que están en condiciones de volver a esas andanzas temibles del bateo frente a los ofrecimientos de los lanzadores.
En la nómina
Siempre que se hable, comente o escriba del béisbol en materia de cuadrangulares, hay que citar al inolvidable y sempiterno Babe Ruth, el hombre que hizo del jonrón la gran fiesta en las Grandes Ligas.
Los 60 tablazos de circuito completo de Ruth que se prolongó desde 1927 hasta 1961, demuestran hasta la saciedad, lo difícil que es conseguir 50 o más ‘’bambinazos’’ en una campaña.
Fue Roger Maris, el zurdo de los Yanquis de Nueva York, quien en 1961 rompió la barrera de los 60 cuadrangulares, del ‘’Bambino’’ Ruth, al despachar para la calle 61 lanzamientos de los serpentineros contrarios, en 161 partidos de esa temporada, 10 más de los juegos que Babe utilizó para sus 60 jonrones. Pero esa diferencia, en desafíos para superar la marca, es una discusión de otro costal.
Todos los demás peloteros que han estado por encima de los 61 cuadrangulares de Maris, todos sin excepción, están signados por el asterisco negro que cargan de por vida, en sus hojas de vida, por falta de juego limpio dentro de los diamantes.
En esa nómina aparecen, Barry Bonds, con 73 tablazos de circuito completo, en la campaña del 2001, como el máximo jonronero de todos los tiempos, en un año; Mark McGwire, con 70, en 1998; el dominicano Sammy Sosa, con 66, en 1998; otra vez, Mark McGwire, con 65 en 1999; nuevamente, Sammy Sosa, con 64 en el 2001; y una vez más, Sammy Sosa, con 63 cuadrangulares, en la temporada de 1999.
En la historia
Sin embargo, hay otro buen número de jugadores que han logrado 50 o más cuadrangulares en un año, muchos de ellos, con pleno reconocimiento de sus cualidades beisboleras y verdaderos atletas para su época.
Suele decirse, para salir del paso, que muchos participaron en unos años en donde el juego contaba con el sello de la limpia competencia, algo que fue cambiando en los últimos años del pasado siglo y comienzos del presente.
Para los años en que el cuadrangular se proyectó como el indiscutible de gran sensación para los aficionados, desfilaron por la nómina peloteros de la talla del ya comentado y nunca olvidado Babe Ruth, con 59 jonrones en el año de 1921; y con 54 cuadrangulares en las campañas de los años 1920 y 1928.
La historia de una época brillante del jonrón, señala a Jimmie Fox con 58, en 1932 y a Hank Greenberg, con los mismos 58 tablazos, en 1938; Mark McGwire, con la misma cifra, en 1997; y a Ryan Howard, con los 58 jonrones, en el 2006.
Después aparecen, con 57 estacazos, el latino-americano Luis González, en el 2001; y el dominicano-americano Álex Rodríguez, en el 2002; con 56, Hack Wilson, en 1930, y Ken Griffey Jr., en los años 1997 y 1998.
Con 54 batazos de circuito completo, Babe Ruth, en los años 1920 y 1928; Ralph Kiner, en 1949; Mickey Mantle, en 1961; Álex Rodríguez, en el 2007; David Ortíz, en el 2006; y José Bautista, en el 2010.
El famoso Mickey Mantle, con 52 cuadrangulares en 1956, encabeza la tabla con esa cifra de ‘’bambinazos’’, compartiendo la casilla con Willie Mays, en 1965; George Foster, en 1977; Mark McGwire, en 1996; Álex Rodríguez, en el 2001 y Jim Thome, en el 2002.
Con 51 cuadrangulares, están Ralph Kiner y Johnny Mize, ambos en 1947; Willie Mays, en 1955; Cecil Fielder, en 1990; y Andrew Jones, en el 2005.
Y los últimos en esa lista de 50 o más cuadrangulares en una campaña de las Grandes Ligas, están Jimmie Fox, en 1938; Albert Belle, en 1995; Brady Anderson, en 1996; Greg Vaughn, en 1998; Sammy Sosa, en el 2000; y Prince Fielder, en el 2007. Y pare de contar.
En plena actividad
Pero no nos podemos olvidar de los recios bateadores que están vigentes y que podrían superar muchas de esas marcas, en los años venideros.
Digamos, por ejemplo, Giancarlo Stanton, quien en el 2017, sacó para la calle 59 pelotas; o los 53 ‘’bambinazos’’ de Chris Davis, en el 2013; o los 52 tablazos de Aaron Judge, en el 2017.
Y en la actual temporada, la mayor cifra de cuadrangulares la han conseguido, hasta el cierre del mes de julio, Cody Bellinger, de los Dodgers de Los Ángeles, y Christian Yelich, de los Cerveceros de Milwaukee, en la Liga Nacional; y Mike Trout, de los Angelinos de California, en la Liga Americana, todos con 36
‘’bambinazos’’ fuera de los parques de pelota.
Detrás de esos tres formidables peloteros, ocupan la lista de privilegio con 30 o más cuadrangulares, hasta la fecha, el novato Pete Alonso, de los Mets de Nueva York, con 34 estacazos; y con 30 batazos de circuito completo, los dominicanos, Nelson Cruz, de los Mellizos de Minnesota y Edwin Encarnación de los Yanquis de Nueva York; el alemán Max Kepler, también de los Mellizos, y Hunter Renfroe, de los Padres de San Diego.
La pregunta que muchos se hacen, incluyéndonos nosotros, es sí uno de esos ocho peloteros, que en la actualidad lideran el departamento de jonrones de las Grandes Ligas en el presente año, cuando en promedio sus equipos tienen por delante 50 partidos más por jugar, tendrán la capacidad ofensiva de llegar a 50 o más ‘’bambinazos’’ antes de concluir la temporada.
Difícil es predecir esa posibilidad, pero aún más difícil es despachar 50 cuadrangulares en una campaña.
La respuesta, definitivamente, la tendremos el primero de octubre venidero, cuando se conozcan las estadísticas finales de la temporada 2019.