¡Vayan separando dos nichos!

La incertidumbre por la temporada del béisbol de las Grandes Ligas de este 2020, no aleja a dos sensacionales peloteros latinos de llegar al Salón de la Fama: el dominicano Albert Pujols y el venezolano Miguel Cabrera.

Albert Pujols (Imagen: cortesía-Diario Libre)

Nadie sabe hasta esta fecha, qué va a pasar con la temporada del béisbol de las Grandes Ligas del 2020, lo que obliga a pensar que, de acuerdo con las circunstancias, puede ser una campaña disminuida en el número de partidos, y por ende, las posibilidades de que algunos peloteros, con el paso de los días, los meses y, desde luego, del año, podrían perder muchas opciones para mejorar sus guarismos en la Gran Carpa.

Pero para nosotros, eso no va a ser obstáculo alguno para dos sensacionales peloteros latinoamericanos, que han dejado huella imborrable en el mejor béisbol del mundo, y con cuyas actuaciones, tienen asegurados sus pasaportes para ocupar un nicho en el Salón de la Fama, más temprano que tarde.

Nos estamos refiriendo a dos referentes de nuestro béisbol caribe-latino, ambos peloteros de campo, cuyas trayectorias, sin discusión alguna, les permite aguardar con toda tranquilidad su nominación para el grupo elegibles para Cooperstown, apenas cumplan con los requisitos de estar fuera de acción los 5 años posteriores a abandonar los diamantes beisboleros.

El dominicano Albert Pujols y el venezolano Miguel Cabrera, lo tienen todo para sentarse a esperar, con toda la calma del caso, su elección al Salón de la Fama. ¿Cuándo ocurrirá? Dependerá de ellos, porque una vez cuelguen los zapatos de juego, sus bates y sus uniformes, estarán confortables esperando para ingresar, de manera indiscutida, a la lista de los elegibles.

De Pujols

Desde cuando apareció por primera vez en los diamantes, con el uniforme de los Cardenales de San Luis, en la primavera de aquél 2001, se reflejaba en él la clase de jugador que se necesita dentro del béisbol.

Serio, disciplinado, responsable, exigente con él y con sus compañeros, buen animador en el banco, mejor compañero de equipo, con una fortaleza ofensiva indiscutible y pese a sus contratiempos de salud en los últimos años, Pujols ha dado cátedra beisbolera en todos los diamantes del béisbol de las Grandes Ligas.

Ganador del título de Novato del Año en la Liga Nacional en el 2001, el hijo de Santo Domingo, marcó desde esa campaña, lo que sería el paso de su carrera por la Gran Carpa, al conseguir numeritos envidiables para cualquier pelotero que se estrena en el mejor béisbol del mundo.

En 590 veces al bate con el uniforme de los Cardenales, Albert despachó 194 indiscutibles para ofensiva promedio de 329; con 37 batazos de circuito completo; 47 dobletes despachados, 130 carreras remolcadas y 112 anotadas, todo en su primera campaña en la Gran Carpa.

Como es obvio, sin empezar a jugar esta temporada 2020, Pujols tiene las estadísticas suficientes para desde ahora, saber que sus actuaciones le permitirán, sin duda alguna, llegar a la nómina de los elegibles para el Salón de la Fama, aún sin jugar un solo desafío más en la campaña de este año, que por el momento no se sabe cuándo comenzará ni cuándo terminará, porque cuando escribimos estas líneas, la pandemia del corona virus no permite anticipar ni presagiar que va a ocurrir con la jornada de las Grandes Ligas.

Con poca “gasolina”

Con sus 40 años cumplidos, ‘’La Máquina’’ de producir imparables, de conectar “vuelacercas”, de remolcar carreras, ya tiene poca “gasolina” en su tanque para pensar en que su permanencia dentro de los diamantes se puede prolongar un poco más. Quizás, esta sea la última de su brillante carrera deportiva.

Cuando lo vimos por primera vez enfundado en su bombacho de los Cardenales en el 2001, sabíamos que estábamos en presencia de uno de los jugadores más completos que haya producido República Dominicana en todos los tiempos.

Con el paso de los días, de los meses y de los años, Pujols no nos hizo quedar mal, y antes por el contrario, sus actuaciones llenan de orgullo al béisbol latinoamericano, para pensar, un poco más adelante, que hará parte de esa plantilla de inmortales que ya están en Cooperstown para gloria y honra de la picante pelota caribeña.

Con sus 2.075 carreras remolcadas, para ser cuarto en la tabla de los mejores de todos los tiempos; sus 656 tablazos de circuito completo, para ocupar la sexta casilla de por vida en ese departamento; sus 661 dobletes despachados, para estar en la séptima casilla de por vida, Pujols ha esculpido a pulso su inmensa e indiscutible grande entre los grandes, su carrera en las Grandes Ligas.

Con sus 3.202 imparables en su prolongada carrera de 20 años, para estar en la décima cuarta casilla en todas las épocas, y sus 1.828 carreras anotadas, ocupando la décima sexta posición en la tabla de por vida, el dominicano lo ha hecho todo para conquistar su cédula de ciudadanía de Cooperstown.

Tiene en su carrera nada más y nada menos, además de la corona de Novato del Año en la Liga Nacional en el 2001, los títulos de pelotero Más Valioso de la Nacional de los años 2005, 2008 y 2009; 10 convocatorias al Juego de las Estrellas, 9 por el Viejo Circuito y uno por la Liga Americana; y dos anillos de Serie Mundial, conquistados ambos con los Cardenales de San Luis, en los años 2006 y 2011.

Sus uniformes han sido los de los Cardenales de San Luis, en la Liga Nacional; y los de los Angelinos de California, en la Liga Americana.

Con el Tigre

Miguel Cabrera (Imagen: cortesía-El Nacional)

El hijo de Maracay, Venezuela, Miguel Cabrera, próximo a cumplir sus 37 años, y con la mirada puesta para llegar a los 40 años dentro de la actividad del béisbol, si su salud se lo permite, se ha erigido en uno de los peloteros más completos que haya dado el béisbol latinoamericano en la Gran Carpa.

Superando una indisciplina en su vida personal, que lo llevó a perder los estribos en algunos pasajes de su carrera, el Tigre venezolano tiene ya los méritos para pensar en que su nombre, una vez aparezca en la lista de los elegibles, bien pronto podría capturar su nicho para ocupar un puesto de honor en el Salón de la Fama.

En sus 17 temporadas en las Grandes Ligas, cinco con los Marlins y 12 con los Tigres, Cabrera está apenas a 23 cuadrangulares de llegar al exclusivo circulo de 500 de todos los tiempos; con producir 85 indiscutibles más, estará en el codiciado miembro de los 3.000 imparables de por vida; con 106 carreras más remolcadas, alcanzará la no despreciable cifra de 1.800 fletadas hasta el pentágono; y con 73 dobles que produzca en lo que resta de su carrera deportiva, habrá acumulado 650 batazos de dos bases, para colocarse en la lista de los más grandes de todos los tiempos.

Ganador de un anillo de Serie Mundial con los Marlins de Miami en el 2003, nada más y nada menos que frente a los encopetados Yanquis de Nueva York, Cabrera ha sido exaltado como Jugador Más Valioso de la Liga Americana con los Tigres de Detroit en los años 2012 y 2013, y ha sido seleccionado para 11 juegos de las Estrellas.

¡Ah! y como si fuera poco, es el primero y único pelotero latino hasta el momento, en alcanzar la codiciada Triple Corona a la ofensiva del béisbol de las Grandes Ligas, al acumular los mejores guarismos en la campaña del 2012, en cuadrangulares despachados, carreras impulsadas y mejor promedio de bateo del año en el circuito.

El Tigre venezolano obtuvo 44 batazos para la calle en esa campaña; con 139 carreras fletadas hasta el plato y un promedio ofensivo de 336, para alcanzar la Triple Corona de la Liga Americana, que no se registraba desde 1967, es decir, transcurrieron 45 años para que un pelotero volviera a llevarse dicho honor.

En esa tabla, el nombre de Cabrera aparece entre los más reconocidos peloteros de todos los tiempos, que conquistaron el codiciado galardón, como lo son Nap Lajoie, con los Atléticos de Filadelfia en 1901; Ty Cobb, en 1909, precisamente con los Tigres de Detroit; Jimmie Foxx, en 1933, con los Filis de Filadelfia; Lou Gehrig, en 1934, con los Yanquis de Nueva York; Ted Williams, en 1942 y 1947, con los Medias Rojas de Boston; Mickey Mantle, en 1956, con los Yanquis de Nueva York; Frank Robinson, en 1966, con los Orioles de Baltimore; y Carl Yastrzemski, en 1967, con los Medias Rojas de Boston.

Si con toda la huella que han dejado el dominicano Albert Pujols y el venezolano Miguel Cabrera no es lo suficiente para aspirar con méritos propios a un nicho en el Salón de la Fama, ¡apaga y vámonos!

Latinos en el Salón de la Fama

Roberto Clemente, Puerto Rico, 1973

Juan Marichal, República Dominicana, 1983

Luis Aparicio, Venezuela, 1984

Rod Carew, Panamá, 1991

Orlando Cepeda, Puerto Rico, 1999

Anastacio Tany Pérez, Cuba, 2000

Roberto Alomar, Puerto Rico, 2011

Pedro Martínez, República Dominicana, 2015

Iván Rodríguez, Puerto Rico, 2017

Vladimir Guerrero, República Dominicana, 2018

Mariano Rivera, Panamá, 2019

Édgar Martínez, Puerto Rico, 2019

Sobre Antonio Andraus

Comentar