¿Qué la maquinaria funcionó en favor del presidente Santos? ¿Qué “Los Ñoños”, movieron su maquinaria en la Costa Atlántica? ¿Qué la guerrilla sigue manejando las elecciones? ¿Y que la paz fue un chantaje para el elector por parte de los dos candidatos? Seguramente todo lo anterior es cierto y seguramente no. La realidad es que el país, en un acto democrático valioso, tomó una decisión y hay que respetarla y reconocerla. El destino de Colombia quedó en manos de Juan Manuel Santos y el compromiso del reelecto presidente es grande y no tiene posibilidad de equivocarse, porque esta Colombia que hoy vivimos no es la de hace 8 o 10 años. Es una Colombia que pide un cambio a gritos para un futuro mejor. Así lo demostró el fuerte voto de opinión de las dos últimas contiendas electorales. Más de 7 millones de colombianos refrendaron la negociación actual de la Habana y un poco menos de ese número, querían una negociación distinta, quizá un poco más auditada o más pública, o seguramente una negociación con una guerrilla más mermada, para hacerla más efectiva.
Ni la guerrilla ni el gobierno pueden defraudar en este propósito. La guerrilla porque el desgaste que sufren con esta guerrita de tercera categoría, única en el hemisferio, es evidente y ni siquiera a ellos les conviene seguirla de no ser por los altos ingresos que genera el narcotráfico. Seguramente les resulte mejor culminar una negociación sincera, a costa de unos años de cárcel para sus cabecillas, pero con la posibilidad de defender los grandes latifundios de tierra que tienen en el sur del país y que a sangre y fuego le arrebataron a los campesinos.
El gobierno no puede defraudar al país con el fracaso en las negociaciones, – se la tiene que jugar toda-, y mucho menos con la no realización del plebiscito anunciado por el Presidente para aprobar lo firmado en Cuba. De no ser así, la desconfianza se adueñará de los ciudadanos y las consecuencias serán impredecibles. Ir más allá y hablar de otro tema es complicado, pues en la paz se centró el debate de los dos candidatos, que dejaron temas muy importantes como la reforma a la salud, la corrupción el desempleo y la brecha social, simplemente referenciados.