Por: Hugo Artunduaga Salas
El devenir de nuestra patria, está en nuestras manos y depende únicamente del actuar con la cabeza, pensando en el bien de todos, haciendo a un lado las hasta ahora malas costumbres, que se han apoderado de todos los estamentos que conforman nuestra democracia.
Nos aprestamos a una gran tarea: pos-conflicto, elecciones parlamentarias, y presidenciales, que marcarán el rumbo del país en los próximos 4 años y la ruta del milenio.
El pueblo todo, está, ávido de un cambio sustancial de forma y de fondo. Los excesos de toda índole, en todos los estamentos y estratos, nos tienen hasta la coronilla y la paciencia está ya al límite de la tolerancia.
El manejo del pos-conflicto, requiere de un accionar de mucha inteligencia, tolerancia, humildad, generosidad y de buenos propósitos para construir entro todos, un país emprendedor, ejemplo para el mundo, pero en especial, para nuestro entorno latinoamericano.
Para este objetivo lo primordial, poner en orden la casa. La corrupción que se empodero de todas las ramas, tanto en el ámbito público, como privado, nos tienen al borde del colapso y despeñadero institucional. Los correctivos tienen que que ser severos, poniendo énfasis en el control previo y en la selección de las personas que manejen los entes ordenadores de la inversión y el gasto, de los recursos del estado. Hablamos de los tres órganos: legislativo, ejecutivo y judicial, como también, la inversión del sector privado nacional y extranjero, para evitar lo que estamos padeciendo con los casos, que son noticia (de la mala) en el campo internacional.
Es imperioso que los partidos políticos, se reestructuren, con pensamiento filosóficos-doctrinarios actualizados, con programas y propuestas realizables, que cautiven la atención del elector, con miras efectivas para realizar el cambio.
Por fortuna contamos todavía, con colombianos de muy buen talante, con estructura moral e intelectual, que pueden y deben ser los timoneles del cambio y del nuevo devenir de nuestro pueblo. Propongámonos hacerlo, por nosotros, nuestros hijos, nietos y futuras generaciones.
En el entretanto:
Para lograr grandes cosas no solo debemos actuar, sino también soñar, no solo planear, sino también creer.
Anatole France
Trata a las personas como si fuesen lo que deberían ser y ayúdalas a convertirse en lo que son capaces de ser.
Goethe
Esperar indefinidamente el momento ideal, es como esperar que cese de pasar el río, para cruzarlo
Horacio
La perfección no existe. Pero si la buscamos bien, alcanzamos la excelencia.
Vince Lombardi